Sigo con mi procesión, con mi luto, de perder a algo dentro de mí o... de que aparezca. Mañana presiento que será un día raro, no quiero aventurarme a pensar nada. No quiero que me digan nada. Soy de las que prefieren vivir en la ignorancia, tranquila. No necesito saber más de lo que sé. Eso es algo que Javi agradece mucho. No pregunto. No presiono. Él sabe que lo que quiera contarme, es lo que necesito saber. También sabe que mi opinión es mía. Y me la guardo... Porque... También sabe que es inamovible.
Tengo respeto al día de mañana. Todo puede empezar o todo puede acabar. Llevo todo el día dándole vueltas dentro de mí silencio. Javi se merecía un día de libranza tranquilo, y eso es lo que he hecho. Lo que hago siempre, quedarme dentro de mí.
Hemos salido y eso, también lo he agradecido. Hemos ido a ver a unos amigos, y agradezco que no salga el tema estrella, porque así lo necesito. Guardarlo en el cajón más profundo que tenga, y dejarlo ahí. En esa mochila que pesa ya demasiado. Lo he pasado bien, pero no voy a mentir, ya no soy la de antes. Y mira que finjo muy bien. Esto de estar en el mundo porque es lo que toca, sin ninguna motivación, solo haciendo lo que debo, quita magia a cualquier cosa o cualquier plan. Ha sido un día dedicado a Javi. Sé perfectamente que él también lo necesita y lo de cuidarnos, venía en el contrato... En lo bueno y en lo malo. Sé que tengo que hacer, sé dónde debo estar aunque mi corazón haya dejado de latir.
Es una sensación rara de pérdida. Es perderse a uno mismo, con lo que es aún más raro. No sé por qué ha salido algo de este tema con Fito. Dudo que lo haya notado o es que no finjo tan bien como me creo... No me reconozco en el espejo. Empezando por mi cuerpo. Entrar en una 38 a duras penas... No me siento bien conmigo misma. Es la sensación que he tenido, ya conocida, toda mi vida. Es darte asco ante tu propio reflejo. Es despreciarte por ser tú y eso siempre fue así, soy mi peor enemigo. Lo sé. Y también sé que tu cuerpo cambia cuando eres mamá y que también se pierde en medio de tantas batallas y tantos problemas. Como yo... Perdida en medio del caos y descubriéndome porque no me conozco. Nunca había sentido ésta frialdad ante la vida. He estado enfadada, deprimida, he deseado no estar aquí... Pero he sentido. Y ahora mismo, no. Creo que estoy algo rota o quizás que necesite tiempo para mí. Y eso, siendo madre, suena egoísta.
Aún no me voy a preocupar de esto. Voy a darme una tregua a mí misma. Helena me necesita, me necesita a mí, entera, sintiendo... Aunque ella hace que me revolucione y vuelva a aparecer la que a veces se pierde en sí misma.
Estando así solo tengo inseguridades, miedos y malas intuiciones, seguramente erróneas. Vivo en una especie de suspense... que empieza a durar de más.
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