jueves, 12 de noviembre de 2020

Regalos

 A veces por compromiso, otras por cumpleaños, aniversarios o cualquier fecha que marque el calendario, y otras veces porque sí. El motivo quizá es lo de menos. Lo que quiero resaltar es que, si hay algo que nos gusta a todos, sin excepción, es recibir un regalo.

Recuerdo que cuando era pequeño me hacía un montón de ilusión recibir regalos. En el fondo me daba igual lo que me regalasen, yo era feliz con poder destrozar el papel que lo envolvía y descubrir lo que había dentro.

Con el paso de los años sigo igual. Me hace ilusión hasta abrir los paquetes de las cosas que compro por internet. No sé, creo que los regalos tienen magia y que son una excelente manera de demostrar el amor y aprecio que sentimos por alguien. De hecho, soy la típica persona que te va a estar tan agradecida por haberle regalado algo que, aunque no me guste nada, jamás sería capaz de admitirlo. La intención está ahí. Ya también soy de los que piensan que eso es lo importante.

Para mí, el secreto de un buen regalo es conseguir que despierte emoción en la persona que lo recibe. Hay gente que parece que piensa que para que un regalo sea bueno tiene que ser caro. Para nada. De hecho, da igual lo caro que sea, su envoltorio y todo. Lo importante es entender que, a más emoción causada, más has acertado a la hora de escogerlo. Y si se conoce bien a la otra persona, hasta con un pequeño detalle -eso sí, el adecuado-, se puede hacer el mejor regalo del mundo.



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