viernes, 19 de febrero de 2016

Clasificación inclasificable

Me temo que los follamantes no saben que lo son hasta que es demasiado tarde. O demasiado temprano.
Con ellos, el tiempo es otra cosa, un material tan elástico que si acuerdan reunirse por una hora, esa hora se convierte en catorce y todavía se quedan con hambre.
Porque sospecho que se alimentan del tiempo que le quitan a otras actividades, y lo paladean como a un manjar exquisito. Pero esa teoría es material para otro informe, que ahora están comenzando otra vez a follamar, y como me he disfrazado de sofá y están tumbados sobre mí, me temo que la letra saldría movida.
Muy movida.
Carlos Salem


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