Por mucho que insistamos en negarlo
No vamos a querernos como antes,
Finjamos que sabemos comportarnos,
Dejemos la partida en un empate.
Después de asesinarnos con palabras
y haber resucitado tantas veces,
forzamos demasiado la balanza,
perdimos tú mi norte y yo tu suerte.
De qué sirve el rencor a estas alturas,
nos falla sin remedio la memoria,
abrimos el disfraz por las costuras,
los dos somos el malo de la historia.
No voy a hacer balances ni recuentos
de todo lo que es mío y lo que es tuyo,
los muebles no se quedan los recuerdos,
me llevo de mudanza mi futuro.
Se oxida el mecanismo de esta noria
sin remedio, corazón, ni escapatoria,
los dos somos el malo de la historia.
No somos la pareja de las fotos,
vivir no es malvivir con anestesia,
no quieras conformarte con despojos,
Madrid no es la provincia de Venecia.
Segundas partes nunca fueron buenas,
al menos eso dicen en la calle,
borremos el guión y cuenta nueva,
no hagamos la secuela del desastre.
Ya sé que la pasión es un momento,
pero un momento pueden ser cien años,
no somos ni tan listos ni tan tercos,
no vamos a engañar al desengaño.
Dejemos el teléfono apagado
las noches que pensemos en rendirnos,
llamarnos es pisar el suelo falso
que va desde el amor hasta el sadismo.
No exijas otra nota aclaratoria,
vayámonos sin penas y sin glorias,
los dos somos el malo de la historia.
No somos la pareja de las fotos,
vivir no es malvivir con anestesia,
no quieras conformarte con despojos,
Madrid no es la provincia de Venecia.
Luis Ramiro
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