lunes, 30 de julio de 2018

Hoy ha venido a sentarse junto a mí

Hoy ha venido a sentarse junto a mí,
ha estado revoloteando por mis cuadernos
y ha hecho que finalmente me encorvara sobre la mesa
para escribirte este poema.

Dice que ha venido para quedarse,
que hacía ya algún tiempo no se dejaba ver por casa.

Yo intento explicarle algunas cosas,
decirle que no me sientan bien luego sus noches,
que de día es llevadero pero a las tres de la mañana
su risa se convierte mi vida en un cuartel abandonado.

Pero da igual. Se hace la tonta
y no logro evitar que se quede conmigo.
Así es como la tristeza se suele instalar en mi vida,
sin permiso y sin dar señal alguna
sobre cuándo va a marcharse.

MARWAN


Fracaso

El peor momento es cuando a aquello que se llama esperanza
convenimos en llamarlo fracaso.
Entonces empezamos a encontrar un rival en todas partes,
en los amigos que viajan sobre ruedas,
en todo lo que vibra algún color parecido a la felicidad.

Se llenan de reproches los zapatos
y andamos de esa facha por el mundo,
cargamos contra todo lo que fluye,
hacemos alunizajes con nuestro coche
en toda felicidad ajena,
nos salen dos colmillos
y el mundo es siempre un cuello apetecible.

Este poema se lo he escrito a algún amigo,
a ver si te da por aludido,
que lleva ya un tiempo así
y me está tocando los cojones.

Marwan


En mucho tiempo

Cuando la vida se porte y en medio de un bar
te acerque a la diosa que todos los amigos señalabais.

Cuando como un milagro te diga sácame de aquí
y ya en taxi agarre tu mano
y la meta en el cielo que guarda entre las piernas
bajo las intermitentes miradas del taxista en su retrovisor.

Cuando el ascensor no sea otra cosa
que un peldaño de subida hasta el orgasmo
y os comáis la boca como dos adolescentes sin nombre
antes de llegar al piso de destino.

Cuando al llegar a la cama construyáis un seísmo sin prisas
y quiera el tiempo quedarse a vivir para siempre en ese instante.

Cuando todo esto suceda,
no seas estúpido y agradécelo.
Da gracias a la vida por servirte tanta alegría
concentrada en tan pocas horas.
Lo más probable 
es que no lo vuelvas a probar
en mucho tiempo.

Marwan


La búsqueda

Poemas sin calendario de gente
que busca su respuesta en otro cuerpo,
poemas que se doblen, que te arañen,
poemas que al sumar sus decepciones
te den como resultado tu propia historia,
poemas capaces de dar alguna
respuesta a estos tiempos oscuros,
poemas Pandora que sepan después llevarte a casa,
poemas que escapen de todo
y luego regresen hasta tu puera
igual que un novio arrepentido,
poemas enfadados que sepan ser comprensivos al final,
poemas que acusen a quien invierte sus años
en subir peldaños a costa de inocentes,
poemas brazos para el niño desnutrido,
para la abuela que aún espera a que le digan dónde están,
poemas donde la decepción
sea el último repecho antes del aprendizaje,
poemas vendaje, poemas paisaje,
poemas azules.

Eso es lo que estoy buscando.

Marwan


La amante tristeza

La alegría es un fin en sí. Si uno no ha llegado
a la alegría o, digamos mejor, a la felicidad,
eso es algo que se basta. La desdicha es algo
a lo que uno tiene que sobreponerse,
tiene que transformarla en otra cosa.
Creo que hay mayor riqueza 
en la desventura que en la ventura.

JORGE LUIS BORGES


Os la presento, es la tristeza. Mi tristeza. Creo que la relación más larga de mi vida ha sido junto a ella. Suele aparecer en cualquier momento, aunque también tiene la costumbre de marcharse a menudo, pero es constante, pase lo que pase, siempre vuelve por aquí. Y no rompe nada, no pone sobre mí la losa de la angustia, no me atraviesa con noches torturadas. Es más bien un zumbido que a ratos viene y a ratos se va, que suena por dentro, molesta bastante y deja preguntas. No sé exactamente qué busca pero me quiere. A menudo me planteo si algún día se marchará del todo. Y me planteo algo más: si realmente deseo despedirme de ella para siempre. Porque quizá no sea buena idea que lo haga.Creo que la necesito, que a veces me hace falta que vuelva para saber valorar -cuando se marcha- la felicidad que vuelve a rodearme. Me temo que si partiera sin billete de vuelta me dejaría rodeado de tanta felicidad, se normalizaría tanto, que no sabría qué hacer con ella ni valorarla justamente. Así funcionamos los humanos, que nunca somos capaces de apreciar del todo aquello que tenemos en exceso. Nos hace falta una tristeza, un golpe, algo que nos sacuda, para encontrar siempre, en cualquier momento de la vida, un motivo por el que luchar, algo que nos empuje para volver a ser felices.

MARWAN



martes, 24 de julio de 2018

El increíble viaje del amor de cada uno

Nuestro amor cambió de domicilio.Se marchó poco a poco, como quien hace una prolongada mudanza en sus ratos libres.
Lo primero que hizo fue irse resquebrajando. Una vez roto, bien partido en dos, pudo diferenciarse porque ya no era nuestro amor, era, por un lado, tu amor y, por otro, el mío, bien separados, como dos perros de distinto dueño.
Una vez visto esto, tras tratar de arreglarlo, negarlo y echarnos mucho en cara, finalmente decidimos dejar que cada amor hiciera su camino y nos dijimos adiós.
El mío - mi amor - se tomó bastantes prisas y se largó en una noche de borrachera con una rubia, con la que compartí el asiento de atrás de un C3 y un teléfono al que le faltaban algunos números para poder desembocar en una segunda cita. No resultó, ni tampoco resultó volver a los bares con los amigos de siempre pensando que cualquier piel podría bastar para borrarte.
El tuyo - tu amor- se metió a investigar en Facebook su pasado y allí se encontró con un viejo amor del colegio y tuvieron varias citas, la primera deliciosa, y el resto bastante rancias, porque el tipo en cuestión no resultó ser tan romántico y tu amor se vio vagando solo, en una ilusión monodireccional. A partir de ahí le perdí la pista por el bien de mi salud.
Luego mi amor decidió tomárselo con calma porque para encajar con otro amor la prisa nunca ayuda. No fue fácil, porque un amor por sí solo tiene poco que hacer, se aburre, no está acostumbrado, quiere jugar a hacerse grande y para eso necesita conjugarse con otro amor. Le pareció buena idea hacer un casting, conocer otros amores solitarios, sin prisa pero sin pausa y convenció a sus amigos para que le presentaran corazones por encajar, para hacer veladas a cuatro. No estuvo mal aquella época pero el amor realmente no se puede programar. Quizás dos amores tengan prisa, se conozcan y lo intenten, pero aún así es posible que no puedan formar otro amor multiplicado.
De nada sirven los castings, no atiende a eso, es más sencillo. El amor se cruza con otro y lo reconoce al instante, como un perro, cuestión del olfato, así de golpe. Y es mutuo porque el amor con el que te encuentras olisquea un segundo y lo entiende también en un instante.  Y ambos dicen ahora sí. Y hay una primera cita de dos amores temerosos pero ilusionados y ambos piensan ahora sí. Y a ello le siguen tardes, noches, cenas, camas, presentaciones y ambos amores les dicen a sus amigos ahora sí, y comienzan a despedirse de ellos mismos, porque van a dejar de ser un amor y otro amor, para convertirse en otra cosa. Por fin se completa el puzle - tal y como llevaban tiempo soñando -, y dejan de ser esos amores solitarios para pasar a ser el Amor, uno solo, es que resulta de sumar la primera y la segunda persona del singular. Esa conjunción, esa maravilla, que hemos convenido en llamarlo de un modo sencillo, con la palabra más hermosa del mundo: nosotros. 
Marwan


Si este poema te molesta pregúntate por qué

A veces 
hablando con algún amigo
que lleva siglos en pareja
le pregunto cómo va con ella, 
si aún disfrutan
y siempre responde lo mismo.
Todos aquellos que conozco
y llevan años junto a alguien
responden lo mismo:
ya sabes cómo son estas cosas.


Y lo cierto es que no lo sé.
O tal vez sí me haga una idea
pero no quiero imaginarme a lo que se refieren
porque intuyo en sus palabras las renuncias
y todo aquello que perdieron
—brillo, libertad, sueños y luz—
a cambio de una vida que no creo que llegaran a elegir,
de un día a día gris y sin sueños a la vista.


Conozco pocas parejas que lleven media vida juntos
y hayan batido con el paso de los años
lo que eran en su inicio.


Me pregunto si a nosotros
nos sucederá lo mismo,
si al encontrarnos a un viejo amigo,
buscaremos el regate
y le pondremos exactamente
las mismas excusas.


Marwan


Poema para domingos con esperanza

Hay que se más listo,
ver lo que ofrece el desengaño
como quien comprende que la palabra problema
esconde en su interior la palabra poema,
comprender que quien es capaz de escuchar a las heridas
también está haciendo poesía.

Ponerles un altavoz a los errores
para que te digan qué sucedió,
en qué cordón caíste.
La espina te recuerda
que la belleza tiene un precio,
exactamente igual que su cuerpo.
Amar a alguien conlleva consigo la posibilidada
-por no decir la seguridad-
del olvido.

Así que cámbiate la mirada,
mira con perspectiva todo,
búscale el reverso a las heridas 
y la cara B al amor.

Todo conduce al mismo lugar,
a un lugar alejado de la superficie de las cosas,
un lugar donde marchándote muy lejos de donde estás 
posiblemente haga que te encuentres.

Marwan


Inevitable (consideraciones con respecto a la pasión)

Es inevitable. Es inevitable que la pasión se venga abajo
como un espantapájaros ante la obstinación de la intemperie,
deja de ser lo que era.

La pasión siempre se comporta igual,
viene con la novedad, viene de su mano,
o aparece junto al amor cuando es intermitente
porque la alternancia la lleva a renovarse,
vuelve el viejo cuerpo a ser apetecible.
Pero hace las maletas con pulcritud y sin demora
cuando el amor se hace indefinido.

La pasión es un artículo de lujo
que nadie sabe reponer.
La ataca la rutina por la espalda
y no puede hacer más que replegarse,
buscar otros cuerpos donde la novedad se haga visible,
donde queden poros, carne por descubrir,
batallas por librarse,
así reaparece.

Los celos también ayudan a mantener el fuego vivo
pero hacen que ese fuego a veces sea cruzado,
no un fuego de paz sino de guerra,
no nos vale.

Mi amor, los dos lo sabemos:
viviendo juntos la normalidad lo ataca todo,
la desnudez que es repetida
rompe con su presencia las cortinas del misterio
y nada puede evitar que la monotonía
choque como un tren contra los cuerpos,
como la canción que de tanto oírla
pierde lo que irradia.

Lo que se conoce demasiado pierde brillo,
aplasta al deseo con el peso de la costumbre.

Mi amor, hagámoslo como sea
y tengamos siempre un secreto que contar,
algo que el otro nunca sepa
pero sienta como una advertencia.
No una amenaza de traición,
ni la sombra de un puñal que nos espera,
sino solamente un peligro necesario,
algo que nos recuerde,
que nos avive y nos encienda,
una sensación que esté presente
cuando la rutina se ponga a calentar en la banda
con la intención de salir al campo
para jugarse los minutos más importantes de nuestra vida,
esos en los que hay que tratar de conseguir
que no aparezca la desgana
ni su hermana gemela la monotonía
para que no tengamos que contar
que también nosotros fuimos carne de olvido,
una pareja más
derrotada
por el inevitable fin de la pasión.

Marwan



Consideraciones sobre algo que sucede a los hombres

A veces se te desordena el alma
porque cruza una diosa por la calle
y te ves siendo capaz de poner
todos los años que te quedan a su nombre.

Pero suele suceder que nunca lo haces,
nunca dices nada
y la joven pasa de largo
dejando un olor a gasolina,
como quien suelta una especie de pregunta por el aire.

Entonces te observas a ti mismo,
con la vida despeinada y sin botones
y no te da tiempo a colocar todo el desajuste
que se ha formado en tu pecho
porque cuando te dispones a ello,
tarde o temprano,
vuelve a cruzar otra muchacha con su milagro
para demolerte de nuevo el bienestar.

Las mujeres no creo que seáis conscientes de ello
-de la angustia que provoca el deseo del cuerpo femenino-
pero esto es lo que a menudo nos sucede a los hombres,
que se nos deshace la estructura viéndoos pasar
sabiendo que nunca sabremos
cuánto pesa vuestra alegría
ni las frases de amor, aún sin destinatario,
que lleváis escritas dentro.

Marwan

Tal vez. Un día de estos.

(Texto para ser leído escuchando la canción "Un día de estos", de Marwan)

Se vio obligado por el miedo a vaciarse en cada encuentro, a darlo todo por ver los de ella-encenderse en su presencia. Lo hacía por miedo. Miedo de los dos. El miedo de ella era a entregarse. El miedo de él a que no se entregara. Por eso él acababa dando todo, lo que le correspondía entregar a él y lo que le correspondía a ella. Se vaciaba para ver caer sus temores, lo daba todo para que no hubiera ninguna duda sobre ser o no merecedor de su amor. Pero el amor no se merece. Surge o no surge. Y si surge como surgió en este caso, luego hay que saltar las tapias del miedo, del miedo que sentía ella, que era un miedo  gigante. Porque antes de él hubo otros nombres, hombres que dejaron su alma como una aldea saqueada, desengaños con forma de persona que la dejaron demasiadas noches sin dormir y demasiados días sin abrazos. Aún le dolían los pies de pisar las promesas rotas que le hicieron sobre otras camas y así es difícil entregarse incluso cuando el amor te golpea en el vientre con su mirada bondadosa. Y no se sabe si hay solución. Depende de ella, del tiempo que tarde en darse cuenta del origen de sus miedos, del tiempo que tarde en darse cuenta de que no todos los hombres extienden cheques sin porvenir. Y depende él –no conviene olvidarlo-, del tiempo que quiera darse en intentarlo, del tiempo que considere suficiente para rendirse.


Tal vez lo consigan, tal vez, un día de estos.




¿Quieres saber dónde está África?

Para los niños que preguntan dónde está África

El niño preguntó al profesor ¿dónde está África?, ¿está debajo?

Sí, África está debajo. Está debajo del umbral de la pobreza.
De hecho, por estar, está debajo, está debajo de la dignidad,
en esa zona donde la desvergüenza corre a sus anchas.
Se encuentra justo debajo de los rascacielos
en las cloacas del siglo XXI,
cayó por el sumidero de la historia,
quedó debajo de la suela del hombre blanco
quedó debajo de las palabras
reparto
moneda
engullir
incluso queda debajo
de la palabra escasez.

El niño occidental miró a su profesor.
Lo entendió perfectamente:
su país era el lugar donde nacían
los niños con suerte.

Marwan




El partido del siglo

Año 2012, el porvenir con la cadera rota. Ya no puede avanzar.
España camina cansada por las calles de este siglo.
Los estudiantes de hoy son los parados de mañana.

¿Quién dijo que no mejoramos?
Hemos batido el récord de jóvenes brillantes sin empleo.
Vamos a la calle, vamos a celebrarlo.
No me extraña que los niños quieran ir a Gran Hermano.
Su vecino es ingeniero industrial y es pobre.
Su profesora está triste, le acaban de borrar el futuro.
El Estado de bienestar cambió de ropa.
Se ha quedado deteriorado como las encías de Bukowski y ahora vive en un piso alquilado de centímetros cuadrados.

¿Que de qué nos quejamos?
Es verdad, en África están peor.
Gracias por las listas de espera.
Gracias por mancharnos los escaños.
Gracias por formar el equipo más grande del mundo:
somos cinco millones de desempleados.
Con esta plantilla ganaríamos cualquier torneo.
¡Qué suerte! Vamos a ser campeones del mundo otra vez.
Vega, vamos a calentar, que comienza el partido.
Los políticos solo van ganando diez a cero.
Podemos remontar. La eliminatoria del siglo.
El árbitro viste de negro, como nuestro futuro.
Podemos remontar. Es el partido siglo.

Y el porvenir con la cadera rota no aguantó más en la cancha.
Éramos más que ellos pero muy pocos saltamos al campo.
Cambiaron las reglas del juego en pleno partido.
Y no quisimos salir todos a jugar, solo unos pocos.
Estábamos viendo nuestro fin en directo.
Lo echaban en GOL TV. En directo.
Éramos más que ellos. Muchos más.
Somos muchos más que ellos.
Y no salimos a jugar, a ganarles el partido.
Nos dejamos ganar.
Nos dejamos ganar.

Marwan



La reunión

Esnifas la primera raya de la noche.
La cocaína se desliza hacia tu cerebro
como una bandada de gaviotas
y se posa en sus zonas dormidas.

Las despierta.

Comienza a parecerte otra cosa la velada,
sales del baño
como un automóvil del túnel de lavado,
ahora sí totalmente nuevo.

Te limpias los restos de luna blanca de tu nariz,
vuelves a la mesa,
allí te esperan tus compañeros de obsesión,
duelos de grandes corporaciones,
especuladores brillantes,
directores de empresa
preparadores para seguir la reunión
en la que nuevamente hablaréis
sobre cómo desangrar las venas de tu nación,
ahora que por fin 
alcanzaste el sillón de presidente.

Marwan


lunes, 23 de julio de 2018

Por ejemplo

Por ejemplo un dirigente neonazi entre barrotes.
Por ejemplo es nuestra culpa, fue nuestro error.
Por ejemplo la palabra dimensión.
Por ejemplo la vacuna milagrosa de la malaria,
de la pobreza, de la estupidez.
Por ejemplo la última privatización en el banquillo.
Por ejemplo el dedo del pueblo aplastando a los mercados.
De una vez.
Por ejemplo una España sin picaresca,
sin buscar enriquecerse a costa de.
Por ejemplo el hombre crítico con su propia ideología,
un poema que le agarre de las solapas a un ministro.
Por ejemplo el desarme nuclear,
la demostración científica del karma,
el final del sionismo.
Por ejemplo un anónimo donando su hígado a un banquero.
Por ejemplo un banquero ardiendo. De vergüenza.
Por ejemplo la ética llegando al poder.
Por ejemplo que la Prosperidad sea algo más
que un barrio del noroeste de Madrid.

Todas esas noticias
que uno le gustaría leer
de una puta vez en el periódico.

Marwan


Va a llegar

Míralo, va a llegar, va a llegar el día.
Va a llegar el día en que la mano del pueblo
aplaste en las urnas a la usura,
en que ya no tengamos
que salir a la calle
con lemas en la boca
porque nos estará besando la democracia.

Meteremos nuestra manos bajo su falda
y nos quitaremos juntos las cicatrices
que estos años han dejado 
sobre la piel de la palabra libertad.

 Curaremos juntos las paredes de las aulas,
el corazón de cada profesor
que se dejó el alma
para transmitir una verdad.

Habrá que agradecer las olas de aquella marea blanca
que intentó salvar la sanidad de los tiburones
y lo hizo posible en un mes de enero
en que huía sin zapatos la esperanza.

Porque lo único que se democratizó fue la carencia 
y no las bondades y así nos fue.

Vamos a temblar juntos por las calles 
nosotros y ella, la más bonita,
la democracia.

Pero antes temblará el banquero,
pagará quien debe
y arderán las caller
por donde tenga lugar el desfile marcial
de quienes aplastan a los pueblos
con el peso de sus cargos,
de quien no gobernó para servir
sino para servirse.

Va a llegar, va a allegar el momento.
Vendrá caminando el futuro
como una alegría que regresa desde lejos
para tapar con su verdad el agujero que le hicieron a la historia.

Hagan lo que hagan no van a poder evitarlo,
no van a encontrar cordones suficientes
para atar la imaginación de los hombres
que despiertan con países libres en la cabeza.

Marwan




Consideraciones con respecto a la crisis (texto para un día de huelga)

La crisis descansa sobre los omóplatos de la clase obrera, curva la espalda del bienestar. Quien no aguanta el peso de los mercados se acaba doblando más aún, termina mordiendo el polvo.

La crisis se arroja como una bestia sobre las familias y destroza su descanso, zarpazo a zarpazo las va despojando de los derechos conquistados a la historia. Es un animal anticonstitucional, te quita el trabajo, te quita la casa, no todos somos iguales ante la ley. El hecho de manifestarte te convierte en enemigo a ojos del poder.

La crisis parte la sociedad por la mitad y la parte en tres trozos: los que pueden, los que apenas pueden y los que no pueden en absoluto. Y lo cambia todo de lugar, convierte al culpable en perdonado y hace al inocente asumir el sacrificio, le obliga a pagar por delitos que no cometió.

También cambia el nombre de las cosas: a la prosperidad la llama carencia, a la clase media la denomina incógnita, al recorte de derechos lo apellida ajustes y las ayudas a los bancos parecen ser en realidad reajustes para el pueblo.

La crisis está en muchos lugares, está en el bolso de las pautas, en el monedero de las señoras de mi barrio, está en tus sobrinos, en los carteles de SE VENDE, en los despistados improcedentes y en los necesarios pero su domicilio principal está en las oficinas del paro donde hombres tristes aguardan a la palabra futuro sin saber de qué color vendrá vestido. Donde no está la crisis es en los consejos de ministros, en las pulseras de brillantes ni en la sonrisa del presidente de la patronal. Ahí no la vas a ver.

La crisis tacha la cartera al mileurista, le rebaja un veinte por ciento las bondades económicas u nos vuelve agradecidos ante un contrato precario. Es el rey Midas, convierte un contrato fijo en un milagro. Así es la crisis, convierte una hipoteca en una guillotina y un sueño familiar en un desahucio.

Y resulta que nadie conoce a nadie, que la crisis nos borra los lazos, nos deshermana, corta los cables de la solidaridad porque el miedo a la carencia hace al hombre separarse del hombre, lo convierte en avaro. La generosidad de repente se vuelve un artículo de lujo que muchos no se pueden permitir.

La crisis crea menos gasto y gastar menos crea más crisis. La crisis tienen vocación de pez que se muerde la cola a sí mismo, forma un círculo. Si seguimos su curso daremos una vuelta y otra vuelta y otra vuelta más y no conseguiremos salir de ella. Seremos cada vez más pobres.

Y es curiosos que siendo una palabra tan en boca de los diputados de nuestro país ninguno de ellos sepa verdaderamente qué cojones significa.

Marwan




miércoles, 11 de julio de 2018

España

España, país que has temblado entre mis manos,
que limpiaste la ventana de la dictadura
y la dejaste a medias
y que aún tienes los dientes de leche
en materia de sensibilidad política.

España, que ocupas mis desvelos,
que rompiste los pueblos de la posguerra.

España que te llevaste a golpe de tricornio
la libertad de mis abuelos,
amada y jodida España,
te quiero pero fuiste muy puta
cuando la cornada del terror
rompió la fachada de la república
y nos entregó un futuro roto en las manos.
No está vivo un país
si no corre aire libre por sus piernas,
si nos prohíben hablarlo,
si el gris de los rencores
dibuja sus contornos.

La mitad derrotada,
la España tricolor,
millones de personas
que sintieron tu desprecio entre sus huesos,
que supieron del aliento nauseabundo
del crucifijo helado de los párrocos delatores.
Esa España que tuvo que tragar
la propaganda del bando vencedor,
el águila imperial en la bandera,
la voz de los jinetes del horror.


Pertenecen demasiadas heridas
a aquel 17 de julio de 1936,
cuando la Melilla de corneta inició la revuelta,
la caída de un sistema
que buscaba la igualdad como bandera,
la pisada militar sobre el Estado de derecho.
Y no, aunque algunos libros hablen 
los españoles no votamos por cuarenta años del fascismo.

Aún están abiertas las heridas
de la dictadura
de la trnsición
de dosmilquince
de ese país derrotado por sí mismo.

Es difícil no mirar atrás cuando nadie pide perdón,
cuando la muerte sigue enterrada en las cunetas.
Seguirá así la democracia convaleciente

en el hospital de la memoria.


Mi querida España,
mi madre te conoció un 22 de junio
y aún le deben de doler
las noticias censuradas de su infancia
cuando guardaba en su falda el grito de Lorca,
la congoja con moño por los dolores de la patria.
Ella vio su juventud desde las gafas de Berlanga,
a través de los barrotes en blanco y negro del NO-DO,
conoció la palabra resistir
mirando a través de las trincheras
en la cafetería de la facultad,
cuando una joven universitaria era sospechosa por pensar.
La gente que lee cuanta cosas,
saben todo lo que quieren que se calle,
no interesa al poder.

Y no sé si has cambiado tanto aunque todo es diferente.
Se fueron las manchas del franquismo 
pero dejaron un cerco imborrable en la memoria.
No dejó la dictadura pegamento para la unión.

Y has cambiado, sé que has cambiado,
que se han cerrado muchas heridas
pero aún falta un grito de perdón,
desenterrar a los vecinos.


Pero sigues siendo la misma chica del sueño,
la exacta dimensión de la belleza.
Y por eso te amo, porque conozco tu mitad buena,
la que no sabe a poeta encarcelado,
ni dejó las abarcas desiertas.
Sé encontrar en ti el amor de las madres, 
la victoria de la sangre en un rioja,
reconozco la veta de la vida en tus mercados,
el tambor de dios en el taconeo gitano,
su manera de matar ausencia por soleá,
Paco de Lucía
tocando la guitarra en los pasillos de la eternidad.


Yo conozco los sueños que Alá tuvo en Córdoba por ti,
los ojos de Gaudí al ir doblando un edificio,
el violín con que Dalí pintaba sobre el lienzo, 
la parque que no es grito del Guernica.


Te amo,
porque también me ganas 
cuando en el sur ocupas con aceite
las venas del olivo
y cuando llenas de palomas a los niños en los parques,
cuando abres la alegría por los bares,
cuando vibra el mundo entero en los estudios,
cuando dicen nochevieja y todo Sol es un latido.



Yo te he visto llorar un mes de marzo en la estación,
unida como un beso y una boca,
en un lugar de La Mancha fuia luchar contra molinos,
he mirado hacia tu mar en la guitarra de Serrat,
y he cenado tarde por tu fuerza de costumbre
de acabar siempre después que el resto de vecinos.


Miré a Dios construir tus catedrales,
desde el gótico de Burgos,
hasta la nostalgia de Santiago,
en la piedra roja de Salamanca
fui el universitario de 1800,
y he vivido de judío por Girona,
quise en bable a muchas chicas,
fui otro moro caminando por la Alhambra,
dibujé el primer suspiro en Altamira,
y lloré aquel mundial que trajo Iniesta.


Tú eres inconfundible,
en tus rincones es donde la felicidad se pone guapa
más que un ningún otro lugar,
nosotros somos los embajadores de la alegría.


España con tu piel de toro,
con tu ñ de albañil,
con res de telaraña,
con tu club de carretera,
te amor pero sigue abierta la herida,
la herida en dos del mundo,
partida en dos mitades.

Hasta que no haya perdón habrá una parque
que seguirá aún en la posguerra.
Posguerra tapiada y gris,
posguerra de cárcel y poeta preso,
posguerra escrita con la misma p
con la que se escribe ¿por qué?
con la misma p con la que se escribe poder
perra patada puta prisión pan permiso
que no es la misma p con la que se escribe paríso
ni la misma con la que se escribiría perdón
no, nunca fue la misma letra,
nunca será la misma.

Te miro y te amo,
pero nuevas heridas nos apuntan
porque he visto la codicia trazando con sigilo nuevos mapas,
convirtiendo el paraíso en terreno urbanizable,
el modo en que el hombre ha destrozado tus tendones,
y trajo selvas de cemento a tus bosques doloridos.


Y ahora te ves amenazada
por un futuro low cost,
secuestrada, presa de un sistema corrupto
que ha convertido la democracia en una cáscara vacía.
Ahora te quieren guardar en el cajón,
hacerte un destino de diseño,
quieren que seas un negocio,
el negocio con que llenen sus bolsillos.
¿Cómo lo hemos hecho?
¿Por qué hemos dejado sentarse 
a la codicia en el escaño?
¿Por qué no te escucharon cuando lloras?

A ti te han secuestrado,
los banqueros te han convertido en un souvenir,
en un recuerdo puesto en una estantería,
un recuerdo de aquellos tiempos, de aquel verano.
Pequeños globos de oxígeno
para que la clase obrera no se asfixie del todo,
para no marte del todo,
pero no bastan.

Con la Iglesia asomándose a asuntos de poca trascendencia,
a batallas de otros a imponer su caspa,
su vieja autoridad, su pellejo flácido y grotesco.

Está claro, no quieren oír tu voz.
No quieren oír tu voz
pero ya ha empezado el cambio,
ya has despertado,
porque aquí hay hombres 
que nos negamos a pensar 
que seas el retrete de Europa.

Has despertado,
yo te he visto rugir en las plazas,
y llenar las calles con futuros para todos
y no sé cuánto tiempo tardarás
pero sé que vas a venir hasta las manos de la gente,
con tu lanza a luchar contra gigantes,
con la fuerza de las madres que han perdido 
para quedarte para siempre.


Cambiaremos tu parte ennegrecida,
tu parte puto y rota,
tu España fracturada con hombre de negro
y malcomientes y malvivientes
y jueces que no ponen su martillo
a favor de los que fueron machacados por la desigualdad.

Y dejarás de ser esa nación derrotada por sí misma,
y abrirás tus brazos enfadados
para terminar la locura
en la que acaban derivando las ideologías.
Harás lo que haga falta
para que entre el viento del cambio por tus ventanas
en esta tierra de arte y belleza
de caciques y toreros,
para que gane el sentido común,
el menos común de todos los sentidos.


Marwan