Cuando las cosas nos ligan con mucha facilidad nos ponemos perspicaces. ¿Tienen que ser complicadas para que creamos que son autenticas?. Nos educan en la creencia de que el verdadero amor nunca es fácil, siempre tienen que haber obstáculos, un segundo acto antes de poder vivir felices y comer perdices para siempre en el tercero. Pero... ¿que pasa cuando no hay obstáculos, significa que falta algo, necesitamos que las relaciones tengan un toque dramático para funcionar?
Creo que casi todo el mundo está de acuerdo en que ser abierto es bueno y tener prejuicios es malo. Pero... ¿no hacemos mal en juzgar a las personas con prejuicios?. Puede que los prejuicios no sean tanto un vicio adquirido como un sistema de alarma primario. Si ves al instante y con claridad meridiana que una persona, una ciudad o una profesión no está hecha para ti, ¿es bueno ignorar tu intuición y leer entre lineas. O se puede juzgar un libro con las tapas?
Cuantos caminos y cuantos desvíos, cuantas decisiones y cuantos errores en ese largo viaje que es la vida. De vez en cuando, una mujer se siente perdida, y cuando eso ocurre, lo mejor es olvidar lo que debió o pudo haber hecho y seguir adelante. Mientras avanzamos por esa infinita carretera con destino a quien esperamos ser, a veces no puedo evitar pensar: ¿habremos llegado ya?
Tal vez sean nuestros errores los que conformen nuestro destino, por que sin ellos, ¿qué daría forma a nuestras vidas?. Tal vez si nunca nos desviamos del rumbo fijado, no nos enamoraríamos, ni tendríamos hijos, ni seriamos quienes somos... Después de todo, las estaciones cambian y también las ciudades, y las personas entran y salen de nuestras vidas, pero es un consuelo saber que hay aquellas a las que amas siempre vivirán en tu corazón y si tienes suerte, a un vuelo de distancia.
Cuando eres joven te dedicas a divertirte continuamente, pero luego creces y aprendes a tomar decisiones para no romperte una pierna... ni el corazón. Aprendes a mirar antes de saltar, y en ocasiones no saltas porque no siempre hay alguien para cogerte. Y en la vida no hay red, ni arneses de seguridad. ¿Cuando dejo el mundo de ser divertido para empezar a dar miedo?

Hay quien dice que todo ocurre por alguna razón, generalmente lo dicen las mujeres y generalmente mujeres que están en medio de una ruptura. Los hombres pueden romper una relación sin despedirse si quiera, pero parece que las mujeres tienen que casarse o aprender algo. ¿Por qué sentimos esa necesidad de pasar de la confusión al confusionismo?. ¿Creemos que aprendiendo algo disminuirá el dolor?
¿Por qué sera que solo nos creemos las cosas malas que dicen los demás de nosotros, por muchas pruebas que haya de que no son ciertas?. Un vecino, una desconocida, o un ex novio puede acabar con todo lo que creíamos cierto. Es muy raro, pero en la vida y en el amor, ¿por qué siempre nos creemos las peores criticas?
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