lunes, 17 de septiembre de 2018

Inseguridades

Las inseguridades nos matan, nos ciegan, nos cortan las alas. 

¿Lo he hecho bien? ¿Le molestará? ¿Quizás debería haber puesto esa palabra en vez de esta otra? No sé, parece muy repetitivo el mensaje... ¡Enviado! ¿Cómo? ¿Qué? Aún no estaba perfecto, ahora va a pensar que yo...

¿Os suena este pequeño monologo? ¿Quién de nosotras no lo ha tenido con ella misma? No sé si a los chicos les pasará igual. Pero es un momento absurdo y patético dónde lo única qué importa es que pensará el otro de nosotras. 
¿Y a nostras qué? ¡Qué piense lo quiera! Si tiene que pasar algo, pasará... Sí, odio esa frase, no deja nada claro, es como decir... confórmate con lo que venga. ¿Pero por qué? ¿Es que no puedo salir yo a buscarlo? 

Llevamos escuchando a la sociedad que si es un buen partido, déjale que te invite, dale una oportunidad... ¿Y nosotras? ¿No tenemos nada que decir? Sí, y tenemos mucho que decir, sabemos decir que no, cuando no nos apetece, sabemos luchar por la persona que queremos si de verdad nos importa, sabemos distinguir a uno que merece la pena del que no, bueno si el corazón no se mete en los menesteres de la mente, que suele ser más sabia, pero también más fría.

Nosotras somos capaces de decir y decidir qué nos importa de verdad y por supuesto, de ir a por ello. 

No soy psicóloga, ni pretendo aconsejar a nadie, no soy quién. Pero sé que muchas chicas que leerán estas palabras han tenido esta especie de monólogo con ellas mismas. Sé que esperan a un "príncipe azul" o llámalo como quieras. La espera es larga y cansada, las inseguridades nos frenan y la timidez no colabora, resta. Sólo reflexionemos si esperar... esperar a ese alguien especial, merece la pena, o si somos lo bastante fuertes, como para ir a por ello.

Patricia Izquierdo Díaz


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