Conoces ya una parte de mis debilidades.
Te he demostrado secretos que no muestro,
si no es bajo tortura, a casi nadie.
Has visto que no soy tan bestia ni tan ángel:
que tengo un corazón, como cualquiera,
aunque a menudo lleve impermeable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.