sábado, 24 de enero de 2015

Una isla

Los pájaros del sexo ya no cantan
si no ven un tanguita en la ventana
los besos que nos damos se atragantan,
se vuelven de cemento en nuestra cama.

Dos cuerpos separados que se imantan,
dos cómicos atados en un drama,
prométeme o júrame que no te encantan
mis dedos por la piel de tu pijama.

Si vuelves te prometo un firmamento
de dudas y arrebatos de locura, 
de piernas con saliva y pegamento.

Si vuelve nos matamos con ternura,
remamos en la cama contra el viento,
buscamos una isla en la espesura.

Luis Ramiro


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