A veces no nos damos cuenta, pero necesitamos viajar.
Viajamos porque cuando estamos haciendo la maleta sabemos que nos traeremos muchas más cosas de las que pensamos, cosas que ni siquiera necesitaremos meter ahí, porque se quedan en un lugar mejor dentro de nosotros. Viajamos porque nos hace felices, nos provoca sonrisas sin darnos cuenta, porque nos llena de energía, nos enseña y, de una manera u otra, nos cambia.
Viajamos porque cuando llegamos a casa, a nuestro hogar, traemos algo que no es nuestro, que parece que no está, pero sí. Algo que, sin darnos cuenta, ha formado parte de nuestra vida. Y ese algo no es material, pero se queda grabado para siempre en nuestra memoria.
Y ese es el verdadero secreto de viajar.
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