martes, 18 de septiembre de 2018

Lluvia

La noche cuando llueve duele menos,
tal vez sea el agua por los canalones,
el son de la balada de los truenos,
la gente que se asoma a los balcones.

Las calles disfrutando con el bañi
se frotan con descaro las paredes,
los charcos donde ahogar el desengaño,
la vida que no juzga si te excedes.

Portales que se mojan con los besos
de gente que no sabe lo que quiere,
parejas empapadas de presente.

Y yo sin ti, calada hasta los huesos,
le pido a mi esperanza que te espere,
que vuelva aquí tu cuerpo y me caliente.

LUIS RAMIRO


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