jueves, 1 de abril de 2021

París

 Un trilero en París me levantó cincuenta euros. Lo vi tan claro de nuevo que se quedó otros cincuenta y de regalo mi cara de tonto.

Un trilero de París me hizo darme cuenta de que sabías jugar al engaño. Que parecía que era amor y no fue más que un espejismo.

Que tus labios se perdieron en otros labios que hablaban otro idioma. El del amor. El de tu propio Arco del Triunfo.

Pero otros días negabas todo, decías que me querías. Que me lo creí, y que nunca volvería a jugar al azar de darlo todo a cambio de nada. Jugando sin chaleco antibalas.

Un trilero en París me dejó la misma cara de tonto que al ver que te marchaste y me dejaste todos los recuerdos debajo de la almohada.



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