sábado, 9 de julio de 2022

Hoy

 ¿Habéis tenido la sensación de no acertar nunca? De tener una temporada de errores, o de que hagas lo que hagas nunca está bien para nadie. Hoy me he levantado como me acosté ayer, con una presión enorme en el pecho (que bien podría ser la neumonía) y con unas ganas de llorar que no puedo con ellas. Es más, tengo la necesidad de gritar y desgarrarme, de soltar, pero no termino de romper.

Las cosas no van bien aunque queramos poner buena cara. No se puede machacar a una persona porque creemos que es de hierro y nada la destruye. No podemos verter encima de alguien toda nuestra bilis porque por un momento nos sintamos superiores. Y no por sentirnos superiores tenemos que machacar al de al lado... Y minutos más tarde, fingir que no ha pasado nada.

No voy a discutir con nadie en una temporada, y no es una promesa que me he hecho o una especie de objetivo. Es que no tengo fuerzas. No tengo ganas de rebatir monólogos que se sueltan y luego se borran en el tiempo. No me apetece perder mi tiempo con personas que me hacen daño. Voy a hacer el método de mi tía, el de dime lo que quieras que yo haré lo que me apetece, como si te tengo que decir que sí a todo. Pero en este momento, como hablé ayer con Sonia, solo quiero descansar, no levantarme de la cama y sobrevivir. Parece exagerado, pero hace unos días las tías de Javi me entendieron perfectamente. EL grado de agotamiento que llevo no solo es físico, va pasando al mental. Mente y cuerpo van de la mano.

Ni siquiera estoy buscando el apoyo de nadie. No me apetece contarle mi vida a ninguna persona. No me creo tan importante. Ayer Sonia me dijo que no le gustaba lo que estaba viendo y estaba preocupada. Se llama agotamiento extremo. Sonríes porque toca, vives porque es lo que hay que hacer, pero no ves sentido a la vida, ni motivaciones, ni buscas nada que te ayude a salir adelante. 

Se me ha ocurrido hacer una cosa, que sé que al menos me mantendrá entretenida y alejada de la realidad hasta que necesite tumbarme de nuevo. Voy a escribir a mi bebé todo lo que está pasando. Todo lo que va aconteciendo. Será algo parecido al diario del bebé, pero será más el diario de mamá. 

Te voy a contar todo, mi pequeña, todo. Te voy a ir enseñando que es la vida, porque te necesito guerrera como me dijeron las tías de Javi, independiente como mamá, fuerte, con personalidad. Necesito que salgas a comerte este mundo que va a intentar comerte a ti por ser mujer. Necesito enseñarte que la vida no es bonita, ni fácil, que seguramente verás que es una mierda... Pero que encontrarás la felicidad donde menos lo esperes y que eso, valdrá la pena. Necesito que mires a los ojos a las "manadas", al que te ve inferior, al que te va a intentar apartar por no tener un pene, por ser de otra clase social o de otra raza. Imponte. Sé la dueña de tu propia vida. Comete errores, mamá estará para consolarte, aprende de ellos y acierta. Cáete, de esas caídas que duelen, húndete, no pasa nada... Pero que sirva de algo, aprende mi amor. Y que todo eso te haga invencible. Búscate la vida, tu vida, la que tú quieras vivir. Da vueltas, busca tu camino, no el que queramos, en que te sientas tú. Y acuérdate siempre, siempre.... Que detrás de ti, está mamá, dándote tu espacio, detrás de ti, dándote esa libertad que a mí no me dieron, ayudándote a crecer y a orientarte si me lo pides.

Hoy... Empieza tu diario....



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