lunes, 20 de febrero de 2023

Mi refugio

 Objetivo: hacerte feliz. 

Llevo días redactando esta carta en mi cabeza pero sin apenas tiempo para escribirla. Tú no me lo das, pero estar a tu lado es el mejor tiempo invertido de toda mi vida.

Cada vez que duermes, me pongo a pensar en cómo era mi vida antes de que llegaras. Y no me acuerdo... Me encantaba viajar, conocer lugares nuevos, y ahora me encanta viajar a tu lado hasta el sofá o la hamaca. Mirarte, es el mejor paisaje de cada día. Tus sonrisas, que son infinitas lo que más me llena. 

Helena, te has convertido en mi refugio. Tú consigues salvarme de absolutamente todo. Eres mi personita vitamina. Mi chaleco salvavidas. Con tres meses, has convertido a mamá en la persona que soñaba ser. A mantenerse alejada de las personas que dan trabajo porque en mi vida, solo importas tú.

Papá, eligió estar a mi lado, pero no me necesita tanto como tú. Y Maya digamos... Que prefiere a papá ante todo el mundo. ¿Sabes? En esta última semana he tenido ganas de huir, de estar en silencio puesto que creo que es la mejor solución a muchos problemas. Pero el silencio trae más problemas de los que soluciona. Todo sale, ya lo verás, hija. Todo sale y nada se queda dentro. Tensión, ansiedad, dolor de cabeza, tos, inquietud... Un cóctel que me impide dormir y comer. Y sobre todo, fingir que todo va bien. Es el peor disfraz que te puedes poner incluso en un día como hoy de carnaval.

El dolor se lleva por dentro. Y es algo que nunca compartiré contigo. Quiero ser tu madre, no tu amiga, quiero apoyarte yo y darte el mejor regalo del mundo: dejarte ser niña. Una niña que la única preocupación que tenga es que vestido ponerse, por ejemplo. Pero nada del mundo de los adultos. Ya llegarás, es el sueño más erróneo que se tiene en la niñez: querer ser mayor. El mundo de los mayores es oscuro, lleno de piedras, de caminos que nunca llegan a los lugares que queremos, es una constante subida, una lucha incansable, una carrera de fondo... Y no te voy a librar de ello, de nada de ello. Algún día, crecerás. Y serás tú quien sea consciente de todo ello.

Ojalá, en ese futuro que te espera, encuentres a alguien como tú, que sin querer, salva vidas. Jamás pensé que ser madre era tan grande. Me imaginaba que era algo maravilloso pero nunca llegué a pensar que era de este calibre. Eres mi sueño hecho realidad. De pequeña, siempre decía que de mayor quería ser mamá. Y aquí estás, haciéndome feliz a cada instante mientras tú libras tus propias batallas con tus puñitos y tus dientes. Eres magia, bebé. La magia que me ayuda a tirar de mí cada día, a querer salir de la cama porque tú... Me necesitas. Tus brazos, tus caricias, tu mamitis... Es inexplicable. No existen palabras, solo emoción. 

Aprendí lo que dueles demasiado pronto. Esa semana en la que nos dijeron que rezara lo que supiera para que consiguieras salir de allí. Mamá no puede evitar no llorar cada vez que piensa en aquellos días. Juraría que se me ha quedado como trauma. Aprendí que el cansancio no se siente si es por tu hija, el hambre desaparece al igual que el sueño. Y te vuelves en alguien por y para ella. Viniste pisando fuerte. Siempre he sentido, dentro de mí, que venías siendo una guerrera. Con todo lo bueno de mamá y todo lo bueno de papá. Eres nuestra versión mejorada en todos los aspectos. Eres mi mini yo, como dice papá. Siempre ha sido él quien lo ha dicho. Hablando de papá, no sé qué pensará él, pero me enamora ver cómo le miras, como le llamas, como le incitas a estar cerca de ti. Eres tú la magia de nuestras vidas. 

A los abuelos les tienes locos. No pueden pasar un día sin saber de ti. Sin verte. Has derribado todos los esquemas que teníamos. Y los has conseguido tú sola en un tiempo récord. No es porque sea tu mami, pero es que eres demasiado especial, no dejas de enseñarme cada día algo nuevo. Me enseñas a ser mejor, a que los problemas los lleve de otra manera y la ansiedad a niveles menos revolucionados. Tú me querrás, no lo dudo. Pero no olvides que como yo te quiero, no lo hará prácticamente nadie por todo esto que te estoy confesando. Porque me salvas, me llevas por el buen sitio, me calmas, me enseñas a que la vida a tu lado es absolutamente maravillosa y a que los sueños se hacen realidad.

Gracias por elegirnos como tus padres a papá y a mí. Gracias por dejarme ser tu mamá. Y antes de nada, te pido perdón por los errores que pueda cometer, que estoy cometiendo o que ya he cometido. Todo lo que hago es por ti, es por un amor tan incondicional como reciente. Soy novata en esto del amor tan puro. Perdóname por tener el libro de instrucciones de la mejor mamá del mundo, pero para mí, ya eres la mejor hija del mundo.

Te quiere,

Mamá



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