Llueve en Londres.
Todavía no hemos aterrizado y ya sabemos que será inolvidable. Los nervios a flor de piel, tu camisa de cuadros y la increíble historia de cómo nos unió un aeropuerto. Ese en el que yo trabajaba y tú estabas de paso. La sensación de conocernos de siempre. De reír con ganas.
Tal vez sí existe ese hilo rojo que une a dos personas destinadas a quererse.
Un concierto después de Andrés Suárez y pensar «Imagínanos» juntos. Tu mano y la mía forman un buen equipo cuando se tocan.
Quédate un poco más... Cuéntame los besos que hay desde mi cuello hasta mi ropa interior y te contaré las ganas que tengo de bailar en tu espalda.
Quédate y contaremos que se equivocan, que no existe la casualidad, que el destino tiene un plan... pero quédate.
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