Y van pasando los años y nos dan igual los que se marcharon sin razón, solo queremos que se quede quien no nos ha fallado nunca. Nos volveremos a enamorar. Seguiremos con muchas ganas de follar haciéndonos el amor. Y que esa persona nos abrace por la espalda antes de dormir. Nos hace cosquillas un buen rato. Y disfrutaremos el doble observando cómo se viste mientras nos hacemos los dormidos por la mañana. Y el desayuno de dos es el doble de bonito. O no desayunar y poner música hasta el mediodía. E igual está ahí, al doblar la esquina o en esa ciudad que no es la tuya pero que te mira a los ojos como si no quisiera dejar de hablarte nunca. Porque tú le salvas. Aunque duela.
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