¡Ya es oficial! Y me ha costado mi trabajo, pero no me importa... ¡Bebé a bordo!
Tenía muchas ganas de escribir sobre ello. Primero, quiero aclarar que mi neumonía no se cura porque la medicación se basa en Paracetamol, agua y reposo, no hay más.
Pero es que me ha tocado la lotería con esta barriga. No tengo ningún síntoma de embarazada, no tengo náuseas, ni cosas que me den asco, ni nada de nada. No puedo estar mejor (quitando la tos de la neumonía).
No sé qué será aún. No sé si es niña o niño. Soy la única que quiere una colita, pero ha dejado de importarme cuando mi salud dependía de un hilo... Y la suya también.
Es un niño feliz, muy movido. En todas las ecografías está saludando, moviendo las manos, los pies, las piernas... Nunca le pillas durmiendo. Y es que por suerte o desgracia, llevo unas cuantas ecografías para asegurarnos de que él estaba bien (y sí, hablo en masculino, porque quiero una colita). Lo único que sabemos de él, aparte de que no para quieto, es que es enorme. Y los médicos tienden a pensar que puede ser un chico, pero, ¿quién sabe?
Todo fue culpa de Maya. Apareció en nuestras vidas llenándolas de amor, de atención, de juegos, de novedades... Y nos relajamos tanto... Que ha dado su fruto.
Un fruto esperado y deseado. Pero que afronto con un miedo aterrador. A que esté bien, a que no le pase nada... Miedo a que en alguna ecografía no se escuche su latido. Miedo a que mis ataques de tos, le afecten. Miedo a que mi falta de oxígeno o mi tensión por las nubes le pase factura. Miedos... Que no sé afrontar. La respuesta a ellos es sólo una tripa que crece por momentos. Demasiado para mi gusto. He atado a todos mis sentimientos respecto a él. Porque le espero con ganas... Pero como digo, con miedo. Pánico es lo que me da cuando miro ropa, el carro, la cuna... ¿Y si lo compro y pasa algo?
Según mis síntomas, que son ninguno, no me puedo fiar que todo esté bien ahí dentro.
Y me siento sola ante esta novedad. Javi y su familia ya han pasado por todo esto. Para mi todo es muy nuevo, muy especial, es el primero y el primero en todo. Y en mi casa también. Y se vive distinto. No estoy culpando a nadie, ¡ojo! Que luego todo se malinterpreta. Pero el tendrá que dividirse, mientras que el bebé será todo para mí y yo toda para él. Será una relación diferente... Haciendo referencia al dicho de... "El primero no tiene compañero". Y qué verdad es, para todos... Para mí... Y para él. Lo viviremos de diferente manera... Pero es algo nuestro. Y es bonito, tan bonito que aún me resulta increíble cuando veo una foto de la ecografía. No me lo creo... Tiempo al tiempo.