jueves, 19 de junio de 2014

Correr

Correr no es huir de los problemas, es entrenar para enfrentarnos a ellos. Prepararnos para poder vencer cada dificultad que nos aparezca. Además, mientras corres, escuchas el sonido de tu corazón bombeando tu sangre con cada bocanada que inspiras. Trabajas el corazón, aquel músculo que hace de secretario de tus problemas, de tus sentimientos. El que suelta mariposas cuando te enamoras, el que te hace saltar cuando recibes una alegría, el que manda lágrimas a tus ojos cuando hay pena para limpiar a tristeza. ¿Y qué me decís de esos pies que corren por el asfalto? Esos pies que nos llevan por todos los caminos que nuestra mente decide, que nuestro corazón valora. Es posible que nuestra mente y nuestra corazón a veces estén en desacuerdo, pero la convivencias en ocasiones es dura. 
Correr es hacer las paces con uno mismo, estar a solas con nuestros sentimientos y pensamientos. Es el momento de actuar y decidir, de sentir y orientarnos. En un mundo, dónde siempre se corre sin ninguna dirección. 


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