jueves, 30 de junio de 2016

Una historia real

Es así, encuentras una diosa en el metro,
comienzan las miradas,
de un modo cada más insistente, 
se te pasa de todo por la cabeza.
Piensas en la manera de abordarla
hasta que, de repente, un conocido se te acerca
y pretende darte conversición hasta bajarse,
estúpidas anécdotas una tras otra,
mientras tú sientes que no habrá manera
mirando con tristeza a la chica,
igual que ese niño que mira roto hacia el cielo
mientras ve perderse el globo
que se le ha escapado de las manos.

Marwan


Lo hizo antes

Una mejer no hace ruido
cuando se va.
Ya lo hizo antes, cuando quería
quedarse y no te diste cuenta.


Ahora no

Caer
era entonces un verbo 
casi divertido: me caí
de la cama , me caí
de la bicicleta, me
caí del patinete...

Ahora no.

A esta edad,
caer
es otra cosa.

Peor.


miércoles, 29 de junio de 2016

Hola, ¿te acuerdas de mi?

La vida está llena de recuerdos tristes, alegres, mejores y peores para todos y había que aceptarlos como parte del peaje que se paga por vivir.

Megan Maxwell


La persistencia del corredor de fondo

Tengo la vida rota, hecha cristales.
Pero a pesar de todo me gusta andar descalzo.
La sangre de los pies me hace sentir
que no, que todavía quiero
correr hasta que el cuerpo aguante.

Pedro Andreu


Reconciliación con el pasado

Porque la vida pasa en un momento y hay momentos que pudieron cambiarnos la vida.
Porque siempre nos queda algo más que decir detrás de cada despedida... porque todos alguna vez hemos escrito una carta que nunca llegó a su destino... 
Porque todos necesitamos de alguna forma reconciliarnos con nuestro pasado.


La cura

Le recetaron olvido. Una cápsula de nuevas experiencias cada ocho horas y, muy importante, no mezclar jamás con otras prescripciones.
Escuchar canciones melancólicas, mandar mensajes de madrugada o revisar viejas fotos estaba altamente contraindicado.
Tuvieron que ingresarle varias veces pero, salvo leves periodos de mejoría, siempre terminaba recayendo. No había esperanza. La suya era una enfermedad crónica de nostalgia.
Siempre recordaría.
Por suerte, veinte años después, la ciencia avanzo y encontraron por fin el remedio a su cura.
Una lágrima sincera le brotó discreta cuando el neurólogo le diagnosticó Alzheimer.

A cuento de nada
Rafa Pons


Botones

Soñando, 
soñando siempre, 
toda la vida
con poder dar la vuelta a los relojes.
Y que no existiera aquella tarde
en que me dejaron por primera vez con doce años.
Ni aquella mañana en que me dejaron por última vez con veintiocho.

A lo largo de mi vida
he querido rebobinar demasiadas cosas
y no lo conseguí nunca.

Ya no le pido un botón de rebobinar al mundo.

Es más sencillo.

Me conformo con que alguien le dé al pause
ahora que duermes conmigo
y tu cuerpo es un milagro
que flota cada noche entre mis manos.

Marwan


martes, 28 de junio de 2016

Vive, joder. Vive.

Haz puenting si es lo que te apetece, tírate en paracaídas si te mola, bebe o no, fóllate a cualquiera que te apetezca follarte, o quédate en el sillón, plancha la ropa, piérdete por las calles... lo que sea, pero que te llene. No llegues a casa pensando que hoy ha sido el mismo puto día de ayer y seguramente igual que los 335 días siguientes.

Vive, joder. Vive.

Y si algo no te gusta, cámbialo.

Y si algo te da miedo, supéralo.

Y si algo te enamora, agárralo.


La respuesta

A veces me pueden lo sueños
y conozco a mujeres
-quiero decir que me las cruzo
o comparto un rato con ellas-
y sin filtro ni credenciales
en un instante me imagino una vida entera a su lado
con la obstinada la imagen de la felicidad,
un despertar en mañanas blancas,
entre sábanas,
con caras de anuncio,
o me las imagino,
simplemente,
tapando el frío.

En el metro, aeropuertos, bares,
librerías, tiendas de ropa,
esperando a que se ponga en verde un semáforo,
en cualquier lugar,
allí están para darme a la vuelta a la cabeza
por un rato.

Luego regreso a mis cosas,
porque cruzan la calle y desaparecen 
o se deshacen en los brazos de otro
o simplemente me miran pensando
cómo puede haber alguien con tanta tristeza
ignorando que ellas, cualquiera de ellas
quizá sea la respuesta.

Marwan


Microcuento

Y que cada vez que me pasa algo
pienso que te lo estás perdiendo.
Y cada vez que se me pasa 
pienso que te estoy perdiendo.


domingo, 26 de junio de 2016

Mañana, ¿quién sabe?

Hay momentos en la vida en que uno simplemente se deja querer. Porque sí, porque quiere, porque ya es hora, porque le apetece.
Quizá no le hayas conocido en la cabina de una avión destino Nueva York, o vuestro primer beso no tenía la estampa de la cuna de las civilizaciones de fondo, pero al final no se trata de eso, ¿verdad? Al final, los días se definen por el momento de llegar a casa o de salir a dar un paseo, por amanecer juntos o reír, reír profundamente. Al final, mañana quién sabe si quizá seas diabético y no puedas comer dulce o si quizá no sea tu momento para amar. Entonces, coge tu momento y ama, "ama y ensancha el alma". Porque la visa es una, y mañana nadie sabe. Las historias de películas están muy bien para el inicio, pero siempre tienen un final. Y si algo tiene final, nunca será un buen final. Así que abre esa botella de vino que guardabas para una ocasión especial, descorcha el mejor champán y vive, vive intensamente. Porque mañana... ¿quién sabe?



El hotel

No teníamos dinero para el hotel pero decidimos que esa noche había que vivirla a lo grande, sabiendo que hay noches que nunca vuelven. No fuimos al mejor hotel de la Gran Vía de Madrid y encargamos cuatro benjamines de champán y fruta. Hicimos el amor como siempre, es decir, como nunca. Ella era única. Sus besos tenían algo de las alas de pluma. Ella era de algodón, una ducha a pleno sol. Era necesaria. Por la mañana bajamos sin hacer ruido. Esperamos a que en el lobby hubiera mucho tráfico para salir corriendo. Me acuerdo de la policía viniendo a mi casa meses después exigiendo que pagáramos el hotel. Mi compañero de piso lo hizo con gusto. Ha pasado el tiempo, concretamente 28 años desde aquella noche en que tú tenías 30 y yo 31, y sigues a mi lado. Aún te veo pasar por la casa flotando de una habitación a otra, oyendo tu respiración por la noche y aunque, como dije, hay noches que nunca vuelven, te amo tanto que me parece que nunca llegamos a salir de ese hotel.

La triste historia de tu cuerpo sobre el mío
Marwan


La palabra milagro

Pero, cuando te abrazo una noche tras otra
y me encuentro tu pulso a oscuras en cualquiera
de los puntos que laten en tu cuerpo dormido,
cruza por mi cerebro la palabra milagro.

Juan Antonio González Iglesias


La Matriz

Se trata de una mujer de mediana edad, ni guapa ni fea, vital, optimista, melancólica algunos días, algo exagerada, de ánimo bipolar. Es libertina casquivana y a la vez sentimental, lo cual oculta bajo una capa de chulería, rudeza e imprudencia. Chilla para no oírse pensar. Siempre se acuesta tarde, habiendo bebido más de la cuenta, para despertarse con el tiempo justo, corriendo, corriendo. Promete no volverlo a hacer, pero sabe que se miente, Sus relaciones suelen ser algo tormentosas, sin zonas templadas, fuego o hielo. En ocasiones su pareja necesita escapar unos días, es infiel, pero regresa cabizbajo sabiendo que la necesita. Otras veces está orgulloso de ella, cuando la piropean, o la defiende vehemente si la critican,
¿Su nombre? Madrid. ¿Su mejor virtud? La luz de su cielo es de color azul blanquecino, no se sabe bien si por la contaminación o por los sueños de sus habitantes, que vuelan, allí suben y se quedan.

Samir Abu-Tahoun Recio




La magia de los comienzos

"Y de repente te das cuenta de que es el momento de empezar algo nuevo y disfrutar de la magia de los comienzos"

Meister Eckhart


Me apetece volver

- Me apetece volver, ¿sabes?

- ¿Volver dónde?

- No es donde, es a que... me apetece volver a mirar unos ojos que brillan. A conducir gritando esa canción. A llorar de la risa y reírme de lo llorado. A enamorarme de un atardecer. A abrazar dando saltos y ponerme perdido de cerveza. Me apetece bañarme en la playa, un sábado por la noche. Fumarme un cigarro a medias. Morder unos labios, porque me hecho gracia, solo por eso. Saltar de la cama, sin importar como de grande sea la resaca. Pasar más tiempo riéndome que buscando el motivo para hacerlo. Comprarme ropa nueva y mancharla con la cadena de la bici. Conocer gente. Viajar sin dinero. Raparme la cabeza, o dejarme el pelo largo, ¡yo que sé! Me voy a comer el mundo y cuando acabe volveré a empezar. ¿Te vienes?


martes, 21 de junio de 2016

Querido inglés

Querido inglés:

Nuestra relación no va a ninguna parte. Después de tantos años juntos, seguimos sin entendernos. A veces incluso, por más que te escucho... y te leo, no acabo de sacar un mensaje claro. Y es que, cuando te pones americano, ¡no hay quién te aguante! Pero casi es peor cuando te pones hecho un finolis estirado.
Mucho poner normas y normas, que al final no cumples ninguna. Porque siempre me pillas con alguna excepción que te sacas de la manga, y es que yo, soy cuadriculada. Lo que es, es. Si te digo blanco, espero que sea blanco, y si es negro, negro. No me vengas con tu gama de grises.
No hay una comunicación clara después de tantos años y mira que contigo hablan miles de países, pues debo ser la única a la que no le gustan las galletitas con té. Lo siento, no me gustan nada. Prefiero una buena siesta a esas horas o incluso una película mala de esas que ponen a las cinco de la tarde en antena 3.
Esta visto que jamás nos llevaremos bien, pero esta claro que yo te necesito más que tú a mí. Te tengo presente en el trabajo y en sus entrevistas para conseguirlo. Te tengo presente en anuncios, canciones, en la radio de mi coche, en mi ordenador, en mi móvil y todas sus aplicaciones... 
Estamos destinados a pasar una vida juntos nos guste o no, así que vamos a intentar llevarnos bien este mes, en el que convivo contigo ¡cuatro horas diarias!
Para ser pijo y estirado, te has hecho un ocupa en mi mente, en mi casa, y tengo que ir por ti a una academia. Vamos a tomarlo como una terapia de matrimonio.
Bueno, querido inglés, voy a seguir estudiándome todas tus reglas, excepciones, palabrejas impronunciables y esa forma de escribir tan a lo loco que no concuerda nada con lo que hablamos. ¡Qué no te entiendo, vaya! Sé que será misión imposible, pero mira, yo apruebo y después te marchas. Que yo soy más de ¡olé, olé! Y sólo Madrid, ya te queda demasiado grande. Además me preocupo por tu piel, aquí hace demasiado sol para que vivas en verano a mi lado. No, no. Cada uno en su lugar que la suerte está en todas partes.
Me parece que seguiré luchando un poquito más por ti, te lo debo por todos estos años, pero no te acostumbre, el carácter español se acaba imponiendo a las pastas con té.

Patricia Izquierdo Díaz




jueves, 16 de junio de 2016

El poeta

El poeta es un terrorista,
pone bombas en las mentes complacientes,
en la conciencia sucia de los estadistas.
Las palabras son la metralla,
sus víctimas los sentidos,
que nunca salen intactos
cuando activa el detonador de una metáfora
o llena de pólvora un soneto.

Los daños colaterales 
son aquellos hombres
que no saben disfrutar de la belleza, 
por este orden:
alcaldes, burócratas, banqueros,
machistas, mercaderes del sistema,
chantajistas, vigilantes, estafadores,
corruptos, traficantes.

Así que anda con cuidado
cuando te acerques a un libro
o cuando pases por la sección de poesía
de unos grandes almacenes,
que la poesía es una arma cargada de futuro
y los poetas los sicarios a sueldo del amor.

Todos mis futuros son contigo
Marwan


Corriendo a contrarreloj

Buenas noches, 

Esta vez, volveré a utilizar mi blog como diario. Y es que he empezado en una academia de inglés un curso para llegar a una nueva meta en éste idioma que me trae de cabeza.
Como siempre, el empezar de cero en un sitio que no conoces a nadie me cuesta. Siempre digo que me encantaría tener a alguien al lado que me fuera diciendo si el proceso de sociabilización es el correcto. Como siempre, olvido ser yo mismo para ser la "yo exigente y perfecta". Relájate y disfruta me digo a mí misma, pero parece que no hay manera...

He encontrado, a gente muy maja y doy gracias por ello. La primera con la que hablé fue una chica de Talavera, parece que he encontrado en ella una buena compañera. El tiempo lo dirá. Una india que me tiene la cabeza loca, pero que me encanta y hace que las cuatro horas de inglés sean muy llevaderas, y de momento, con buen paso, voy conociendo poco a poco a mis compañeras.

Tengo que decir que otra vez, estoy en una clase de sólo chicas. ¡Apenas recuerdo de cómo era tener a un chico de compañero de clase! Pero está bien, veremos cómo continúan las cosas. Tengo buenas sensaciones. La única que me incomoda es saber si aprobaré inglés algún día a la primera o tendré que repetir siempre todos los exámenes. 

Desde luego en la Comunidad de Madrid se han empleado a fondo con que todos amanezcamos bilingües un día, como si eso se fuera hacer realidad con los mínimos recursos, con ratios de alumnos tan grandes para un sólo profesor... No sé quién diseñará todas las normativas de la educación, pero está claro que profesor no es. 

Siempre me desahogué escribiendo, y aquí continúo, con tantas metas pendiente, corriendo a contrarreloj en la vida, y es que el tiempo pasa demasiado deprisa.

Patricia Izquierdo Díaz


El día que el cielo se caiga

Frases como...

"Recordar es fácil para quien tiene memoria. Olvidar es difícil para quien tiene corazón"

O...

"La sangre te hace pariente, pero sólo la lealtad y el amor te convierten en familia".

Sólo te llegan al corazón al finalizar la nueva novela de Megan Maxwell, El día que el cielo se caiga.

Una novela distinta a todo lo que nos tiene acostumbrados esta escritora. Nada de sexo, pero sí mucho amor y esta vez de el de verdad. Como siempre he pensado y he escrito, el amor entre parejas, llega, se tiene y se va, de una manera dolorosa, de la forma más cruda y horrible. Lloras, pataleas, sientes que te quemas poco a poco, pero nunca mata. Cicatriza, es más bien una herida de guerra.

En esta novela se habla del amor que unos hermanos se tienen aunque por ellos no corra la misma sangre, de dar la vida por los demás, de defenderse, de estar siempre en los buenos y malos momentos, de perdonar...
Es una novela que te enseña a ver la vida de otra manera. Te enseña que la vida es corta, y que los que quieres a veces se van, pero el amor siempre se queda en nuestro corazón. Habla de lo que en realidad es ser una piña, sentirse querido, mimado, amado y cuidado...

Después de leer El día que el cielo se caiga valoro más otras cosas de la amistad y por supuesto del amor. Pienso en mí misma, y veo que el amor no es aquel chico que me dejó o por el que yo creí morir un día, tampoco son los amigos con los que vas de fiesta. No, estamos hablando de amor, y el amor es mucho más que eso, es sentir que tu cuerpo no tiene límites, que se prolonga con el de otra persona, que no son dos, que sólo se es uno. Que tu corazón late a la misma velocidad que el de tu compañero y que sobran las palabras donde hay miradas.

Es más bien, un estilo de vida. Una familia, una piña, es amor en estado puro, mucho más valioso que el físico. Este dura más allá de la vida.

Patricia Izquierdo Díaz




lunes, 13 de junio de 2016

Reflexión

El hombre sonrió y le dijo: Ella no sabe quién soy yo, pero todavía sé muy bien quién es ella.

La historia terminaba con esta hermosa reflexión: "El verdadero amor no se reduce a lo físico o a lo romántico; el verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya nunca podrá ser".


Heridas y tiritas

Hay poemas que pasan por nuestra vida, que son heridas.
Algunas desde el principio hasta el final. Otras aparecen para salvarte y terminan matando.
Lo intentamos todo: desinfectar, tomar calmantes para el dolor... y terminamos poniendo una tirita.
El problema es que siempre quitamos la tirita poco a poco, con el dolor en cada tirón, y algunas veces es mejor tirar de golpe, arrancando la piel sólo por una vez.
Cicatriz nos va a quedar igual, pero sólo una más bonita. Y aunque esté curada siempre escuece.


Esta soy yo

Esta soy yo:

Soy una mujer de sentimientos débiles pero de carácter fuerte, soy celosa, cuando me la hacen me la pagan, odio que me mientan, no siempre ando de buen humor, ni presumo de alfo que no tengo al contrario doy gracias por lo que tengo.
A veces me enojo rápido, soy difícil de entender... pero prefiero que me odien por como soy, a que me amen por algo que aparento ser.


Sin frenos

Un chico y una chica iban de paseo por las calles en una moto.

La chica dice: vamos muy rápido por favor baja la velocidad.
El chico dice: ¿Qué? ¿Tienes miedo?
La chica dice: Sí, y mucho. Por favor baja la velocidad.
El chico dice: Bueno, pero si me dices que me amas.
La chica dice: ¡Te amo! ¡Pero baja la velocidad! ¡Ya!
El chico dice: ¡Pero si me das un abrazo fuerte!

La chica se lo dio y volvió a pedirle que bajara la velocidad.

El chico dice: Pero si me quitas el casco y te lo pones tú.

La chica le quita el casco y se lo pone ella, y le pide de nuevo que baje la velocidad.

Al día siguiente en las noticias de la mañana sale la siguiente noticia:

"En las calles de la ciudad ha habido un trágico accidente, los protagonistas, dos jóvenes adolescentes, uno de ellos muerto en el acto"

El chico se había dado cuento mucho antes de que ella le pidiera que bajara la velocidad que la moto no tenía frenos y le pidió que le dijera que lo amaba y que lo abrazara por última vez y que se pusiera el casco para que pudiera salvarse.


El portador de la Luz

La besó. Y ella le devolvió el beso. Un beso que contenía enamoramiento, y ansia, y deseo de no dejar de ser amado, un beso que era fuego abrasador, que arrasaba las preocupaciones, la soledad, el miedo, el tiempo, el ser e incluso la capacidad de pensar. Se besaron, abrazados, volando, y por especio de cien latidos no hubo más guerra, ni muerte, ni dolor, ni nada desagradable, nada espantoso; tan solo calidez y aceptación.
Mientras frenaban, a punto de finalizar su vuelo, cuando Kip se separó de Teia por fin y volvió a asomarse a sus ojos, supo que se había perdido dentro de ella. Y supo también, por último, cuál era la diferencia entre el amor y la necesidad.

El portador de la Luz
Brent Weeks


martes, 7 de junio de 2016

Un instante de felicidad

Todo el mundo empieza las cosas en lunes, todo el mundo espera a que un día suceda algo, todo el mundo a menudo a dice: a partir de mañana... ¡Y, mientras tanto, pierden el hoy!

Federicco Moccia


¡Despierten!

¡Hijos de puta! ¡Despierten! El arte es grande y la vida es breve. Apaguen el televisor y salgan a la calle a vivir, a vivir que nos estamos muriendo...


Primer día de trabajo

Volveré a usar este blog como diario. La verdad es que es un día en que necesito expresarme. 

He empezado a trabajar en una empresa que no se dedica a nada que yo haya conocido antes y a nada a la que me gustaría dedicarme. Pero esto es España y el trabajo como las lentejas, si no las quieres... las dejas. 

En este momento entiendo a cada persona que dejó atrás su casa y se marchó fuera en busca de un buen futuro, el futuro que aquí no hay. Prácticamente tengo que aportar de mi bolsillo para poderme mantener en este trabajo. El ambiente está caliente, se nota que falta algo o que sobra. Sobran demasiadas injusticias y faltan todos los derecho que en la ley vienen escritos y que tanto nos costó, en un pasado, conseguir.

Lo hago por mi familia. Siempre hago lo que debo, o casi siempre, me gusta ver a los míos contentos. Pero no soy feliz, no me gusta la vida que he tenido que escoger. Y es verdad, la escogí yo. Escogí hacer felices a los otros y me olvidé de mí.

Adoro estar con niños, es mi profesión, profesora y educadora infantil. Y se me olvidó echar currículos en las escuelas infantiles, porque necesitaba un trabajo rápido y para ya. Es injusto, tener estudios y no dedicarte a lo que en realidad te gusta y te motiva. Mi profesión no es un trabajo, al menos para mí, es una vocación, una forma de vida. Enseñar, hacer crecer a niños para lanzárlos a esta vida e intentar que tropiecen lo menos posible. Depositar todos tus conocimientos en ellos.

Pues siento decir, que hasta aquí. Quiero mi vida, quiero ver mis deseos cumplidos, y siempre me repito esto, pero quiero elegir no el camino correcto sino el que me haga feliz, y creo, que el camino que te hace feliz es en realidad el correcto.

Me bajo de las masas, del mundo si hace falta. Pero todos merecemos la vida que elegimos, la que queremos y no deberían existir trabas para conseguirlo, y con ello no me refiero a utopías, a viajes a la luna y otras cosas imposible, me refiero a que si te gusta sentarte a leer, tengas un rato para hacerlo, y a quien le guste comer, que lo haga sin remordimiento. De todas formas, no creo que nada sea imposible, sólo es más difícil conseguirlo.
Como diría mi padre, todos podemos llegar a ser médicos, otra cosa es que sea un Ramón y Cajal.

Yo quiero volver a ser la niña que jugaba con su pizarra y explicaba los números a los peluches que ante ella se sentaban. Quiero mi cuento de Peter Pan, crecer no significa hacerse viejo, perder la inocencia o aceptar las imposiciones que otros quieran. Crecer es ser uno mismo y luchar por lo que se quiere sin temor a nada.


Patricia Izquierdo Díaz


viernes, 3 de junio de 2016

Te dejo libre

Así de sencillo aquí se termina mis penas pero comienza mi calvario.

No puedo quedarme a tu lado pretendiendo que me ames como yo lo hago.

Pues al contrario, aquellas alas tuyas han decidido emprender el vuelo libre y sin obstáculos donde mi presencia a tu lado solo sería un trunque en el-

Te dejo libre aún con mi pena.

No lloraré tu regreso pues una lágrima mía podría ser el motivo de quedarte sin quererlo.


Todavía no

- Te quiero.

El corazón me da un brinco al notar el deseo que hay en su voz, pero al mismo tiempo la parte analítica de mi cerebro se pone en marcha. Es poco probable, replica en todo burlesco. Hace un mes, ni siquiera me conocía.

- No, no me quieres - repongo - Todavía no.

Frunce el entrecejo como si le hubiera hecho daño.

- Lo digo en serio - insiste, con sus labios muy cerca de los míos.