Vienen aquí muchachas,
largas chicas que beben en silencio.
En sus sonrisas se rompe el fin de siglo.
Pasan por esta barra tantas gentes.
Estallidos de copas y cristales.
Me resbala una gota de frío y de tristeza.
Hay niñas que se mueren por un amor de otoño.
Y amigos que se mueven en todos los recuerdos.
Qué importa tanto vino
tanto amor
tanto todo.
Para qué tanto llanto.
Estamos solos
los muertos y yo mismo.
Rodolfo Serrano
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