miércoles, 12 de septiembre de 2018

Si nos dijéramos adiós

Sé que si ahora nos dijéramos adiós
recuperaría algunas cosas.
Cosas como el incendio
de un cuerpo sin estrenar
que se abre para mí.
Cosas como la moneda al aire de la seducción,
el plumaje, el misterio,
el camino a casa con otra
cuando entiendes que esta noche sí.

Son sabores grandes,
cosas que dan color a una vida gris,
que te hacen despertar de un modo diferente.
Las pequeñas victorias ganadas al deseo
pueden mantener en pie un corazón.
Pero si nos dijéramos adiós
perdería todo lo demás:
los besos sin nostalgia,
la caricia de los cines,
la nieve color ocre de tus legañas,
los horarios sin deudas,
las semanas que nadie rompe,
tu forma de curarnos,
las sábanas en fiestas,
la certeza de un bolsillo a medias,
y no hay seducción que pueda aguantar 
el peso del arrepentimiento
cuando este te grita al oído:

¿Cómo fuiste tan tonto de creer 
que unos gramos de deseo podrían tapar
cien mil toneladas de recuerdos?

Marwan


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