Nunca he compartido eso que decían de que eras simplemente un animal muy bonito. Para mí, siempre fuiste la compañía, la lealtad y el cariño. Algunas veces, incluso, me sorprendí hablando contigo como si en algún momento fueras realmente a responderme.
Cuando llegaste, jamás pensé que me daría tanto amor, ni que yo sentiría enormes ganas de darte mi cariño. Cuando tuve que irme unos días y no podía llevarte, notaba tu ausencia.
Hemos jugado, hemos saltado, hemos recorrido las calles, aunque algunas veces me desesperas. Sobre todo, aunque días en que no comías nada y estaba muy preocupado.
Incluso creo que algunas veces me entendías y, sin decir nada, encontrabas respuestas.
Y ahora que he visto el final, me doy cuenta de que nada podrá reemplazarte. Como a las personas inolvidables.
Te echaré de menos, pequeño amigo.
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