jueves, 31 de diciembre de 2020

Ya no tiene sitio

 Un poco eso de pedir croquetas caseras o un japo en Just Eat. Un menú del día en cualquier parte del mundo. Un poco de fruta antes de dormir. Un día de playa que siempre se nubla.

Un callejear sin rumbo. Por las calles de la ciudad o las de tu piel. Un caminar sin sentido. Alguna serie para dos, con cien capítulos. Una película que no se quede nunca a medias. Ser el peor copiloto de la historia. El bote de champú roto al resbalar de placer. 

Algo parecido a esa cola larga de mucha espera por estar con alguien, aunque sea un minuto. Eso de caminar una hora con lluvia por estar con alguien cinco minutos. Esa fe ciega en alguien a largo plazo. Alguien para recorrer el globo terráqueo. Alguien que, aunque algunas veces se enfade realmente, no quiera irse NUNCA.

Alguien que, cuando le gane el cansancio, se apoye en tu espalda. Alguien que te quiera con todo lo que tenga, sea la cantidad que sea.

O soñar que no se cuelan más mariposas en casa por dejar la ventana abierta y la luz encendida. Con las mías ya no tienen sitio.



¿Sabes?

 ¿Sabes? Nunca fuiste únicamente mi primer pensamiento del día, directamente eres el primer pensamiento de cada minuto. Me coloqué delante de un folio y le puse el color de tus ojos al sol. Para que seas siempre lo que me haga abrir los ojos. De las caricias en tu pecho por las mañanas me voy a encargar yo.

¿Sabes? Las veces que no estás tengo las manos más frías. Si me abrieras un poco por dentro, encontrarías todo lo que pienso en ti. Algo así como la carita con los ojos de corazones del WhatsApp. con algo de ojeras, eso sí, de tanto que nos gusta hablar cada noche hasta que el sueño te gana. A ti.

¿Sabes? Me arreglas las noches más oscuras simplemente diciendo algo. Podemos volar tranquilos. Aterrizar en nuestros ojos. Bailar con las manos. Que nunca te acabes todo el plato. Que me beses en cualquier calle empinada. 

¿Sabes? Tienes la fuerza de una canción de Pereza y la letra de una de Andrés Suárez.

Y cuando te des cuenta, si te apetece, dime que me quieres... Yo siempre sabré qué responder.



Adiós, 2020

 A pocas horas de que empecemos un nuevo año, he hecho un pequeño repaso por el 2020, un año que prometía tanto y que bueno, ha dado de que hablar, eso es indiscutible.

En enero comenzaba con bastantes kilos de menos y hecha una auténtica mierda, destruida, aplastada, desorientada, perdida... Nada parecía que iba a sacarme de ese agujero negro en el que me metieron y del cuál, no sabía salir... Tiempo, me dijeron, y que gran verdad. Tiempo y también cometer errores, porque cuando no conoces el camino, te confundes, pruebas, te pruebas y a veces ganas, y otras también se pierde. En este tiempo me llevé a personas por delante sabiendo que lo que estaba haciendo, no estaba del todo bien, pero cuando no te encuentras ni tú misma, el resto pasa a un segundo plano. No es excusarme, para nada, es una realidad, fue lo que pasó. Hasta que un día, tras pasar Febrero en Granada, y en marzo encerrarnos en casa como Juana "La Loca" en su castillo, ves la luz. Las miles de hora que echaba haciendo de ejercicio sirvieron para limpiar mi mente y mi mundo.

Decidí dejar atrás a persona que no me aportaban nada, no me interesaban y ni siquiera apreciaba ante la masacre el Covid hizo en mi familia. Esta pandemia no sólo nos robó abril como decía Sabina, nos ha robado momentos, personas que no volverán, planes, y quién sabe qué más, quién sabe que tenía el futuro escrito para nosotros. Una de las lecciones más importantes que aprendí en el confinamiento, es que no puedes planear nada. Yo que necesitaba cuadrar toda mi agenda con un mes de antelación. También me enseñó la poca importancia de la distancia, las videollamadas estuvieron a la orden del día y tuve más contacto con los míos que había tenido nunca.

En mayo aparecieron las mascarillas, una "Nueva normalidad" lo llamaron, y ahí estuvimos, haciendo más ejercicio, dando largos paseos por Leganés. En junio es cuando empezaron a salir planes para todo el verano: Asturias, Zamora, León, Toledo, Navarra, Cuenca, Soria... Viví el verano más fuerte, más yo que nunca, y por qué no decirlo, más guapa (resultados de los entrenamientos). Estaba curada, o al menos eso parecía, los recuerdos seguían, pero ya no dolían, eran como una película en blanco y negro y de cine mudo. La imagen borrosa y el sonido se había ido. En pleno verano me retiré de las redes para conocer pareja. Se acabaron las tres o cuatro citas diarias para conocer a alguien especial. Este era mi verano, sólo para mi, sin depender del móvil, sin importar si una foto era más o menos bonita para subirla al Instagram. Esta sola, bueno no, estaba conmigo, más cerca de mí de lo que he estado nunca. ¿Y sabéis qué? Llegué a ser feliz.



En septiembre, un seguidor de Instagram del que yo no recordaba nada (al parecer de pof), me comentó un estado político de los que pongo en mi perfil. Y desde ese día no paramos de hablar. Hubo noches, que teniendo que madrugar nos acostábamos más allá de las cuatro. Hablando de todo y de nada, pero sin más. Un entretenimiento pensé, hasta que hablar con él se convirtió en rutina y en algo, que no sabía explicar, pero me gustaba. Cultura, música, museos, viajes, experiencias, política, educación... cualquier tema... Y cuando me metí en su perfil, era guapo, de los que a mí me gustaban, macarras, sí.

Y el día 11 de septiembre, sin que ninguno de los dos lo pensara, nos cambió la vida. Una quedada que terminó a las diez de la mañana, el sábado siguiente una cita que duró hasta las dos de la tarde y el domingo que decidimos no volver a separarnos... hasta hoy.


Que octubre, noviembre y diciembre han sido especiales porque Javi entró en mi vida y por la puerta grande, justo... "cuando menos te lo esperas". Cariño, me retracto en lo que te dije en la entrada anterior, has sido lo mejor del año 2020. Llegaste justo cuando tenías que llegar, y te apuesto lo que quieras que has llegado para quedarte. Esto solo es el inicio, pero nosotros somos de construir la casa por el tejado, porque no hay normas ni reglas ni tiempos establecidos. Que ya llevamos un Cuquito, y vendrán más, que ya vivimos juntos... Que ya hemos pasado por una operación y unas fiebres, sabemos que es estar en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad y aprobarlo con diez. Javi, el camino lo tenemos hecho, pateado y recorrido, además tenemos fecha para dejarlo firmado. Más no podemos pedir, solo que el camino dure muchos años. Sabes a que nosotros el fuego no nos quema, y nada nos da miedo. Que sin querer, hemos formado el mejor equipo, el complemento perfecto y el compañero de vida. I love you to the moon and back...

Ventanitos, os deseo lo mejor para el año que entra, y gracias, gracias siempre por acompañarme en mi vida. Nos vemos a través de la pantalla.

FELIZ 2021


Cinco minutos

 Los cinco minutos de una canción que nos transporta, que nos hace pensar. O simplemente bailar hasta el amanecer.

Los cinco minutos de después del sexo. Con las caricias, la respiración agitada, el temblor de las piernas. El recuerdo de un orgasmo inolvidable.

Los cinco minutos antes de dormirte. Unas noches se alargan pensando y otras no llegan a cumplirse. Pero siempre sacas algo en limpio.

Los cinco minutos que pasan entre empieza a lloviznar y caer fuerte. Aceleramos el paso mientras abrimos el paraguas. 

Los cinco minutos que faltan para que llegue el autobús. O los cinco que necesitabas para no perderlo mientras lo ves marcharse a lo lejos.

Los cinco minutos previos al primer beso. Que sientes que va a ser. Que hay magia y conexión. Flotas y no sabes hasta dónde.

Los cinco minutos para ir al balo, pillar unas palomitas y poner el próximo capítulo de Netflix. Los cinco minutos más, que ojalá fueran eternos.

Nunca desprecies cinco minutos: pueden dar mucho más de lo que crees.





No la última en el cielo

 En homenaje a Diana Quer

En un precioso pueblo con mar, tus sueños se truncaron inesperadamente. No pudiste elegir, solo resistir. No te marchaste, te obligaron a irte. Tu última fiesta en la tierra seguro que no la última en el cielo. No lo merecías, todavía tenías mucho que aprender, muchas cosas en las que equivocarte para un día encontrar el sitio y acertar. Y no parar de sonreír.

Con esa sonrisa que solo tú sabías que iluminaba la de tu familia.

Que sepas, estés donde estés. que has dejado huella, enseñando lecciones.

Que ojalá algunas cosas cambien, tu recuerdo queda intacto.

Que tu hermana brillará siempre por ti.

Que nunca más...



Y no es de mesa

 Remake de "Jugar a un juego"

Estamos jugando a un juego que no es de mesa. Además, tiene pinta de no tener ningún ganados. Y mucho menos seré yo.

Empate a callar. Empate a ignorarnos. Ya nunca volvemos a casa. Ya no tiras el dado de quedarte sin palabras. Ya no sueñas con comparte el Royal. Ya no juegas a decir esas mentiras que los dos sabíamos que eran verdad. Es una maldita cárcel este silencio. Esas fichas que no son ganadoras.

Las que ganan son las ganas, que seguirán aculadas, como si intentar mantenernos al margen fuera a conseguir olvidarnos. Lo que es de verdad difícilmente se olvida. Eso siempre hablábamos entre risas. Cada uno seguirá con su vida. Tú con la tuya, que no sé cuál será. Yo con la mía, de esperar que algún día recapacites. Basándose en esas apariciones espontáneas a base de likes, En "me sigues" y mañana unfollow. Seguirás sin cambiar. Anotando en cuadernos y agendas los días que terminan sin recibir una caricia de las que hacen temblar de la cabeza a los pies. Pondrás canciones que sonarán a otros tiempos.

Que tontería es decirte que hay algo que extraño. Negarás con la mirada hacia abajo delante del espejo.

Y la vida seguirá... por dos caminos opuestos. Con sabor a derrota.



sábado, 26 de diciembre de 2020

Mi regalo de 2020

 Por fin ha pasado esta Navidad, tan rara, tan triste, separados todos de todos por un metro y medio de distancia. Separados de la abuela... Una Navidad diferente.

Pero soy de quedarme con lo bueno, de lo malo estamos rodeados así que quiero hablaros del mayor regalo que este 2020 me ha dado. De este año tan especial que todos hemos sufrido.  Este año, a la mesa, por fin hemos podido sumar uno más. Así que quiero dedicarte esto, tómalo como un regalo más de Papá Noel junto con los que tienes y todos los que están por llegar.

¿Quién me lo iba a decir aquel viernes en Nassica? Cuando ya no buscaba nada, cuando el amor pasó a segundo plano. Cuando más que nunca esa frase que odio tanto: "llegará cuando menos te lo esperes", se hizo más real que nunca. Y aquí estamos. Me di de frente con un luchador que no se achanta ante problemas solucionables, que pelea cada día, que busca soluciones, que llora, grita y se desespera que nunca abandona. Aquel que es capaz de abandonarse a sí mismo, para darse por completo a la gente que quiere. Que nos mima, nos protege, nos quiere con palabras y con actos.

Verle fue como ver mi propio reflejo en un espejo. Una persona con una gran mochila a la espalda y que lleva con total dignidad, cogiendo fuerza cada día y sabiendo que siempre puede un poquito más, que ha aprendido que el fuego no quema y el frío no hiela. Que la vida no es un paseo, que la vida es sobrevivir y agarrarse a los momentos felices que te van surgiendo. Sabe de qué va esto. Sabe que aprendiendo, leyendo, investigando, viviendo, las cosas pueden ser más fáciles. 

¿Casualidad? Dos personas en el mismo punto, con la misma personalidad encontrándose en el mismo camino. Yo lo llamo magia. Es más fácil que te toque la lotería que encontrarte a una persona así y que él sienta lo mismo por ti, que sea recíproco.

En estos días, en los que vivimos juntos, me he dado cuenta de que le quiero más que a nada en el mundo, y que aun estando dormida, le busco en la cama como si necesitara tocarle a cada minuto del día. Es algo que con nadie me había pasado. Ha sacado mi vena más romántica, soy capaz de quedarme mirándole un buen rato mientras habla, come o duerme. Pero sin sentirme insegura de lo que sienta o piense. Es tan difícil de explicar... que no encuentro las palabras. A diferencia de otros, él potencia todo lo que soy, saca mi mejor versión, no deja sentirme mal, insegura o patinar por algunos de mis complejos. No deja de quererme ni un momento, y eso es inexplicable porque cuando no hay besos, hay abrazos, cuando no palabras, cuando no hechos y cuando no miradas, pero siempre hay algo que nos une hasta estando lejos, un mensaje, una foto, un audio...

Le quiero, pero no como cuento de hadas, le quiero como compañero de vida, le quiero como copiloto en mis viajes cantando a gritos las canciones de todos los tipos y haciendo nuestras versiones, le quiero en mi vida como padre de mis hijos, le quiero como protagonista de mi futuro. Un futuro no tan lejano ya... A la pregunta de "¿Te quieres casar conmigo?" dijo "Sí". La persona más antiromántica del planeta (como yo), que no quiere vestirse de pastelito (como yo) y que para Navidad probó un traje y vio que le sientan tan bien como una gorra y unos vaqueros.


Creo que los dos nos hacemos crecer. Cambiar en el mejor sentido de la palabra, ver que lo blanco puede ser negro e incluso tener miles de tonalidades de gris. Que ir al chino puede ser tan maravilloso como el pollo del KFC o un italiano compararse a una hamburguesa de un euro del McDonald´s. Y eso, es magia ventanitos. Es la persona (y no solo hombre), la persona en el mundo que más feliz me hace. Me ha enseñado que es la igualdad en una pareja, el apoyo, discutir sin que vaya a más (como hacemos cada día, porque como os comentaba, es como yo, discute hasta con una piedra), reírnos de estupideces que solo nosotros entendemos por esa complicidad tan especial, intensa y bonita que se creó antes de conocernos en persona (una vez más, gracias Marhuenda).

Y por último, quiero darte las gracias por todo lo escrito y por haberme "dado" a la personita de ojos verdes más bonita del mundo. Mi Cuquito, con el que tenemos un futuro lleno de planes y más que somos un buen equipo, porque si tú y yo nos parecemos, él y yo, en fin, suerte Javi, vas a necesitarla para estar con los dos.

Feliz Navidad, cariño. Y feliz vida... Porque a tu lado cada segundo sabe mejor....

Patri Izquierdo Díaz



viernes, 25 de diciembre de 2020

Feliz Nochebuena

 Este año he aprendido a restar distancias. He cometido nuevos errores. He llorado. Me he reído solo y con mis amigos. 

Dejé de contestar algún WhatsApp, porque muchas veces es mejor no decir nada y dejar que el tiempo actúe. 

He aprendido que las fotos en compañía son más bonitas. 

He vivido una y mil aventuras gracias a los libros que leí. He vuelto a escribir más de lo que debería. 

Me enamore y conocí una versión mucho mejor de mí. Me he enfado, he discutido y he sabido pedir perdón. Aprendí a ser un poco menos egoísta y en el camino conseguí quererme un poco más y mejor. 

Mandé a paseo a cierta persona y lo reconozco «me quede muy a gusto». 

Fui a la playa y me quedé con ganas de más. 

Lloré por alguien que no merecía la pena. Me he dado cuenta de que algunas personas estando, están ausentes, y otras aun en la lejanía se nota su presencia. 

He conocido una nueva ciudad. Dejé varios complejos tontos en el camino.

Sigo teniendo cosas pendientes en mi lista. 

Dije te quiero, me respondieron con un beso y sonreí. 

No sé qué será de mí el próximo año, ni que tiene preparado el destino para mí…                      

Lo que sé, es que seguiré mirando de frente, sonriendo y con ganas de seguir aprendiendo.

Feliz Nochebuena

P.D. Sigamos haciendo camino por muchas piedras que el destino, la vida o el amor nos pongan por delante.



sábado, 19 de diciembre de 2020

Feliz cumpleaños

 Un año más ha pasado. Tan rápido que no recuerdas si han sucedido más cosas buenas que mañas. Bueno, algunas personas se han marchado y otras aparecieron para convertir tu vida en algo más fácil.

Por desgracia, otras no pudieron elegir si era mejor estar.

Un año más de madurez, recordando cosas que en el pasado no estuvieron tan bien y otras que planean un fututo más riquiño.

Comprarás una tarta, con muchísimas velas. Soplarás fuerte, cerrarás los ojos y pedirás un deseo.

No se lo dirás a nadie, que ya sabes que así no se cumple. De todas maneras, sospechas que sabrán cuál es. Dirás que este año no quieres regalos, pero aparecerán en un papel que no durará mucho tan bien envuelto. 

Te tumbarás en la cama y mirarás al techo... "Este año toca comerse el mundo".

Feliz cumpleaños.



Notando el silencio

 Iker besó a Sara inesperadamente delante de todo el mundo. Con la mirada inimitable del amor.

En el momento en que tú me miraste por primera vez, el mundo entero desapareció de repente. Dejé de escuchar ruidos.

Y todavía hoy, cada vez que me besas, noto como si no hubiera nadie más en las calles. Como si todos hubieran desaparecido para dejarnos solos durante un rato.

Notando ese silencio. Ese del que otras veces he hablado. El silencio del amor.



Decisiones

 Fue el momento de tomar una decisión. No era, desde luego, la más fácil ni la más cómoda. Pero fueron demasiadas noches en vela y días de pensar mirando fijamente un punto. Si lo comentaba por ahí, con mi familia y amistades, las caras siempre eran las mismas.

Aunque muchas veces no dijeran nada, reflejaban decepción. Como si al tomarla fuera a cagarla para siempre. De todas maneras, entiendo que querían lo mejor para mí.

Y sí, ha pasado el tiempo; y sí, a contracorriente, decidí tomarla. No niego que con miedo. Los cambio acojonan y más de ese calibre.

Pero ha pasado el tiempo...

Me sirvo un café, me siento frente a la ventana. Le echo un poco más de azúcar, pongo un poco de música.

Qué buen sabor de boca que las cosas salgan bien. Que el tiempo ponga en su lugar las decisiones más complicadas.



La bonita soledad

 La vida siempre será más bonita compartiendo grandes momentos con la gente a la que más quieres. Encajando instantes que no tienen sitio en las fotos. Pero guardo un secreto: me encanta disfrutar de mis ratos de soledad, de una película, de esa canción que suena distinta cuando no hay nadie en casa. Escaparme a un concierto en la última fila. Mojar os pies en la arena y escuchar cómo se acerca una ola más.

Disfrutar de í y no aburrirme nunca de esos momentos.

Poder pensar, reflexionar y sentir. Darme cuenta de que ahí siempre voy a estar.

Que nada más necesito. Un ratito en soledad.



Nuevo capítulo... En Caracol

 Así es. 

Hace poco más de un mes, me llamaba la directora para ofrecerme un puesto, y poco me faltó para decirla que sí, el tiempo justo para decir a la anterior escuela infantil que retiraba mi candidatura. Ayer me enteré de que por lo menos en Enero, vuelvo. 

Todos los que seguís "Desde mi ventana" sabéis lo importante que es para mí trabajar, no solo por el dinero, sino porque es una forma de salir de casa y no vivir aquello que me atormenta cada día. Y cuando la directora ayer me dijo que me ampliaban, fue como escuchar música celestial. Primero pensé en Javi, en "dale a la siguiente pantalla que vamos a por nuestra casa", pensé en Patri, que estaba allí a mi lado y que sin ella, este escrito no hubiera sido posible. Además de que trabajar con ella es un placer (podría haber sido un caos, puesto que ya sabéis lo que dicen de la confianza... ahí lo dejo), pero ha sido maravilloso y pensar que al menos unos meses más voy a estar con ella dándole un poco el coñazo, es algo a celebrar y así se lo dije. ¡Tenemos una quedada pendiente e invito yo!

Pero este escrito es para dar gracias a mis compañeras que se alegraron del hecho, a las que sin querer (porque al trabajo vamos a currar) ha sido increíble conocerlas y las he cogido un cariño enorme, supongo que es la vida misma, encuentras a gente maravillosa y la cosa fluye. Y en el trabajo es tan importante como en el día a día. No voy a dar nombres porque el blog no deja de ser un sitio público y no tengo su consentimiento. Pero empezando por las chicas de limpieza que me acogieron como a una más y a día de hoy tengo una confianza bonita con ellas, como con mis compañeras o con mi Patwo.

Ir a trabajar tan contenta, tan feliz, haciendo lo que de verdad amas en este mundo, porque recordad: la educación es vocacional, te tiene que gustar para poder ser un buen maestro, te tiene que nacer, y para mí, es un estilo de vida. Es ver algo en las tiendas, y ver en ello un recurso para enseñar matemáticas, lengua, para practicar psicomotricidad... Estar por la noche pensando y que tu cabeza sea un caldero de ideas y decir, se lo voy a comentar a Patri. La vida del profesor... podríamos llamarlo. Y tengo al mejor ejemplo en casa, mi tía. La mejor profesora del mundo que conozco que en treinta años de experiencia aún sueña en la cama con miles de historias y actividades que llevar a cabo dentro de clase.

Es un estilo de vida como he dicho. Así que, gracias Caracol por darme la oportunidad de seguir escribiendo un capítulo más.



miércoles, 16 de diciembre de 2020

Sin pulsar el stop

 Me siento contigo enfrente. Y nos reímos mucho. La comida se enfría, algunas horas desaparecen por arte de magia. El hielo se deshace en la copa; yo, en tus labios. Yo, en ti.

Comentamos lo que pasa en el mundo y muchas veces lo vemos igual. No somos normales, pero mejor. 

Deseando una vez más compartir cama, o suelo. ¿Qué más da?

Apagar la luz y hablar hasta que los párpados ganen la batalla de gallos.

Despertar de noche y notarnos al lado. Tocarnos, aunque sea de refilón.

Retumba el corazón, pero esta vez es en estéreo. Y no vamos a presionar el stop.



Menos mal...

 Menos mal que todavía quedan post-its bonitos en la nevera. Besos en la frente. Gente que hace cosas por otra sin esperar nada a cambio.

Menos mal que existe quien nos hace pensar con cada palabra. Que nos excita con cada cosa que susurra. Que nos besa la espalda mientras se cuece la pasta y se nos queda pasada.

Menos mal que quedan personas que prefieren volar contigo mientras caminan por la ciudad de tu mano. Que son capaces de convertir un apartamento de setenta euros la noche en toda una vida.

Menos mal que apagamos la tele para acariciarnos un ratito más...

Y tu boca... menos mal que queda tu boca. Acércate. Ya no quedan miedos, se convirtieron en ganas. 

Menos mal que en este mundo de pirañas nos quedamos solos mucho tiempo en la bañera. Subiendo el calor.



Nunca serás hogar

 He llegado a este nuevo lugar. Tiene de todo; más que una nueva vida (que también), es un mundo lleno de posibilidades.

De nuevas personas, cosas que ver y disfrutar. Mucho por aprender. El sitio perfecto para vivir. 

El lugar para soñar.

Eso me dice la gente, al menos. Que todo está ahí, al alcance de mis ojos y de mis manos.

Pero se olvidan de algo más importante. Algunas veces dan igual los minutos, días, meses, años, lustros... que pases en un lugar. Da igual la nueva compañía. Da igual lo que grite el mundo. Hagas lo que hagas, jamás se convertirá en tu hogar. Eso necesita muchas más cosas. Y no podría explicarlo con palabras.



Aunque me destaparas

 Lo que más me gusta de ti es que nunca te rindes. No es algo que diga por decir, se nota. Cada vez que vinieron tormentas de miedo, las apagaste con tus risas, con tus fuerzas, con tus ganas. No había nada, pero, incluso así, apagaste el miedo.

Y mira que no te lo han puesto fácil. Otra persona en tu lugar estaría perdida en medio del Sáhara. Pero tú aguantas. Que no sea por no intentarlo. Cumples siempre que esperan algo de ti, y si no, también.

No necesitas estar pendiente del móvil, ni de la vida de nadie para demostrar que estás a gusto. Sí, exactamente lo contrario a la mayoría.

Un día desapareces para perderte con el coche por sabe Dios dónde y el siguiente vuelves a aparecer risueña como el día que naciste.

Te gusta disfrutar las cosas al máximo. Los pequeños detalles que nadie encuentra. Tantos que algunos no se los cuentas jamás a nadie.

Te gusta poner la música alta, que suene Ed Sheeran, que se apague la luz y que llegue mañana, bailando en el espejo.

Y yo qué sé, tienes unos labios tan bonitos que no me importaría dormir en ellos. Aunque me destaparas.



domingo, 13 de diciembre de 2020

Valentina ya nació

 Valentina llegó al mundo con un poco de retraso. Ya llevaba mucho tiempo con ganas de vivir ese momento.

Traía mucho pelo y le faltaba un poco el aire de tanto esfuerzo. Piel con piel. Besos contra besos. El primer pañal y buscando el pecho.

Al poco tiempo conoció el hogar, tocaba adaptación. Algún lloro que despertaba a los vecinos y muchas noches en vela. Glotona y sonriente, nos sacaba toda la ilusión que acumulábamos dentro.

Valentina coleccionaba esbozos en su cara. Todavía no encontraba el gusto al baño calentito ni al patito. Todo el mundo quería verla y flipaba con su melena negra. ¡Maldita!, que nunca lloraba con las visitas.

Cada vez más fuerza en sus piernas y en su cabeza.

Intentando erguirse. deseando hacerse mayor sin reloj.

Valentina tiene toda la vida por delante. Pero nos tiene a todos conquistados desde el primer segundo.



Ojalá nunca

 Ojalá nunca dejes de mirarme con ojos de "no quiero irme nunca".

Ojalá nunca perdamos la ilusión que conservamos desde el primer día.

Ojalá nunca desconfiemos el uno del otro sin mediar palabra.

Ojalá nunca dejes de coger la mochila y cuatro prendas para dar la vuelta al mundo de mi mano.

Ojalá nunca tus sueños se agoten y, aunque lo decides tú, ojalá pueda ser el acompañante en tus cruceros y en los botes a punto de hundirse que traiga tu vida.

Ojalá nunca la intensidad de tus orgasmos baje del gemido.

Ojalá nunca nos importe lo que digan los demás, ya que no nos entienden.

Ojalá nunca pierdas tus rarezas, tus defectos, tus sueños.

Ojalá nunca olvides cada canción que nos dedicamos.


Que ahí estaré yo... para sonreírlo todo contigo.




Mensaje dentro de una botella

 Se te extraña.

Todavía me sobresalto al escuchar tu nombre.

Eso es todo.

Pero no quiero que vuelvas. Bonito nuevo traje de felicidad.



No pasa nada

 Ella siempre dice que no pasa nada. Los minutos del reloj pasan, eso sí. Pero, por lo demás, no pasa nada. "No pasa nada" cuando le preguntan qué le pasa.

Supongo que a eso se acostumbró de pequeña, cuando esa era su respuesta a demasiadas cosas que hoy no quiero recordar.

Pero vaya si pasaron.

Una infancia llena de timidez, una sonrisa que destacaba, las envidias de una clase por su buen hacer. Un novio controlador de esos que anulan. Un miedo al cambio y un empezar a vivir. Todas las secuelas, los sueños, los miedos que le dejó de recuerdo.

El solo buscar ya algo que le haga sentir bien. El soñar con poco pero bueno. Con un detalle de verdad. Con reencontrarse consigo misma en el espejo. El "ponte guapa para ti".

Y ahí, ganando el miedo al pasado, a perderse de nuevo en el agobio. Que no salga todo como se lo merece.

Ella siempre no se atreve y luego siempre arrepiente. Por las noches, bombas nucleares en la mente. Hoy le habla porque no quiere perderle, mañana  se vuelve a callar "para siempre".

Algunas veces la veo pasear por un paso de cebra, mirando siempre a los dos lados; siempre cruza en verde.

Sigue sonriendo, como si no pasara nada.

- Yo siempre sabré que eres lo mejor, aunque no te pase nada.

- Da igual, no lo digas. Los dos pensamos igual, pero ya sabes que yo nunca lo digo.



Con el paso del tiempo

 El tiempo siempre sin avisar. Hay noches en las que echamos la vista atrás para recordar y han pasado veinte años, cuando realmente parece que todo sucedió ayer.

Conciertos, besos, pulseras, botas, notas, cartas, escapadas, hoteles, exámenes, trapos sucios, manteles y fotos.

Han cambiado nuestras ropas y modas. Los libros que leíamos. La música. Unos amigos están y otros se han marchado. Algunas veces, mejor. Incluso ha cambiado nuestra forma de pensar, aunque hace un tiempo nos parecía imposible. Aquello que veíamos tan moderno ha evolucionado hasta otra cosa que parecía imposible. Nada es igual.

Lo que sigue siendo inevitable es el amor. Ya no solo es que aparezca siempre sin avisar, incontrolablemente. Lo hace siempre con fuerza. Da igual el tiempo que pase, las generaciones que pasen, lo moderno que sea todo ahora. Da igual que tengas quince años o sesenta. El amor siempre sobrevivo de una forma u otra al paso del tiempo. Con sus ilusiones y decepciones.

Siempre habrá canciones para momentos. Canciones que son vida. Vidas que son canción.

Y no, nunca podremos rebobinar la vida, pero sí seguir hacia delante. Hasta la próxima canción que nos haga volar.



Esa historia

 Esa historia que te sucedió casi sin avisar, que te hacía sonreír cada día.

Esa que nadie sabe, que es puro secreto entre los dos.

Esa que todavía te hace temblar todas las noches cuando la recuerdas.

Esa que así seguirá. Esa que no se olvida.

Cierras los ojos y te das cuentas.



Demostraciones

 Tus inoportunas demostraciones de que sigues ahí.

(Sí, sí, esos mensajitos y señales para recordar que no estás, pero que, a la vez, ahí sigues).

Vete a la mierda.



De memoria

 Aunque pases página, o quemes el libro.

Aunque lo escondan en el trastero o no lo vuelvas a abrir.

Aunque lo prestes intentando que no te lo devuelvan nunca más, como suele ser habitual.

Aunque la historia pase de moda.

Aunque la historia ya tenga una nueva historia.


Siempre vas a recordar, al menos, la mejor parte, porque te la sabes de memoria.



DICIEMBRE 2021

 1. Me gusta todo lo que me recuerde a ti.

2. Las dos únicas respuestas validas a la pregunta “¿Eres feliz?” deberían ser: “lo soy” o “estoy en ello”.

3. El amor hay que agradecerlo siempre porque es lo único en esta vida que no se puede comprar.

4. Le estoy cogiendo el gusto a las siestas desde que son contigo.

5. Nos faltó experiencia. A mí para saber que hay mil como tú, y a ti para saber que no hay dos como yo.

6. Qué duro se hace pasar una noche solo cuando te acostumbras a alguien…

7. No has nacido para ser el segundo plato de nadie. Tú te mereces el menú completo y el final con las perdices.

8. Enamorarse es apostar por algo difícil que consiga que vivir sea fácil.

9. A mí que no venga nadie a llenarme la cabeza de pájaros, bastante tengo con los míos.

10. Quiero un domingo que dure para siempre contigo.

11. Cuando alguien afirma que no cree en las relaciones a distancia, lo que realmente dice es que no quiere lo suficiente a una persona.

12. A la mierda el tener miedo. Si algo no te hace feliz, no te suicides poco a poco al no intentar cambiarlo.

13. Valora como se merece a quien renuncia a algo para que tú lo tengas.

14. No se duerme igual con quien se puede que con quien se quiere.

15. Salvo que de verdad lo sientas, no me pidas que te espere. Te quiero tanto que lo haría hasta autodestruirme.

16. Detrás del humo de su cigarrillo, se esconde la más bonita combinación de sueños, miedos y ojos marrones.

17. Serendipia: Hallazgo de gran valor que se encuentra de manera casual e inesperada mientras se está buscando otra distinta.

18. Sincericidio: Llevar la verdad hasta el extremo, sin pensar en las consecuencias que pueda provocar esa mencionada verdad una vez dicha.

19. Le echamos la culpa de nuestras desgracias a cualquier cosa o persona antes que a nosotros mismos. Y así no va.

20. Eres el tren con retraso que voy a esperar siempre. Porque sé que vas a llegar, sólo te falta darte cuenta.

21. Lo llaman síndrome postvacacional porque, momento de la vida en el que te das cuenta que no eres feliz con lo que haces, deprime demasiado.

22. Que hablen, que digan que tú no vales, que se rían de ti. Que hagan lo que quieran. Tú sólo quédate con que pudiendo emplear su tiempo en mil cosas, lo están malgastando en criticarte. Tan mal no lo estás haciendo.

23. Abrázame como si al soltarme me fuese a romper.

24. Qué guapa estás cuando duermes en la misma cama que yo.

25. Hay personas con ganas y personas con excusas. Todos buscamos a las primeras, pero, por desgracia, siempre terminamos con las segundas…

26. Me apasiona conocer a gente nueva porque nunca sabe cuándo nos van a cambiar la vida.

27. Todos hemos pasado por la situación de tener que olvidar a alguien que no quieres olvidar y que su vez ya te ha olvidado.

28. Mi sonrisa es directamente proporcional a lo cerca que te encuentres de mí.

29. Nada vale menos la pena que esforzarnos por ser quien no somos para estar con gente que no encaja con nosotros.

30. La gente que te critica cuando haces lo que te gusta y comienzas a destacar, al mismo tiempo te indica que estás en el camino correcto.

31. Te quiero porque contigo es muy fácil ser feliz, y ser feliz no es nada fácil.