Hay siestas en las que sueñas. Días que acompañan a escribir un poquito mientras preparas café.
Y aquí estamos hasta que la salud acompañe. Vamos empalmando catarros y fiebres. Noches sin dormir con la peque... En fin... Vamos, que no es poco.
Es una semana dura para mi Javi en lo laboral. Él es el que arrastra de la familia. Poco se habla de la carga que lleva en sus hombros. Pero mucho... De lo que le queremos.
Y no sólo yo. Mi familia más cercana, lo adora. Siempre lo he dicho, y ver ese amor en los demás es muy enriquecedor y reconfortante.
Hemos pasado por baches, por momentos muy delicados, muy sensibles y oscuros. Seguimos en un camino nada fácil del que pocos saben y han vivido. Seguimos estando el uno para el otro. Seguimos queriéndonos como el primer día, de forma distinta, pero mucho mejor, de forma más segura.
Y es una realidad si le llamo "hogar". Es el refugio de todos nosotros. Te quiero, Javi.
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