Si ya era difícil entrar en ti, imagínate tener que salir a la fuerza. Descubriendo que, si hay algo más complicado que dar un primer paso hacia ti, es dar el último antes de dejarlo todo atrás. Para ti resultará fácil. Fácil como todo lo que te importa una puta mierda. Básicamente todo.
Como volver a casa triste a las cinco de la mañana. Ver esa mierda de reflejo en el espejo. La razón es porque te da la gana de no dar señales de vida y prefieres agarrarte a cualquier barra. O cama.
Y a las tres de la tarde del domingo dirás que se te fue la olla, en un WhatsApp de mierda que ya no em dice nada.
Y me lo dejas todo a mí... para eso tampoco tienes valor, no esperaba menos. Que decida yo si mandarte a la mierda. Mientras repites que eso no es así.
Conseguiré no hablarte en dos semanas y aparecerás sin avisar para recordarme lo mucho que me haces temblar cada vez que me hablas. Por si vuelvo a caer, por si vuelvo a alegrarte durante cinco días.
Pero esta vez no. O eso espero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.