jueves, 12 de mayo de 2016

Tempus Fugit

Ayer se marchó. Y caso no hay mañana.
Mis edades se fueron, se irán, se me están yendo,
como las tristes cifras de mi cuenta bancaria.
En este monstruo áspero me has ido convirtiendo.
Sin casi notarlo. No sé cómo.
Quizás la culpa es de la noche, las ciudades, los taxis.
O de la lluvia, que prometía charcos. Quizás del peso
de las cosas que lloré y no recuerdo. Cristales que pisé 
y tan descalzo. Qué nos has hecho a todos.
A nosotros, a nuestros veinte años que ya no.
Cuando sólo quisimos divertirnos,
jugar bajo tu falda a ser felices,
matar palabras frágiles despacio.
Por qué eres tan idiota. Tan puta. Tan deprisa.
Dime, mi vida, mi pequeña, dime:
por qué tanto dolor, tantos problemas siempre.
Por qué tan para nada nunca todo.

Pedro Andreu


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