sábado, 5 de septiembre de 2015

Me reta a ser mejor, y yo le sigo el juego

Después de buscar y buscar, seguir buscando hasta desesperar, lo he encontrado. Lo tengo ante mis narices, el hombre que pedía en la carta de los Reyes Magos, con sus defectos y sus virtudes, con todo aquello que parecía imposible de encontrar en alguien, porque es casi improbable que una persona tenga absolutamente todo lo que deseamos. Es casi, porque yo lo he encontrado. Ahí está, con sus andares de chico duro, vestido de negro casi siempre o con ropa militar. Con esos ojos azul grisáceos que me pone la carne de gallina cada vez que me mira.
Tiene solo un pequeño defecto, no es mío, es de otra, de una chica muy afortunada, aunque parece que no es muy importante, ya que ahora lo tengo yo. Por poco tiempo, pero ahora sólo es mío.
Con él me siento completa. No es mi media naranja, ya que no creo en eso, pero es la parte que a mí me falta, aquella que suaviza todos mis defectos, es la fuerza para que luche contra ellos. Me reta a ser mejor y yo le sigo el juego. Con él me siento poderosa, capaz de hacer todo. Y lo más importante, con él soy yo, solo yo.
Me regala su risa, sus miradas, me termina las frases, me da todo y cuando se va, no me queda nada. Mi vacío que me llena el alma. Lo que más me gusta de él, su juego preferido, el morbo. Adoro cuando me toca cuando el culo sin que nadie se haya dado cuenta, cuando me coge de la mano y entrelaza sus dedos con los míos, cuando juega alrededor de mis caderas o cuando mide mi cintura con su brazo. En fin… podría contaros un millón de cosas que hace que me sienta viva, que mi corazón vaya mil, que mi pasión por él se avive cada vez que se acerca, que me roza, que me besa…
Ahora, recuerdo que es de ella y yo soy la otra. Él se irá y yo me quedaré sola. ¿Cómo se renuncia a todo? ¿Cómo puede dejarlo marchar sabiendo que mi todo, mi mundo, mi órbita, mi equilibrio y mi locura? ¿Cómo se puede decir adiós a aquello que tanto has tardado en encontrar y que lo tienes en tus manos?

Esto era un juego, nadie perdía, los dos ganábamos. Ahora todo ha cambiado. Daría todo por tenerle a mi lado y no pienso a largo plazo, quiero un presente eterno con él. Le necesito a mi lado. Esto es lo que siento, y aún no me estoy enamorando.

Patricia Izquierdo Díaz


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