martes, 6 de marzo de 2018

AMOR DE TORMENTA

Ella escribía, inspirada.
Él nunca quiso leerla.
Ella deshacía los días
en tinta sobre papel blanco.
Él la miraba sin verla,
atravesándola.
Ella le seguía como una sombra
cada vez más lánguida.
él no escuchaba los susurros,
ni antes siquiera
de morderle los labios.
Ella se dejaba, sin fuerzas.
Él jugaba entre sus piernas
asfixiándola, así, el corazón.
ella se hizo transparente
y se fue resbalando
mientras él brillaba con el sol.
Y un día, al amanecer,
él descubrió
que no había rastro de ella.
Sus huellas alejándose en la puerta
y su olor en las sábanas
fueron lo único que quedó
de aquel amor de tormenta.

María Guivernau


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