jueves, 7 de noviembre de 2024

Un día de estos, quedamos

 Un día de estos, nunca se queda. Nunca.

Hoy me despido de un compañero que, sin él saberlo, me ha servido para integrarme en mi nuevo trabajo, ya que mi timidez no me ayuda. Los sitios nuevos me dan miedo y los llevo muy mal. Es cierto que con la edad, lo he tomado como algo normal de la vida, algo que pasa muchas veces. Los sitios nuevos, las personas que acabas de conocer, este tipo de situaciones son comunes.

Me encantaría ir a Polvoranca con nuestros perros, me encantaría tomar un café, me encantaría saber de él. Pero creo que cada persona que entra en nuestra vida, tiene una misión, para bueno o para malo, pero una misión que dura... lo que tenga que durar. A veces las misiones duran toda una vida, y qué suerte. Se me viene a la cabeza mi amiga Sonia. Pero otras... Pues no son tan largas como quisiéramos. 

He encontrado en él un apoyo, un motor, un empujón para que hagas mis sueños realidad. Esa frescura que dan los 26 años, cuando aún no tienes obligaciones de verdad, vives y piensas para ti, eres un alma libre y te puedes permitir caer, probar, saltar al vacío. Me ha recordado esa parte de mí, que creía muerta, absorbida por la maternidad y los problemas del día a día. Las obligaciones y las rutinas que nos matan silenciosamente.

"Mucha suerte" me ha deseado. Lo mismo te digo. No puedo desearte nada más que cosas buenas. Eres un ejemplo de muchacho. Espero que la vida te recompense, porque personas como hay pocas. He aprendido que los "malotes" no tienen futuro, y que los nobles se acaban comiendo el mundo. Y tú serás de ellos.

Nos vemos, o no. La suerte y la vida a veces trae sorpresas.



domingo, 27 de octubre de 2024

Ataques de domingo

 Como comenté hace unos días, no me encuentro. Ataques de pánico o ansiedad bastante a menudo. Carreras de las que corres, sudas y no llegas. El aire que tomas no es suficiente para vivir. Y el dolor en el pecho es permanente. Tanto, que sientes que te mueres. Un compañero del trabajo dice que pienso demasiado. Si él supiera la mochila que cargo... Antes era capaz de dominar mi ansiedad. De parar, pensar e identificar estos ataques. Ahora son ellos los que me controlan a mí. Los pensamientos negativos pasean por mi mente sin poder controlarlos. Tengo miedo de que no haya nadie al volante y mi vida se esté convirtiendo en un viaje a la deriva. 

Necesito muchas cosas, tantas, que es imposible llegar a todas. Mi ancla es Helena, como ya sabéis. La que me mantiene con los pies en la tierra y la que me detiene ante una huida a quién sabe dónde. Ayer... Focalicé en mi marido, es decir, me dediqué a probarme en la cocina, en hacer un festín porque era sábado. Me dediqué a darle cariño con pequeños detalles después de un duro día de trabajo. Publicando un estado de nuestro mejor momento. Haciéndole ver que él también es importante.

Pero algo hace estallar dentro de mí un fuego que inicia una guerra. Unos miedos que me hacen querer desaparecer, correr, buscar otro camino, apagar el teléfono y abandonarlo, dejar que suene. Ausentarme y que nadie piense en mí, ni se acuerde. El estar frecuentemente mala, tampoco ayuda. La rutina, los problemas del día a día, se convierten en un desgaste absoluto. Y ya es domingo. Apenas me he enterado del fin de semana tan vacío que he tenido. Intentando limpiar a conciencia mi casa para limpiarme a mí por dentro. Es una manera de hacer terapia. Colocar lo de fuera a la vez que lo de dentro va tomando su lugar. Un finde que ha sido como un chasquido de dedos. Un tiempo que he perdido o dejado perder, porque estoy igual o más cansada que el domingo.

Un domingo en el que prefiero la soledad de mi casa y no la compañía de nadie. Mi ordenador, mi serie y ya, mientras duermo a la bebé. Ella es feliz. No para de sonreír. Tiene la sonrisa más bonita del planeta. Y es el sueño por el que se merece vivir.



sábado, 26 de octubre de 2024

TRASCENDENCIA

 ¿Has oído hablar de este concepto alguna vez? Trascender es salir de ti,  hacer por el otro, practicar la generosidad y el cuidado. Es crear algo más grande que tú.

Es que en cada pensamiento y acción, haya una consideración de equipo (por arte de los dos).

Es encauzarse y salir del desvío cuando levantas la cabeza y te das cuenta de que estás metido en ti mismo y no estás viendo al otro.

Hemos pasado muchísimos momentos complicados, pero los sostenemos porque una de nuestra manera de trascender es desear construir una familia eterna juntos, es construir un hogar para nuestros hijos, es vivir en familia. Pero ese objetico solo es plausible si en el día a día hay cuidado aunque haya enfado, desilusión o frustraciones.

¿El secreto? Encontrar a alguien que quiera trascender a tu lado, porque la vida es muy complicada, te quita y te da inesperadamente, el crecimiento de ambos puede ir en direcciones muy distintas, pero tener metas más grandes que vosotros ayuda a sostener los huracanes de la vida y que en ellos haya amor.



jueves, 17 de octubre de 2024

Me echo de menos

 Hoy ha sido un día bueno en el trabajo, de los mejores. Ha sido un día bueno con Helena. No están siendo malos con Javi como pareja, que ya sabéis... Altibajos es lo normal. Maya parece que mejora de su ojo, pero muy lentamente. Una nevera llena. Pero me falta algo. Y no soy ambiciosa. Me falto. Me falta arreglarme, ponerme guapa para mí, dejar el chándal y la coleta a un lado. Volver a ser la de las fotos que era antes y no por nadie, sino por mí. Me falta un finde tranquilo. Con planes para mí que no es lo mismo que sola. Yo no necesito una vida sola e individualista, ni una vida aparte de la maternidad. Mi vida está junto a mi marido, mi bebé y mi perra. Pero sí necesito planes de los que me gustan a mí y compartirlos con ellos. ¿Sabéis cuál es mi sitio favorito? Soy rara, lo sé. Las librerías... Las bibliotecas. Los lugares con literatura, historias, aventuras, magia... Aquellos lugares que te sacan de tu vida, de sitio y te hacen viajar más allá que tu propia imaginación. También me encantan los museos.... Hubo una temporada que vivía en ellos. Dejar que la historia me envuelva y me permita aprender a no cometer los errores que otros hicieron en el pasado.

Y un secreto muy pocos saben... lo que me gusta viajar... Conocer sitios, lugares nuevos, costumbres y sociedades diferentes a las que tengo en mi día a día. Aunque, siendo sincera, mi gran persecución son los castillos... Vivo enamorada de ellos. Mi mente pinta historias que no pararía de escribir dentro de ellos. Y encima es mi estación favorita del año... El otoño me parece que da el encanto adecuado a cualquier lugar para parecer asombroso.

Y sí, puede que eche de menos mi pueblo, mi lugar en el mundo. Aunque es difícil acceder con estás lluvias y este temporal, pero se me pasa por la cabeza bastante a menudo. 

Todo esto me gusta compartirlo con los míos. No quiero planes sola, no quiero ponerme guapa para otros, no quiero visitar un castillo sola... Quiero a mis compañeros de vida llenando álbumes de fotos.



domingo, 6 de octubre de 2024

No soy tinder

 Hay algo que os quiero comentar que me pasó ayer y que me gustaría hacer reflexión de ello. Me escribieron a través del blog, un chico muy majo. Os intento contestar a todo el mundo. Es la magia del blog, llegar a cuántos más mejor y ver que lo que nos pasa, no es tan diferente a lo que le pasa al de al lado. Crear una comunidad de apoyo donde podamos expresarnos libremente y sin hacer juicios de valor. Puedo decir alto y claro, que a día de hoy, así es. No ha habido una palabra más alta que otra y todo se ha llevado desde el más puro respeto y no puedo estar más orgullosa de lo que significa "Desde mi ventana" para todo el que participa en ella, leyendo, poniendo un comentario o compartiendo.

Este chico creía que podía ligar conmigo por tener una conversación sobre el machismo. Os lo concreto porque de ahí viene la reflexión. En principio, que genial eres, que abierta eres. Piropos a patadas. Ahí yo ya me empecé a sentir incómoda. Y cuando zanjé lo que creía que había que zanjar. Me llamó machista. 

Querer a mi marido. Tenerle un respeto, no es ser machista. Es ser persona respetuosa con la persona que quieres. Respeto todo tipo de relaciones, poliamor, relaciones abiertas, todo aquello que se haya consensuado entre los dos, y que no deja de ser algo de dos que nadie debe opinar. En mi relación, tener una conversación donde uno de los dos está recibiendo piropos que no corta, o lanzando piropos a alguien, para empezar, me parece una falta de respeto.

La infidelidad, que es otro tema del que se habló, bajo mi opinión (siempre mi opinión y no tiene por qué ser acertada y verdadera), no es solo que llegues y te acuestes con alguien. Creo que poca gente llega y besa el santo. Creo... Pero antes de que ocurra eso, hay un teléfono que se ha dado, hay unas conversaciones que no se han zanjado y no se han dejado claros algunos términos, hay unas citas o quedadas que no deberían haberse producido. Creo que hay muchas cosas previas al sexo que yo considera ya una falta de lealtad, de respeto y por qué no, de fidelidad.

Es una mera anécdota de ayer, pero con ello quiero dejar claro que no es tinder esto. Que la libertad de cada uno ha de respetarse, que no porque yo cuelgue una foto te tiene que dar pie a que me invites a pasar la noche de mi vida. Porque es ahí donde creo en la igualdad y en la libertad de la mujer. Por lo que no me considero machista en absoluto. Colgar la foto que yo quiera, salir a la calle vestida con quien quiera o poder hablar con quien yo quiera... Eso es libertad, pero sabemos que acaba donde empieza la del otro. Y que pasar ciertos límites es una falta de respeto, en este caso un matrimonio, a la otra parte de la pareja. Si este chico creía que esto es ser machista... Debería estudiar y leer un poco más.

Es más, tengo tanta confianza en lo que hago, en a quién escribo, en lo que hablo, que todos mis aparatos informáticos, tablet, móvil, ordenador... Están mis cuentas de redes sociales abiertas, al alcance de mi pareja en cualquier momento. Y como decía él, es que para hablar.... Es que para hablar tengo amigos y a mi marido, es que para salir, salgo con mi familia que incluye a mi marido, es que mis amigos se componen de todos ellos y mi pareja. Y ya os digo, que es tal la confianza que tenemos que somos capaces de tener nuestro espacio dentro de nosotros. No os vayáis a pensar que estamos como lapas a todas horas, hay a veces que ya me gustaría que Javi se me pegara más. 

Por favor, antes de opinar o etiquetar a alguien que no conocéis, Pensar, razonar e incluso, si no os gusta, no fluye, no os caéis bien. Daros media vuelta y adiós. Pero no faltéis al respeto tan a la ligera. Es muy injusto.




Metas imposibles

 Al final, en el anterior post no he dicho ni la mitar de lo que pretendía, no quería ensuciarlo con opiniones que te tienes que comer de otras personas que llevan la maternidad opuesta a mí. Yo no digo que mi manera sea la mejor, ni la adecuada, ni mucho menos. Es mi experiencia y son mis sentimientos con los que lo estoy viviendo. Helena para mí es mi vida entera. La casa sin ella, es... Tristeza. Yo no voy contentísima a dejarla en el cole. No soy así y escribo... Cómo lo estoy llevando, sin más. 

Dejando eso de lado. Sí, el día 25 empecé en un nuevo trabajo. Trabajo de oficina a tres minutos andando de casa. Quién diga que el trabajo no viene a buscarte a casa... Pues otro bocazas. Qué cansada estoy de la gente que habla, habla y habla con la verdad en la mano. Pero, ¿qué verdad si cada uno tenemos la nuestra? Afortunadamente.

Pues sí... De lunes a viernes, de 9 a 2 de la tarde... Lo mejor para estar con mi bebé. El ambiente según llegué es maravilloso. Creo que nunca en la vida, he encontrado un ambiente ni siquiera similar. Y se está bien... Hasta que se crean altibajos que no sabes muy bien por qué, a una le da un flush, otro te da una charla, otra cambia el mobiliario, los sitios, los compañeros. Necesito también un poco de tiempo para adaptarme y conocer cómo es este curro, que al final es el que paga las facturas. Pero soy incapaz de hacerlo bajo un examen y una vigilancia continúa. Hoy se me caían las lágrimas al salir del trabajo. Las condiciones son perfectas, pero yo no. Estoy muy blandita (todo explicado en el post anterior... O casi). Pero creo que no termino de cuadrar y creo que ellos también lo saben. Dudan de cada acto o movimiento que haces. Y no te permiten ni un suspiro. No debes decirlo porque se contagia. ¿Se contagian los sentimientos? Si ellas y ellos... Supieran que las lágrimas son de lo que dejo en casa, de las batallas que libro en mi corazón... Quizás examinarían un poco menos, y por qué no decirlo, opinaríamos mucho menos. Hay cosas que duelen cuando nadie te conoce y te hace un traje. Hay cosas que llevan doliendo toda la vida. Y vas con tus marcas de guerra. Si hablas porque hablas, si no lo haces es porque estás desanimada. Solo quiero trabajar, sin sentir que todo lo que dices, hablas o haces está mal. 

He conocido a un compañero. No confundamos, Javi sabe de ello, que luego todo se malinterpreta. Él es el mejor de ahí, y cuanto más le conozco, me parece que sigue siendo el mejor de ahí, no sólo como trabajador. Son esas personas que aparecen como por arte de magia para salvarte. El salvavidas que necesitas cada mañana para pensar... Venga, es un día más... O un día menos, depende de cómo te guste contar. ¿Creéis que necesito tiempo? ¿O dejarme guiar por mi instinto y aceptar que ese no es mi sitio?

Pues eso, ese apoyo que he encontrado en él, ¡me lo han quitado! Porque hablamos, es como volver al colegio. Es lo que yo haría en la clase de infantil. Pero si tengo un mundo por delante del que no entiendo ni comprendo nada. ¡Cómo no voy a hablar! Además es, como he dicho, majo no, lo siguiente. Es un amor de persona al que le encanta la ropa (bueno, algo sí que hemos hablado), pero no considero que intentar cuadrar en un sitio nuevo y que alguien te preste su mano para que la adaptación sea más sencilla, requiera un castigo de niños.

No llevo bien los cambios y mi personalidad perfeccionista me exige más que las propias jefas. Sé que soy mi peor enemigo. Lo sé, y desde que tengo uso de razón. Todo cambia cuando eres mamá. Las prioridades dan la vuelta y ella y sus necesidades son lo primero aunque tengas que tragar sapos y culebras. Dejaré que los días sigan sus curso... Y dejaré de perseguir metas imposibles.



viernes, 4 de octubre de 2024

Mamás en adaptación

He esperado un mes para poder hablar de este tema y no llorar mientras escribo. Y he hecho bien en esperar para que este post suene más contundente.

Ha sido la peor adaptación que yo he tenido en la vida. Y digo yo, porque Helena es mucho más fuerte que yo y lo ha llevado prácticamente bien. Los primeros días lloraba. La separación... Qué no voy a saber yo de esto. Lo que ocurre, es que las adaptaciones yo las pasaba justo al otro lado. Yo era la profe que aguantaba a veinte niños llorando a la vez. A algunos no les podía tocar, a otros los tenía encima todo el rato y así día tras día... Cada periodo de adaptación es mundo. No tiene nada que ver un año con otro, ni un grupo con otro. 

Para mí sigue siendo duro llevarla al cole. Lo he sentido como una traición a mí hija, y la culpabilidad con la que lo he vivido, creerme, no tiene palabras.

Empecé con un grupito de mamás, que cada una lo llevaba a su manera, creo que como podíamos cada una en nuestro interior. Para mí han sido mi tila, mi valeriana. Cada una ha puesto en mi algo para que yo pudiera sobrellevarlo, y juraría que ellas ni son consciente de ello. Y les tengo tanto que agradecer a esos momentos juntas, a esos cafés de los que me he quedado descolgada por un trabajo que necesito y que no me gusta... Qué no voy a mentir, me siento desplazada, desubicada, perdida en todo lo que respecta al cole de Helena. Pero es que creo que debo darles las gracias porque a día de hoy y sin apenas conocerme... Están a solo un WhatsApp de mí, y eso hace que me sienta mejor, arropada y de alguna manera, protegida. 

Las mamás no somos superheroínas, pero nos hacen serlo. Sobre nosotras llevamos nuestra carga y la de nuestros hijos, y a veces, la de la familia entera. Contar con gente tan maravillosa, es un lujo. Desde aquí, agradecerlo siempre... Siempre.



viernes, 13 de septiembre de 2024

Viernes 13

 Llevo una semana de ansiedad continua. Helena, cómo sabéis, empezó el cole y su periodo de adaptación. 

Mi ansiedad se ha focalizado sólo en ella. En cómo duerme, en cómo va al cole, en cómo se relaciona, en cambios, retrocesos, etc, etc... Sale la madre y la profesional a la vez con miles de análisis hechos desde los diferentes puntos de vista. Uno que sale de la cabeza, y el otro... Del corazón.

En este momento de mi vida... Estoy pasando del WhatsApp, de las llamadas, de la familia. Me importa un pepino las opiniones, lo que puedas pensar o creer. Los niños ajenos, el... Yo tuve un hijo y pasé por ello, el... No entiendo que te sientas así siendo profesora... Las opiniones que no son pedidas... O el, y este es muy bueno, ya se adaptará poco a poco. Cerebros y mentes privilegiadas que te cuentan las cosas obvias. Y si para algo sirve mi experiencia laboral es para saber qué por mucho que queramos... Una persona, jamás llega a 20 niños llorando desconsolados porque sus mamás desaparecieron por una puerta y que no saben si volverán a verlas. Aclarar... Qué tienen dos años, y la mía que es la más pequeña, ni eso.

Estoy cansada de dar el parte. El parte es mío. Para mí... Este proceso lo estoy llevando para mí precisamente por la incomprensión de tanta gente. Siempre he respetado las ansiedades ajenas aunque no las comprenda, los compartimientos de otros aunque no los comparta... Porque si algo bueno tengo... O malo, es que el de al lado, me da igual, me da igual que haga con su vida que tenga menos o más ansiedad o sepa más o menos de cualquier tema. No compito con tanto licenciado porque me da pereza.

Es algo que sentimos todas las profes de infantil. Todos saben cuidar niños, todos saben colorear, todos saben... Qué suerte tiene la gente de saber tanto y no diferenciar una escuela infantil de una casa de niños y de una guardería o una ludoteca. Qué maravilla la gente que sabe de todo.

A diferencia de mi padre, ya no me paro a discutir con nadie, ni a enseñar a nadie de más de seis años. La vocación no llega a tanto. Así que, pido encarecidamente, que por una vez, se respete mi decisión como madre. No quiero participaciones que no son invitadas ni aprobadas. Por desgracia Javi trabaja. Y me acompaña en lo que puede. Es un proceso, un camino o una adaptación que piso que se quede entre mi hija y yo. Nadie más. Es sencillo. Siento que tengo que compartir todo con la gente, y es que cada día, la gente me apetece menos.

Hablándolo con una mamá, me comprendía al cien por cien. Esos padres, han dejado que el timbre sonara y fingiendo que no estaban ni en casa para tener esa intimidad de la que hablo. Han cerrado las visitas al público. Y más que ellos pasaron por una situación muy similar a la nuestra con Helena. A los que también acusaron de exagerados, a los que también los dejaron por raritos entre otras cosas más que al final, como decía ella, te acabas enterando.

Las madres, lo hagamos bien o mal, debemos tener el mando de la educación de nuestros hijos y las riendas de nuestro hogar. Consensuadas exclusivamente con nuestra pareja . Otros... Ya tuvieron su oportunidad para ver si era normal o no las cosas, si estaban bien o mal, o de tomar sus propias decisiones acertadas o no.

Vuelvo a reiterar que quiero que está adaptación para Helena y para mí, sea solo para nosotras. La llevemos en casa dentro de nuestro hogar, sin opiniones pedidas. Cada uno en su casa que se jarte a opinar lo que quiera, pero mi casa es mía y mi hija y mi familia también.

Agradezco encontrarme con mamás que pasan por ello. Qué se sienten coaccionadas o examinadas. Y que tienen esta sombra sobre sus cabezas y tengan que estar perdiendo el tiempo que deberíamos dedicar a nuestros bebés en parar los pies de algunas personas.

Mi bebé, lo he dicho tantísimas veces... Es el centro de mi vida, mi flotador, mi nudo a la vida. Yo no di la vida a Helena, ella me la devolvió a mí. Y esto no está siendo nada fácil. La conciliación familiar es una quimera con la que siempre soñaré. Pero ese es otro tema... El desapego duele, escuece, te quita el sueño como para lidiar con más cosas. Esos bebés necesitan que madres que estén a la altura, centradas en esta adaptación para todos. No madres golpeadas, abatidas o deprimidas, batallando más de una lucha. Sí no es por nosotras... Qué ya somos adultas, pensar un poco en ellos, que no están entendiendo nada de los cambios que están sufriendo, y a los que las madres les sometemos porque la vida... Es la que es.

P.D. Una vez más... No existe la empatía.