Y de repente apareció en su vida haciéndole renacer de los escombros, sanando las heridas, llenando cada vacío de amor. Y con eso volvieron las mariposas en el estómago, las sonrisas sin motivos, las ganas de volver a creer, a sentir, a soñar. Le devolvió las ganas de seguir creyendo en eso que llaman amor.
Miguel Martínez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.