miércoles, 14 de mayo de 2014

Ningún mar en calma


Soledad


No me tientes


Noche de luna

Me encanta la luna que nos alumbra, frente a esta playa desierta, sentir la arena fría bajo mis pies, esas cosquillas que hace al correr. Jugar al pilla pilla, sin normas establecidas o al escondite sin dejar de verte, porque no puedo dejar de mirarte. Nos tumbamos en esta arena que parece virgen, tan solo tiene la sombra del viento.
Allí jugamos como niños sin parar, tú me miras y yo aparto la mirada, tú me empiezas a besar y yo me separo sin dejarte hacer más. Esto no es una noche de luna y nada más, esto es una nueva canción que cantar, un verso que escribir, un cuento que narrar, un estribillo que tatarear. Esto es algo más, tanto que llega al corazón que pasa por la tripa haciendo una explosión, que baja a mis caderas creado el calor de la pasión y que llega a mi cabeza en forma de dolor, "No me hagas daño, por favor. Sería capaz de entregarte mi vida entera en esta playa, poniendo de testigo al mar, pero no juegues con sentimientos que nos pueden llegar a matar". 


Una persona y te cambia la vida


Sonrisa


Gran Vía

Gran Vía. Madrid no sería ni la mitad de lo que es sin esa calle. Me encanta su gente, esa magia que desprende, pasear por ella es sentirte importante. Da igual como vistas, como seas, nadie te mira. El anonimato que te da esa calle es único para un martes 13, en el que necesitas reencontrarte. Y como he dicho, esta calle tiene magia, la realidad supera a la ficción.  
Voy corriendo a mi cita, casi llego tarde, no habrá sitio estoy segura. Llamo al ascensor, como suele pasar en estos casos no baja. ¡Llego tarde! Rodeada de libros, me siento enamorada, casi atontada, pero el ascensor aún no baja. ¡Por fin! Las puertas se abren, tercera planta ¡Ya! Me pone nerviosa la señora que anuncia cada planta, hace que la espera se alargue. Corro antes de que las puertas se abran del todo y ¡pam! Choque de frente con él. Ahí esta el motivo de mi prisa. 
Y bajo la cabeza, sigo mi camino tan normal, guardo mis colores y mi timidez para mi, bajo la cabeza y busco sitio para verle mejor sumergida entre tantas personas. Mi silencio sale a pasear al igual que las medias miradas de vergüenza. Y así siempre, convertimos cada encuentro en una historia de sonrisas y miradas. 


sábado, 10 de mayo de 2014

Esto es amor

"Él tiene ochenta años e insiste en desayunar con su mujer, Y cuando le pregunté, ¿Por qué su mujer está en residencia de mayores?, él respondió, porque tiene Alzheimer (pérdida de la memoria). Entonces le pregunté, "¿Se preocupará su mujer si tardas en venir a desayunar con ella?" y respondió "Ella ya no se acuerda… ya no sabe quién soy yo, desde hace cinco años que ya no me reconoce." Yo sorprendido, le dije: "¡qué bien! y aun así sigues desayunando con ella cada mañana a pesar de que ella no te reconoce." El hombre sonrió, miro a mis ojos y me apretó la mano, entonces me dijo: "Ella no sabe quién soy yo, pero yo sí sé quién es ella."


¿Ironía?


Nació para ser él


En lo que debes centrarte


martes, 6 de mayo de 2014

Sólo tú tienes la tinta de tu historia

Somos diferentes, éramos inesperados y seguimos cumpliendo con el misterio. Los días pasan y el tiempo también a una velocidad de vértigo, casi no te permite mirar atrás, casi no te permite retroceder para coger esa oportunidad que ya esta pérdida. Asegúrate de que cuando beses, lo hagas con todo el amor y la pasión que puedas, cuando abraces más de lo mismo. Vive cada segundo, haz que cuente cada uno de ellos. Vive tu propia historia, sólo tú tienes tinta para escribirla a tu manera, siempre mirando hacia delante. A nuestra historia le hacen falta capítulos malos, capítulos que jamás deben ser borrados, haz que el final valga la pena. Y cuando otro la lea o tú mismo, sienta que está perfecta.




Algo que creía perdido