sábado, 17 de febrero de 2018

LOS IDIOMAS PERSIGUEN EL DESORDEN QUE SOY

Mi nombre es Luis,
soy español,
vivo en Madrid,
en el número uno, calle Larra,
me dice usted la hora, por favor,
¿dónde ha nacido usted
y cuántas años tiene?,
buenos días, amigo,
buenos días, mi amor, te quiero mucho.
Confieso que no tengo
facilidad para estudiar idiomas.
He copiado mil veces las frases y procuro
aprender de memoria, poco a poco,
preguntas y respuestas.
Pero me acabo siempre confundiendo
y a los demás les digo
¿dónde está mi te quiero?,
vivo en Luis
y soy las doce y media de la noche.
Nadie ha podido nunca pasear
por el número uno
sin romper el espejo de las horas
y de su propio rostro.
¿Me dice, por favor, qué significan
el tú y el yo, la edad y la palabra España?
Los idiomas persiguen el desorden que soy,
y así los predicados de altas temperaturas
y los verbos de nieve
me tratan sin piedad
igual que a los sujetos derretidos.
No me resulta fácil,
pero a veces entiendo
la nostalgia de orden que tienen mis poemas.

Luis García Montero


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