martes, 26 de abril de 2016

Escucha cómo pasa la vida

Tengo algo que confesaros. Estoy muy, muy, muy nerviosa por los próximos acontecimientos, a los que me llevo enfrentando toda mi vida, mi vida de estudiante. Si todo sale bien, puede que sea mi última semana de exámenes en la universidad ya que al año que viene sólo tengo prácticas y un trabajo. 
Soy bastante pesimista en los estudios, nunca he sido una alumna brillante, hasta que llegué a la universidad y conseguí cerrar muchas bocas, una de ellas la mía. ¡No puedo! Me decía siempre, y sí, sí puedo, puedo con todo y mucho más, pero cada vez que llega esta época me invade el miedo, la inseguridad se instala en mí y los nervios no hacen más que mi cabeza de vueltas y piense de forma negativa.
Esto es algo pasajero, en menos de un mes, todo habrá acabado, incluida la vida estudiantil a la que siempre me he aferrado. Después toca salir a la vida real, a una vida que da miedo, que te quitan todas las oportunidades si no corres tras ellas, donde eres un habitante más de una gran ciudad y nadie repara en ti. Ni siquiera el que te entrevista para un puesto de trabajo. Si no hablas inglés no continuaremos ni hablando en castellano y, ¡ah, sí! Cierra la puerta al salir. 
La sociedad, la ciudad es más semejante a una selva que un zoo, llena de peligros, donde todo el mundo grita ¡Sálvase quién pueda! Tengo muchos miedos, pero sé que puedo vencerlos, o al menos intentaré estar al pie del cañón en todo como lo he hecho hasta ahora.
Cuando eres pequeña siempre hablas de lo que serás de mayor, en mi caso lo tenía siempre muy claro, y si saber cómo, los años han pasado y ya me he hecho mayor. Estoy aquí acariciando mi título con los dedos de mi mano, a tan solo un suspiro de él. Ya soy mayor. Eso me lleva a pensar si he sabido aprovechar todo mi tiempo. Si miro atrás, han pasado muchos años, se pasa la vida mientras parpadeas y muchas veces no somos consciente de ello. Como cuando vamos a Madrid y corremos de un lado a otro, ¿por qué? Disfruta de la capital, camina, mira hacia arriba, ese edificio en cuál nunca reparas. Ve al Retiro, monta en barca y no remes, siente como el agua te mece y en silencio, ahora que es primavera, escucha el sonido de los pájaros cantar. Escucha a la gente, a los niños. Escucha la vida pasar.

Patricia Izquierdo Díaz


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