sábado, 15 de mayo de 2021

PARTIDA DE AJEDREZ (HOMENAJE AL 15-M. A LA MANERA DE JUAN BONILLA EN «EL COMBATE DEL SIGLO»)

 Con las fichas negras y las manos más sucias aún,

hombres oscuros moviendo nuestros hilos

disponiendo las piezas a su antojo sobre el tablero,

burócratas que rompen la balanza con el peso de sus cargos,

empresas que gobiernan en la sombra,

dirigentes con dinero suficiente para pagarse mil fianzas.


Frente a ellos, con las piezas blancas, el pueblo,

mujeres y hombres con lo justo para sobrevivir,

ancianos que llevan lo poco de dignidad que queda en los bolsillos,

familias que beben un charco de agua sucia,

millones de jóvenes apartados por la mano del sistema,

la gente que vibra con la gente,

los que albergan esperanzas y los que ya las han perdido.


El reloj de doble esfera se pone en marcha,

comienza la partida.


Los hombres oscuros mueven sus peones:

les ponen un parquímetro a tus sueños,

te cobran por el aire que respiras,

destinan fondos públicos para salvar a un banco,

sacan los furgones a la calle

para frenar a todo el que sueñe con democratizar el pan.


Responde el pueblo moviendo en masa sus peones,

conducen nuestros sueños a las plazas,

dibujan en pancartas el futuro,

propagan la verdad por Internet.


Mueve un alfil el Gobierno,

indultan a un banquero,

proponen un nuevo plan para privatizar nuestra salud,

cuchillas en las vallas de Melilla

como método infalible

para separar el bienestar de la pobreza.


Contraataca la mitad de esa España que lucha

frenando dos docenas de desahucios,

un periodista honesto destapa una trama

que engloba hasta la cúpula,

la marea blanca sale a la calle con sus olas de esperanza

moviéndose al unísono como un cardumen

para salvar a la Sanidad de los tiburones.


Y vuelve a mover sus piezas el poder:

se atrincheran en sus torres,

abren fuego desde sus caballos,

promueven la asfixia por las eléctricas

dejando a un millón de familias a oscuras,

justicia para ricos, tasas para pobres,

se sacan una ley mordaza de la manga

para que nadie pueda señalarlos con su dedo en las aceras,

echan sal sobre la herida del paro,

facilitan los despidos.


Y el pueblo arrinconado se levanta

con mil siglos de rabia a sus espaldas

y lana todo su arsenal,

todas sus piezas contra la injusticia:

dan a luz políticos gestados en las plazas,

obreros que reclaman un futuro,

y salen a cerca el Parlamento

y un joven triste sueña que es posible

y ponen sus miradas en los bancos

y ruge el profesor verde esperanza

y encuentran jueces implacables

que no ceden ante el poder.


Y así por muchos años,

jugada tras jugada,

los hombres oscuros van engullendo piezas,

el pueblo apenas derriba unos pocos peones enemigos,

ayudado por magistrados y guardias civiles honestos

que destapan las tramas más oscuras.


Las piezas negras y sus trampas,

los hombres buenos con su luz,

encendiendo lámparas de dignidad en los ayuntamientos;

Bienvenidos, refugiados.


Quién sabe si esta partida se acabará algún día,

si tendrá fin la masacre.


Sigue corriendo el reloj del pueblo,

cada vez hay menos tiempo.

¿Caerán las piezas negras?, te preguntas.


A un lado , oscuros dirigentes, feroces empresarios,

los dueños en la sombra. Piezas negras.


Al otro, la gente a la que el dolor ajeno no le resulta indiferente.

Piezas blancas.


La gran partida de ajedrez, 

la eterna batalla

de la luz contra la sombra.



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