martes, 21 de febrero de 2023

Miedo al abandono

 Te enseñaron a no pedir cosas. A no molestar. A complacer. A hacerlo tú. A sentir vergüenza si necesitabas algo. A depositar tu autoestima en el hecho de que los demás te necesitarán. A nunca decir no. A estar siempre disponible para el otro. A servir. 

Te enseñaron esa esclavitud emocional que consiste en buscar desesperadamente la aceptación. En evitar el rechazo por encima de todas las cosas. En convertirte en lo que la otra persona demanda para que no te deje de querer. En tenerle miedo al abandono.

Y ahora tú pides algo porque no puedes más. Lo que sea. Y la gente que te lleva exprimiendo toda la vida, se enfada.

Y ahora tú dices no. Porque no. Y la gente que lleva contigo para todo, te dice que has cambiado. Que qué te pasa. Lo único que te pasa es que te estás dando valor. Estás pensando en ti. Estás poniendo límites por primera vez. Y estás reclamando tu derecho a recibir. Y ahora puede que ya no haya tanta gente. Porque la gente que estaba contigo por interés cuando ya no eres útil, desaparece.

Vale. Estarás más sola. Pero también, eres más libre.



lunes, 20 de febrero de 2023

Mi refugio

 Objetivo: hacerte feliz. 

Llevo días redactando esta carta en mi cabeza pero sin apenas tiempo para escribirla. Tú no me lo das, pero estar a tu lado es el mejor tiempo invertido de toda mi vida.

Cada vez que duermes, me pongo a pensar en cómo era mi vida antes de que llegaras. Y no me acuerdo... Me encantaba viajar, conocer lugares nuevos, y ahora me encanta viajar a tu lado hasta el sofá o la hamaca. Mirarte, es el mejor paisaje de cada día. Tus sonrisas, que son infinitas lo que más me llena. 

Helena, te has convertido en mi refugio. Tú consigues salvarme de absolutamente todo. Eres mi personita vitamina. Mi chaleco salvavidas. Con tres meses, has convertido a mamá en la persona que soñaba ser. A mantenerse alejada de las personas que dan trabajo porque en mi vida, solo importas tú.

Papá, eligió estar a mi lado, pero no me necesita tanto como tú. Y Maya digamos... Que prefiere a papá ante todo el mundo. ¿Sabes? En esta última semana he tenido ganas de huir, de estar en silencio puesto que creo que es la mejor solución a muchos problemas. Pero el silencio trae más problemas de los que soluciona. Todo sale, ya lo verás, hija. Todo sale y nada se queda dentro. Tensión, ansiedad, dolor de cabeza, tos, inquietud... Un cóctel que me impide dormir y comer. Y sobre todo, fingir que todo va bien. Es el peor disfraz que te puedes poner incluso en un día como hoy de carnaval.

El dolor se lleva por dentro. Y es algo que nunca compartiré contigo. Quiero ser tu madre, no tu amiga, quiero apoyarte yo y darte el mejor regalo del mundo: dejarte ser niña. Una niña que la única preocupación que tenga es que vestido ponerse, por ejemplo. Pero nada del mundo de los adultos. Ya llegarás, es el sueño más erróneo que se tiene en la niñez: querer ser mayor. El mundo de los mayores es oscuro, lleno de piedras, de caminos que nunca llegan a los lugares que queremos, es una constante subida, una lucha incansable, una carrera de fondo... Y no te voy a librar de ello, de nada de ello. Algún día, crecerás. Y serás tú quien sea consciente de todo ello.

Ojalá, en ese futuro que te espera, encuentres a alguien como tú, que sin querer, salva vidas. Jamás pensé que ser madre era tan grande. Me imaginaba que era algo maravilloso pero nunca llegué a pensar que era de este calibre. Eres mi sueño hecho realidad. De pequeña, siempre decía que de mayor quería ser mamá. Y aquí estás, haciéndome feliz a cada instante mientras tú libras tus propias batallas con tus puñitos y tus dientes. Eres magia, bebé. La magia que me ayuda a tirar de mí cada día, a querer salir de la cama porque tú... Me necesitas. Tus brazos, tus caricias, tu mamitis... Es inexplicable. No existen palabras, solo emoción. 

Aprendí lo que dueles demasiado pronto. Esa semana en la que nos dijeron que rezara lo que supiera para que consiguieras salir de allí. Mamá no puede evitar no llorar cada vez que piensa en aquellos días. Juraría que se me ha quedado como trauma. Aprendí que el cansancio no se siente si es por tu hija, el hambre desaparece al igual que el sueño. Y te vuelves en alguien por y para ella. Viniste pisando fuerte. Siempre he sentido, dentro de mí, que venías siendo una guerrera. Con todo lo bueno de mamá y todo lo bueno de papá. Eres nuestra versión mejorada en todos los aspectos. Eres mi mini yo, como dice papá. Siempre ha sido él quien lo ha dicho. Hablando de papá, no sé qué pensará él, pero me enamora ver cómo le miras, como le llamas, como le incitas a estar cerca de ti. Eres tú la magia de nuestras vidas. 

A los abuelos les tienes locos. No pueden pasar un día sin saber de ti. Sin verte. Has derribado todos los esquemas que teníamos. Y los has conseguido tú sola en un tiempo récord. No es porque sea tu mami, pero es que eres demasiado especial, no dejas de enseñarme cada día algo nuevo. Me enseñas a ser mejor, a que los problemas los lleve de otra manera y la ansiedad a niveles menos revolucionados. Tú me querrás, no lo dudo. Pero no olvides que como yo te quiero, no lo hará prácticamente nadie por todo esto que te estoy confesando. Porque me salvas, me llevas por el buen sitio, me calmas, me enseñas a que la vida a tu lado es absolutamente maravillosa y a que los sueños se hacen realidad.

Gracias por elegirnos como tus padres a papá y a mí. Gracias por dejarme ser tu mamá. Y antes de nada, te pido perdón por los errores que pueda cometer, que estoy cometiendo o que ya he cometido. Todo lo que hago es por ti, es por un amor tan incondicional como reciente. Soy novata en esto del amor tan puro. Perdóname por tener el libro de instrucciones de la mejor mamá del mundo, pero para mí, ya eres la mejor hija del mundo.

Te quiere,

Mamá



jueves, 9 de febrero de 2023

Qué ser bueno no salga tan caro

 Hace mucho que no escribo en el blog, de hecho, está entrada la escribí ayer y no he podido publicarla hasta hoy. La maternidad me tiene muy ocupada, demasiado, no tengo tiempo ni siquiera de pensar en mí un poquitín. Sin lugar a dudas, estoy muy entretenida.

Pero quiero escribir algo para alguien. Para mi marido. Soy la primera que le exige más cariño, más detalles, más besos, más momentos... Más amor, pero del bueno, del de querer menos pero querer bien.

Javi tiene un gran defecto, el mismo que le hace ser virtuoso. Es buena persona. Muy buena persona. Es de las personas que se enfada y a los cinco minutos se le pasa y se le olvida, sin rencores. Eso es bueno... Y malo, a la vez. La gente aprovecha de ese defecto/virtud, pensando que pueden jugar con él o que no se entera porque tiene más educación que alguno o que podemos hacer con él lo que queramos porque es un títere de X persona sin personalidad. 

Este tema lo llevo muy mal. Tanto, que cada vez que veo un feo así, ¡salto! Pero siempre está el freno de Javi sobre mí. Me parece tan cruel juzgar, usar, aprovecharte de una persona porque sabes que es bueno y conseguirás de una manera u otra lo que quieres... No todo vale en la vida, ni todo es justificable por un objetivo además de manera tan egoísta. Como decía Sabina... Qué ser bueno no salga tan caro. Y sale. Me da rabia, impotencia, tristeza...

Javi tiene una personalidad bien marcada y un carácter también muy fuerte. Es gaseosa pura. Pero es la persona a la que debes acudir si necesitas algo, porque él se lo quitará para dártelo. Es la generosidad hecha hombre y además la de verdad. Jamás te recordará que un día... Hace mucho tiempo, te ayudó. Es más sencillo que todo eso, es cariño y entrega por los demás sin querer colgarse medallas ni recibir agradecimientos eternos. 

Él sabe qué personas no le convienen cerca, él sabe jugar sus cartas. No es tonto, es de las personas más inteligentes que conozco, pero es bueno como digo, ayuda porque sí, porque sin pensarlo le nace. 

A veces me acusa de que creo que es un trozo de carne sin sentimientos. Y nunca lo he pensado, sólo... Que a diferencia de mí, sus pensamientos, preocupaciones e ideas las lleva dentro, muy dentro y se le hace difícil compartirlas. En eso yo soy mucho más abierta. Chocamos en el momento en el que yo por una buena noticia salto de alegría y él sólo sonríe. Sé, que debajo de esa preciosa sonrisa, se alegra tanto como yo, pero es la calma que a mí me falta.

Pienso mucho en cuál es nuestro secreto como pareja (y le pregunto mucho a Javi, sí... De ahí, éstas entradas, marido). Hemos pasado momentos malos, muy malos, y siempre hay que hacer una evaluación del momento para mejorar (si es que queramos mejorar puesto que nadie es perfecto... Ni solos, ni en pareja). Somos el complemento el uno del otro. Somos el motor o el freno depende de para qué cosas. La energía y la tranquilidad. El fuego y el hielo. Pero no logro definirnos del todo ya que nuestros papeles varían dependiendo las situaciones.

Javi tiene algo que engancha a la gente. Detrás de ese aspecto pasota detrás del móvil, hay un padre maravilloso, un marido increíble y un amigo excepcional. Con su mochila, sus demonios, su pasado ha sabido crecer, madurar, hacer de él la gran persona que conocí hace casi tres años. Y que sigue creciendo, enfrentándose a nuevas situaciones, nuevos baches del día a día, y lo que más me gusta es que lo hace reconociendo sus errores, solucionándolos y volviendo a empezar. Porque esa es otra... Nada ni nadie ha logrado derrumbrale.

Y sé que te sientes muy incómodo recibiendo alagos, pero Javi, las personas también necesitamos escucharlo, leerlo y sentirlo de las personas que queremos y que viven a nuestro lado.