Odio a los canallas, a los que abusan de los demás, poco importa de donde vengan o cómo se llamen o se vistan. Odio a los que no respetan la vida y la serenidad ajena. Odio a los que, en lugar de pedir lo que no es suyo, lo roban. y te dejan así, indefenso, impotente, aturdido y triste. Y querrías ser uno de esos superhéroes dotados de armas secretas y de poderes mágicos a los que le basta con mirar al tipo para, ¡zas!, hacerlo desaparecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.