sábado, 1 de junio de 2024

El tiempo no se paga con dinero

Hoy toca hablar de ellos, con su permiso... Los conocí a través de mi marido. A él. Un compañero más de su trabajo, que tengo que reconocer que... No me caía bien. Me pareció el bromista típico de clase. Y yo, que soy así, tan mía (y no es excusa), no me caía fatal.

Con el tiempo, de hecho, durante mi embarazo apareció su mujer. Conocí a Miriam, y ella sí que era más yo. Reservada, más sería, directa y sincera. Me sentí desde el momento uno, como que nos conocíamos de siempre. Sus gestos lo dicen todo, y podrían ser los míos propios.

Con la llegada de Helena, las madres nos juntamos para quejarnos, es así. Nos desahogamos con las que nos entienden y han pasado o están pasando por ello. 

Y con la baja de Javi, han demostrado ser más amigos que muchos amigos que teníamos. Se han convertido en una parte muy importante para nosotros (y creo que puedo hablar por parte de Javi). Son sencillos, llanos, normales... Y en estos momentos, a estas alturas de la vida, encontrar a gente "normal" con la que mantener una buena relación y pasar un buen rato, es un privilegio, un regalo de la vida con la que sentirnos muy afortunados. 

Ambos hacen un equipo envidiable, hacen una sintonía perfecta, crean la magia necesaria para que una tarde se vuelva efímera y que el reloj pierda sus horas. Tienen un corazón de oro, nos comprenden, nos entienden y no nos juzgan. Estar cerca de ellos te hace un poquito más feliz, logras dejar a la ansiedad de lado, castigada contra la pared. 

Para mí, ya lo sabéis, mi medicina siempre han sido mis amigos. Mi familia son aquellos a los que elijo, y aunque vengan de parte de mi marido, los siento míos. Además, son papás de tres hijas tan diferentes como encantadoras. A las que considero parte de mi hogar. A las que echo en falta si no están. 

Hoy, he estado menos triste, menos ensimismada. Hoy ha sido una tarde mágica y no porque haya ganado el Madrid, sino porque me siento campeona al poder rodearme de gente tan valiosa, de las que suman, te enriquecen y te recargan las pilas. 

Gracias, a los dos, por entrar en mi vida.

P.D. Fran, has sido en mayor y grato descubrimiento de estos últimos años. Muchos deberían aprender de ti. Eres una gran persona, quiero que lo sepas y estás acompañado de la mejor. Gracias una vez más por todo lo que hacéis por nosotros. El tiempo que regaláis no se paga con dinero.


 


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