He venido pisando fuerte. Pero cuando digo fuerte, me refiero a ese tipo de fuerza que no rompe, sino que deja huella. He venido con ganas de comerme el mundo con patatas. De dejar los miedos a un lado porque por su culpa me pierdo muchas cosas, y eso no mola nada de nada. He decidido lanzarme a todo lo que venga, porque hay cosas maravillosas ahí fuera esperándome. Y no pienso dejarlas escapar. He decidido sonreír, a pesar de todo, aunque sea después de llorar. Y he decidido ser mejor persona cada día, respirar las veces que haga falta antes de hablar e intentar hacer todo siempre con corazón.
He decidido ser feliz, así, sin más. Porque me apetece, porque si hemos venido a esta vida es para vivirla en condiciones, porque son dos días y no estamos para desaprovechar ni uno, con la que está cayendo.
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