A veces la gente consigue que te sientas sola, abandonada casi, prácticamente como un extraño, como alguien que jamás ha vivido en el planta. Te hacen sentir que no formas parte de ningún sitio, que piensas demasiado bien de la gente, que todos defraudan, y nadie da nada por nadie.
Es una misma lección que aparece en nuestras vidas, una y otra vez, y jamás cesa; acabando con tus sueños, motivaciones, metas, con todo aquello que antes te hacía feliz.
Vivir así, va apagándote como persona, va congelando los sentimientos, enfría un corazón que muy poco antes vivía salvaje y lleno de miles de ilusiones. Hasta que un día, dice "basta", tan alto y tan claro que no podemos obviarlo como tantas veces hicimos antes. Lo escuchas, y lo sientes, notas ese frío, ese momento en que todo se para, que tienes cinco segundos para decidir si sigues con esta vida o te bajas de ella. Y ese momento ha llegado. ¿Bajas o continuas? Continuar, significa hacerte más fuerte, seguir enfriándote y continuar esperando a algo o a alguien que venga a darnos calor y a devolvernos lo que un día fuimos. ¿Sabremos volver a ser lo que fuimos? La verdad es que bajarse del mundo... es demasiado tentador a veces.
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