domingo, 28 de enero de 2018

CARDIOMEGALIA

Una mutación;
un defecto, en sí:
el corazón
más grande de la cuenta.

De fábrica, dicen,
de nacimiento, 
y, una vez, me salvó la vida
desviando un golpe de gracia
y sin ninguna.
En retorno,
por equilibrar, o ajustar cuentas,
quizá
algún día me la quite.

La historia tiene su punto:
estoy vivo
por mis defectos.
No intentes quererme por otra cosa.

Pablo Benavente


PIDE UN DESEO

Piensa un deseo.
¿Ya?
Cierra los ojos,
déjame comerte la boca,
déjame arrancarte los miedos
con los labios,
déjame vestirte de caricias
que mitiguen el frío
con el que has cubierto tu cuerpo,
déjame bailarte las ganas.
Toma mi mano
vamos a buscar tus sueños
inventándonos un camino
jamás antes recorrido.
No, no huyas.
Sé lo que eres.
No te escondas.
Sólo cierra los ojos
y pide un deseo.
Quiero hacerme realidad.

María Guivernau


jueves, 25 de enero de 2018

EL SOÑADOR

Una noche soñé que era Pablo Neruda.

Estaba en una playa
y oí en mi corazón segundos rojos,
vi en el cuarzo una suma de erizos y tormentas,
vi en la gaviota un cruce del vértigo y la nieve.
Todo era tan real.

Un clavel era el ojo de quien mira un incendio.
La escarcha era una lluvia de cúpulas desechas.
Los destellos del oro,
avispas que volaban en torno a su panal.

Yo fui Pablo Neruda.
compré diamantes en las fruterías,
domaba diccionarios con un látigo verde
y cavé un túnel que iba del pan a las banderas.

Tú venías a mí
como septiembre acude a las manzanas.

Cuando me desperté,
la sombra de los árboles
le ponía a la luz sus negras herraduras.

Cuando me desperté
no quedaban ni viento ni banderas
y te había perdido.

A veces es tan triste no ser Pablo Neruda
y que la noche sea nada más que la noche
y el día, sólo el día.

Benjamín Prado


EXTRAÑOS

Es casi tan necesario como descortés olvidar a la persona tras el poema.

Olvidar la latente humanidad con que se sangra una poesía, olvidar el sacrificio, el arrojo de periodista de guerra interior al conocerte, a solas, con una copa, la soledad y tú.

Por eso añoro el segundo de cordura de los farsantes. Ese momento en el que deciden dedicarse a otra cosa y dejar la poesía a quien no sólo demuestra amor en las letras.

Pablo Benavente


Lo teníamos todo

A ti te encantaba
sacarme de mis casillas,
y yo,
que nunca estuve
a gusto en ellas,
me peleaba con tus ganas
de serlo todo
en un mundo
en que no teníamos nada
más allá de las gnas
de volvernos locos,
y trazarnos versos
a golpe de bisturí
en la espalda.

Saray Alonso


miércoles, 24 de enero de 2018

La pura verdad

Mentiría si te dijera
que no me lo esperaba.

Y es que guardo en el pecho
corazón para ti,
para mí
y para la realidad.

Saray Alonso


Paraíso

Cuando me hundo entre sus piernas me rodea un paraíso.

Marwan


La poesía

¿Os gustaría tener la capacidad de oír los pensamientos de otras personas?

Claro que os gustaría. Todo el mundo responde que sí a esta pregunta, hasta que los piensan detenidamente.

Por ejemplo, ¿qué pasaría si las demás personas pudiesen oír tus pensamientos? ¿Qué pasaría si pudiesen oír tus pensamientos... ahora mismo?

A veces tenemos pensamientos que ni tan solo nosotros comprendemos. Pensamientos que ni tan siquiera son ciertos -ya que en realidad no nos sentimos así-, pero que se nos pasan por la cabeza de todas formas porque es interesante pensar en ellos.

Si pudiésemos oír los pensamientos de otras personas, oiríamos cosas ciertas y también cosas que se les pasaría por la cabeza de manera completamente aleatoria. Y no podríamos diferenciar las unas de las otras. Nos volveríamos locos. ¿Qué será cierto? ¿Qué no lo será? Un millón de ideas, ¿pero qué significan?

Eso es lo que me encanta de la poesía. Cuanto más abstracta sea, mejor. Los momentos en los que no estás segura de sobre qué está hablando el poeta. Puedes hacerte una idea, pero no puedes estar segura. No al cien por cien. Cada palabra, elegida específicamente, puede tener un millón de significados diferentes. ¿Es un sustituto -un símbolo- de otra idea? ¿Encaja dentro de una metáfora más grande y más escondida?

Yo odiaba la poesía hasta que alguien me enseñó a apreciarla. Me dijo que tenía que ver la poesía como un rompecabezas. Descifrar el código, o las palabras, depende del lector, basándose en todo lo que sepa sobre la vida y las emociones.

¿Ha utilizado el poeta la palabra rojo para simbolizar la sangre? ¿La ira? ¿El deseo? ¿O será el timón rojo sencillamente porque rojo suene mejor que negro?

La misma persona que me enseñó a apreciar la poesía también me enseñó el valor que tiene escribirla. Y, sinceramente, no hay ninguna forma mejor de explorar tus emociones que a través de la poesía.

Si estás enfada, no tienes que escribir un poema en el que trates de la razón de tu enfado. Pero tiene que ser un poema furioso. Así que adelante... escribid uno. Sé que, por lo menor, estáis un poco enfadados conmigo.

Y cuando acabéis vuestro poema, descifradlo como si lo acabaseis de encontrar impreso en un libro de texto y no sipieseis absolutamente nada de su autor. Los resultados pueden ser sorprendentes... y aterradores. Pero siempre es más barato que un psicólogo.

Por trece razones


Mirar

Mirar es una cosa.
Que me mires tú es otro verbo diferente.

Marwan


sábado, 20 de enero de 2018

EL FIN

Después de 4 años en que pasamos por todos los estados del amor y el desamor nuestra historia se acabó. Tú hacia el norte y yo hacia ningún lugar. Me escondí por donde puede, me agarré a las cinturas que pude, te saqué de las conversaciones como pude y evité ir a los lugares donde coincidíamos como pude. Así acabé perdido en medio de la ciudad de las almas sin rumbo preguntándome por qué cuanto más te esfuerzas en olvidar más la recuerdas. Pasaron varios meses y tras seguir caminando por esa línea decidí tomármelo con calma. Aunque doliera. Aceptar el dolor como el precio de las cosas más hermosas. Tu recuerdo poco a poco comenzó a bajar el volumen de su voz y por un tiempo, según te ibas yendo, estuve de paso por la vida. Fue raro vivir sin sobresaltos, ver cómo poco a poco la tristeza se iba diluyendo en el paso de los días. Así llegó el día que supe que ya no te necesitaba. Esa noche comprendí que el fin también es el principio.

Marwan




Ya lo iré diciendo

Últimamente no estoy seguro
de saber qué es lo que quiero.
No ocupa mi corazón
la premura por nada concreto,
ni el odio que sentí hace tiempo
por quien me hizo daño.

La vida se ha vuelto una manera
de pasar los días sin que nada pase.
Tengo la sensación de que me hace falta algo que buscar,
saber qué es lo que quiero.

Pero vuelves del trabajo
y desmientes al instante toda falta de certeza.
Sé lo que quiero.
Te quiero a ti.
El resto
ya lo iré decidiendo.

Marwan


MI PRIMERA HERIDA

Tuve un novio cabrón,
justo cuando pensaba 
que me había tocado la lotería
y que lo de Walt Disney
no era locura transitoria.

Con él aprendí
que estaba destinada
a darlo todo
para sentirme
vacía
una y otra vez,
y que aquel
imbécil que hizo sangre
era el primero
de muchos otros
que vendría después
a levantar una herida
que aún hoy
mimo cada mañana.

Saray Alonso


Cruzando la barrera

Estrella vespertina y rojo sol poniente,
¡y una voz desde dentro que me viene a llamar!;
y que el hosco sonido del agua en el rompiente
cese al menos entonces, cuando me haga a la mar.

Que en su lugar aflore marea adormecida,
muy plena, sin espuma ni ruido pertinaz,
cuando aquel que de lo hondo llamado fue a la vida 
a su casa retorne sosegado y en paz.

Al caer de la tarde una campana reza,
y después... ya se sabe: ¡total oscuridad!;
y que a nadie le embargue del adiós la tristeza
cuando me embarque solo hacia la eternidad;

Pues aunque el flujo lejos me arrastre mar adentro
y del Tiempo y Espacio se rebase el umbral,
con mi Piloto espero tener un franco encuentro
cuando mi nave cruce el rompiente final.

Lord Alfred Tennyson


Declaración de intenciones

Ella es el país del que no pienso irme nunca.

MARWAN


miércoles, 10 de enero de 2018

UNA RAYA DE CIELO

Te quiero libre.

Con tres palabras invitando a pactar con el diablo: te quiero libre.

Como una sucesión de calas y alfabetos bailes con la muerte, besos de judas 
y yo que, solo te quiero libre
aunque nunca me haya sentido tan parte de algo
como llenándote y los semáforos se pongan verdes a nuestro paso
como borrachos que no hacen pie en la mediocridad.

Te quiero libre, aunque hacer el amor contigo sea como meterse una raya de cielo,
y nos salgan plumas de la piel y el viento nos invite al salto.
Te quiero libre aunque se te caiga la miel de los ojos y me llene soltar todo esto.
Era tan imposible dar contigo que no tuve más remedio que creer:
toda una vida dedicada a las palabras y, precisamente tú vas y me dejas sin ellas.

Te quiero libre, pero, mientras
sueña bonito, salvaje;
sueña salvaje, bonita.

Pablo Benavente


Invencible

La vida empeñada en hacer conmigo
eso que la noche hace con el día:
derrotarlo.

Y a mi lado tú
impidiendo que eso pase.

Me siento invencible.
Ninguna tristeza me puede detener
desde que tengo tu risa de ventaja.

Marwan


Dos veces

Sé que la quiero porque cuando me dicen que elija dos mujeres la elijo dos veces a ella.


Marwan


PO ÉTICA

Hubo un tiempo en el que cuatro abrazos soportaban todo.
Aguantábamos un mundo que no estaba preparado para esto.
Para nosotros.
Un mundo lleno de poesía que nadie quería.

Ahora que nos sobra, ahora que todos la quieren no parece que nos acordemos de los abrazos.
Igual no estábamos, nosotros, preparados.
Igual solo duró un tiempo.
A lo mejor, es tiempo de poetas a los que se les olvidó de dónde venían, a los que se les olvidó la poesía.

Pablo Benavente


domingo, 7 de enero de 2018

Lecciones de gramática

Verbo caer,
preposición sobre,
pronombre ella.


Perfección gramatical.


Marwan


Leyendo a Gil de Biedma

Adelantaron las lluvias en Madrid,
igual que en Barcelona
según contabas, querido Gil de Biedma,
hace casi ya 50 años,
en una noche triste.

Llueve en Madrid. Y tampoco sabemos si el Gobierno
aislado en su océano está esperando
que la tormenta pase.
Pero sigue la gente preocupada
y pienso, como tú,
en sus esperanzas.

Y es que todo, Jaime, se repite.
Y la historia y la lluvia
al final es la misma y dolorosa,
y es la historia más triste
de todas las historias de la historia.

Y no sé qué contarte.
Tal vez que en este otoño,
con este anuncio de invierno
de ansiedades, esta noche
hay que leer tu poesía mientras llueve.

Porque este medio siglo, Gil de Biedma,
ha pasado deprisa y ahora dudo
si las cosas cambiaron estos años
o si, otra vez, los miles de personas
que contabas siguen todavía
esperando que pase la tormenta.

Rodolfo Serrano


No hay arreglo ni con poesía

Escucho en esta noche
la radio que nos dice
que este año las cosas no van bien.
Y que éste ha sido
el mayo más lluvioso de la década.
Que el paro va aumentando
y en la Bolsa la vida no cotiza.

En esta noche
en la que la voz del locutor, fría y cansada,
me dice que 800 millones de personas
se van a morir de hambre,
lo único que tengo
es tu cuerpo dormido
y la certeza de que esto
no hay Dios ni poesía que lo arregle.

Rodolfo Serrano


MARIPOSAS

Me cogía la mano, se la ponía justo encima del obligo, bajo sus pechos,
y me decía: "¿sientes eso? Esto es por tu culpa?".
Después volvía a besarme, y yo me lo creía.
Por mi culpa -gracias a mí, entendía yo-.

Lo repetía, como un ritual, después de ponerse la ropa interior
-decía que la intimidaba mirándola-.

Nos medimos la piel, y nos pusimos a prueba un tiempo.
No supe nada más de ella hasta un mes después.
Un amigo la vio, con un tipo: ¿está embarazada?
Tenía su mano -la de él- encima de su ombligo.

Hoy en día llaman mariposa a cualquier cosa que te revuelva el estómago.

Pablo Benavente





viernes, 5 de enero de 2018

¡FELIZ NOCHE DE REYES!

Para mí, esta noche es mi preferida. Es la noche más mágica y maravillosa de todo el año.Que no nos quiten la ilusión de cuando éramos niños, que no nos quiten nuestros sueños. Espero que los Reyes Magos os dejen toda la fuerza y todo el valor que necesitéis para conseguir esos sueños.

Sois geniales.

¡Feliz noche a todos!


lunes, 1 de enero de 2018

Archivos digitales

Ella era muy joven y él tenía
la edad en la que ya no hay cumpleaños.
Despacio le pasaba -rubia y bella-
la mano con ternura por el rostro.

Apenas era el mundo que empezaba
en este mar de peces y demonios.
Pero allí estaba el miedo entre los muros
de un fiordo de Noruega. Y él callaba.

Miraba a la muchacha con tristeza.
Y luego, con su cámara, intentaba 
atrapar el futuro que sabía
posible sólo en archivos digitales.

Rodolfo Serrano


Oración para el último minuto

Y cada noche, perdido en el dolor,
guarda un instante
ese recoveco más último del sueño
para maldecir
con las peores
blasfemias que conozcas
cada letra y espacio de su nombre.
Que los dioses
te regalen el odio
para dormir en paz hasta la mañana.

Rodolfo Serrano


La pregunta, como un rezo

¿Tuvimos suerte, o la provocamos?
La pregunta que me repito a veces, cuando, dando vueltas a nada, acabo dando algún resquicio de honestidad, un pequeño paréntesis en el desierto, una piedra colocada, cuidadosamente, a un lateral del camino -si es que alguna vez lo hubo-, un regalo de certeza -libertad, a su modo-.

Saber que estás justo donde quieres, la búsqueda desesperada de una lógica al absurdo, un pequeño atisbo de candado en esta libertad, brutal, que me regalaste: como en un sueño, te fuiste al llegar la mañana, para que descubriera un mundo que -mira qué broma- acabó con tus pies.

Qué inocente impulso.
Cerrar los ojos, apretar los puños, destruir en un pestañeo las guerras, Europa, Estados Unidos, las excusas, tu pasado, mi trabajo, las temblorosas cuentas corrientes. 
Borrar de un gesto todo lo que nos lastra la sonrisa, todo el abismo de excusas que nos ponemos, como una coraza completa, a la que sólo delatan los ojos, sentirte para mí -sólo durante un infinito segundo-, y olvidar todo lo demás.
Volver a creer, como si nos contásemos un cuento al oído que hasta los lunares de tu brazo merecen una cara feliz.

¿Fue magia o la quisimos ver por todas partes?
La pregunta que, como un rezo, me acabo haciendo cada vez que me atraganto con alguna pluma, me aprieta demasiado el nudo o, el vaso de agua donde acostumbraba a ahogarme, desborda por huracanes. Qué triste camino hemos tenido que seguir, mi vida, si necesitamos de la ausencia del resto para no faltarnos a nosotros.

Pablo Benavente