A raíz de esa visita del miércoles. He estado reflexionando en silencio con una espinita que llevo en el corazón desde hace unos meses, poco antes de que naciera Helena. Mi mejor amigo, desapareció de un día para otro. Ni una llamada, un mensaje, simples "holas" por la calle, siempre con el móvil como excusa... y sí, dolía, en silencio, pero dolía. ¿Qué había cambiado? No conoce a mi hija, ni un mensaje de cumpleaños, nada... Absolutamente nada. Lo primero que pensé, es en... "¿qué he podido hacer?". Al final, él tiene su vida, yo la mía totalmente caótica y más con un bebé y todo lo que pasé durante mi embarazo y parto. Pensé en preguntar, "por qué" o pedir... no explicaciones, pero si aclaraciones.
Esta espinita sólo la compartí con Belén, ella conocedora de nuestra historia, y como dice ella, si el pasado fuera bueno, se llamaría presente. Su cambio, por lo que tengo entendido recientemente, no sólo me afecta a mí, sino a mucha gente por lo que, de alguna manera, no es personal y eso (qué tontería) me alivia. No le echo de menos, ahora no, echo de menos la amistad tan intensa y por qué no, bonita que tuvimos, pero creo que su forma de actuar, su ausencia, ya es bastante respuesta a mis preguntas. Hemos dejado los quince años muy lejos, hasta los treinta pasaron. Y cada uno tiene su vida. La gente cambia, o no, pero sí sus vidas, sus prioridades y circunstancias. Sus compañías, las parejas también hacen mucho. Con quien te juntas, todo. Toda la vida en sí, te obliga a cambiar, incluso a veces, buscamos nosotros mismos ese cambio. Y está bien. Aunque no lo entendamos, aunque no nos den unas explicaciones, debemos respetarlo. Y... las actuaciones de la gente, ya dicen bastantes, son respuestas aunque no nos gusten, bastante claras.
Al final, es una pérdida. He pensado mucho en ello por un pequeño sentimiento de culpabilidad que el martes desapareció y conseguí cerrar un círculo con el que cargaba cada día. No necesito una conversación, por el cariño de todos estos años, la verdad es que nunca le pediría nada. Le respetaría y le respeto, precisamente por el cariño de todos estos años. Y verle feliz, es bonito, es importante que aunque siga su camino, lo sea. Y debe serlo para haber puesto su vida patas arriba y haber cambiado de blanco a negro. ¿Un mensaje?, lo pensé. Pero me hicieron reflexionar si valoraba tanto, tantísimo esa respuesta cuando... están claras las cosas.
Tengo experiencia en perder amigos. Y no me gustaría arrepentirme como me pasa con Belén. Ella fue quien me habló por mi boda (que aún recuerdo sus palabras... o sus letras) y por cómo se había metido un antiguo conocido, en semejante programa de televisión. Siempre me arrepentiré de no haber sido yo quien mandara un mensaje que nos volviera a conectar. Y si lo lees, gracias. Porque siempre quise compartir mi vida contigo, siempre lo dije, lo escribí y a pesar de todo, lo mantengo. Pero me pasó igual que ahora. La veía feliz con su pareja, y para mí era suficiente. Ella tuvo que cambiar también su vida, necesitó a ciertas personas que posiblemente no eran yo. Y está bien. Ella, es la persona que más cambios tuvo que asumir en pocos días, y supongo que cada uno... ni siquiera lo hace como quiere, sino como puede.
Comparo ambos casos, porque son personas a las que realmente quiero y respeto. Yo también he cambiado, y mucho. Durante mi embarazo, que tanto la familia como Javi conocía mi verdadero estado, opté por hacer algunos cambios si salía de esa. No juzgo a nadie, puesto que nunca tenemos la suficiente información y no creo en la empatía. Todos somos muy diferentes y nadie actuaría igual ante una misma situación, y no es que una actuación esté mejor que otra, o sí, pero la gente es libre de hacer lo que crea que es mejor, incluso de equivocarse, o de actuar de una manera u otra dependiendo de la situación vital en la que se encuentre. No sé, cada uno tenemos tantos factores a tener en cuenta, que me he vuelto muy cauta, respetuosa y muy, muy discreta. Escucho más que hablo, porque nadie tenemos la varita mágica de las soluciones de nadie. Ni siquiera de las nuestras. Y me he vuelto muy precavida, evito los problemas que puedo ocasionar al decir algo o el tono en que lo dices.
No vamos a ser cínicos, todos tenemos una opinión de todo, pero es tan fácil como guardárnosla. Porque la sinceridad mal entendida hace daño, duele. A solas nadie se engaña, todos tenemos espejos en los que nos vemos por dentro y por fuera, todos sabemos lo que nos conviene y lo que no, lo que deberíamos hacer y lo que no. Pero la vida y el momento de cada uno, el corazón y la cabeza, los astros si lo queréis llamar así, deben estar en línea para actuar de una manera u otra.
Supongo que en la vida de este chico, ha habido un cambio que no sé cuál es. Y si me lo hubiera querido contar, lo hubiera hecho. Seguramente no sea la persona que necesite en este momento, o el empezar de cero, requiera que yo no esté o me puedo inventar mil teorías, porque es lo que estoy haciendo, inventar y nunca lo sabré, solo me queda el respeto, y eso lo tendrá siempre.
Así que, adiós, amigo... Que seas lo más feliz que la vida te permita.