De repente un día te das cuenta de que eres mortal, y no es que antes no lo supieras, pero de pronto, eres consciente de que todos tus sueños e ilusiones se pueden terminar en una décima de segundo, es entonces cuando compruebas que la vida es lo más valioso, hasta los que todavía no han tenido tiempo para saborearla ya se pelean por aferrarse a ella, sin saber muy bien si les valdrá la pena tanta lucha. Y no importa lo mal que nos vaya o los problemas que podamos tener, siempre hay algo que nos impide rendirnos... nuestro instinto de supervivencia.
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