miércoles, 6 de noviembre de 2013

Frágiles

El futuro nunca deja de asombrarnos con nuevas oportunidades. Nunca deja de poner a prueba nuestra capacidad de plantar batalla, de volver a empezar. Nunca deja de demostrarnos que por mucho que intentemos controlarlo es impredecible. Lo único que sabemos a ciencia cierta es que todos avanzamos a un ritmo de 60 minutos por hora. Hagas lo que hagas, seas quien seas. Da igual los errores que hayas cometido o cuantas veces hayas pedido perdón. Todos avanzamos por el mismo camino y me consuela pensar que en este viaje podemos dejar  atrás los tropiezos las culpas, las caída, que mientras vamos tirando podemos trazar nuestra propia ruta y plantárle cara al futuro. Es la única manera que se me ocurre de dominarlo.


Nuestros músculos son frágiles y cada día los golpeamos, los retorcemos, los machacamos. Hago todo lo posible por aliviar el dolor de mis pacientes pero no siempre lo consigo, sobre todo cuando la única barrera son los propios pacientes. El dolor nos transforma. No puedes dormir, no quieres trabajar, no soportas a nadie... Pero el pero el peor dolor no es el de los músculos, el peor es el que nos causan los que más queremos. Para superar ese dolor no hace falta el masaje perfecto sino la voluntad del paciente de seguir adelante.

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