miércoles, 17 de marzo de 2021

Entre médicos y PCRs

 Llevo toda la noche despierta entre vómitos y estas décimas de fiebre que no se me van ni queriendo, ni por más duchas de agua fría que me de cada noche. Llevo más de una semana que mi cuerpo no responde a los medicamentos como debería, que cesen los vómitos, la tos, la fiebre, la otitis, el dolor de cuerpo... Después de análisis y muchas PCRs, lo único que me queda es el paracetamol y el reposo.

Echo de menos la escuela, a los niños y sobre todo a mis compañeras, a muchas de ellas a las que quiero dar las gracias. Primero a mi Vero, que es lo más bonito de la escuela y que me ha roto todos los esquemas de lo que es un sevillano (en mi cabeza, claro), a Rosa porque desde el primer día siempre está, y el estar es el mayor regalo que alguien te puede hacer, a Laura, Patri, Miner, Paloma y Sheila. Gracias de corazón. Porque en los momentos en que me siento más débil, recibir mensajes de gente que se preocupa te sube un poquito el ánimo.

Estoy cansada, ayer sufrí un pequeño ataque de ansiedad al verme tan mal y tan débil, y es que por más que luches para estar a la altura en el trabajo, en tu relación de pareja, en la familia o en la vida en general, nunca estarás a la altura que otros quieren que estés. Solo queda mirar por ti y salir del pozo en el que estás. ¡Qué poco apreciamos la salud! ¡Qué rápido se nos olvida el lujo de estar bien! De poder ir a trabajar, de tiendas, de una terraza... Qué rápido olvidamos todo.

Ansiedad de trabajar y trabajar, llevar años echando horas de más para que bancos, estudios y de más entes financieros te echen para atrás la casa de tus sueños. De seguir currando más y más, de enfrentarme a problemas míos y ajenos que afectan, desgastan y en noches como la de ayer, ahogan.

Necesito un respiro, volver a cuidarme, volver a sentir que lo que hago, mis esfuerzos, tienen resultado, en otros, en mí. Siento un ligero sentimiento de abandono al no poder salir de casa, no ver a mis amigas, no abrazar, no besar a mi familia. Soy una persona de contacto, de sentir la piel de la otra persona, del calor, de las largas charlas con un té, de disfrutar de estos rayos de sol que inundan las calles, de volver a sentir que la primavera vuelve...

Siento este especie de abandono por las circunstancias en las que me hallo, porque vivir es mi mejor aventura y quiero disfrutar cada segundo... porque la otra alternativa es más jodida.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.