miércoles, 15 de marzo de 2023

15 de marzo de 2022

Cuatro meses de tu nacimiento y parece mentira lo rápido que pasa el tiempo. Te has convertido en el amor más puro que he sentido nunca. Sufres, y yo sufro más. Lloro por las noches por no llegar a más, por no ser mejor madre, por evaluarme a cada rato y castigarme al darme cuenta que 24 horas son muy pocas. Es verdad que la ansiedad de mi propia exigencia se me borra con cada una de tus sonrisas. 

Lo más bonito que estoy viviendo este mes, es empezar a sentirme tan especial para ti... Al igual que tú para mí, y no solo estos cuatro meses sino desde el momento que supe que venías en camino. Eres la personita que más miedo me das... A que vuelvas a enfermar, a que crezcas, a cometer errores, a que un día ya no quieras mis abrazos...

Pero ese miedo también lo borras acurrucándote en mi cuando más lo necesitas. Has empezado a reclamar a mamá. Y yo he empezado a sentir lo que es ser madre. Has de ser su flotador, su salvavidas, has de estar simplemente por amor, has de acurrucar, alimentar y cuidar. Hacer sentir bien y segura a tu bebé. Has de cumplir con un trabajo que no tiene horas, sino una vida por delante.

Has de ser consciente de que has iniciado una historia y un camino para siempre. Y que tu bebé será tu compañera hasta que ella tome su propia senda. En tus manos tienes su educación, sus valores, hacer de ella alguien especial. En tus manos tienes la responsabilidad más importante y maravillosa que puede existir, y que no se puede explicar... Hay que vivirla. 

De repente, te has hecho mayor. Ya no importas, es sólo ella. Tú estás bien si ella lo está. Tu corazón te lo ha robado alguien muy pequeñito mucho antes de conoceros. Mi bebé es un volcán de emociones que cada día vivo con la mayor intensidad.

Eres lo más precioso que he vivido. Mi sueño hecho realidad.



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