viernes, 2 de octubre de 2020

La Puerta del Sol

 Estoy en medio de la Puerta del Sol, esperándote. Me siento solo, rodeado y desarmado ante la idea de que he quedado contigo. "¿Sólo un café?", me digo a mí mismo. El problema es que contigo no es sólo un café. Es volver a verte, volver a escucharte reír, volver a contagiarme de ti. Es volver a pensar en tonterías para conseguir que te rías. Es volver a mirarte los ojos y sentir cómo el mundo se calla, se oscurece y se detiene. Es volver a llenarme de ilusión. Es volver a volar, como nunca he volado después de ti. Es volver a soñar. Es volver a cruzar los dedos apra que salga bien. Es volver a ese hormigueo que tan bien provocas dentro de mí. Es volver a las dudas sobre qué estará pasando dentro de tu loca cabeza. Es volver a nuestras largas noches juntos. Es volver a sentir que eres como La mujer de verde de Izar, pero la mía.

Es volver a muchas cosas. Cosas que no sé si al final van a volver. La rayada de mi vida. Pero yo aun así estoy sonriendo, cual estúpido, porque en cualquier momento vas a aparecer entre la multitud que circula cada minuto por Sol. Y cuando lo hagas, por mucho que le joda a la puesta más emblemática de Madrid, la vas a eclipsar.

Siempre serás para mí lo que es la Puerta del Sol para Madrid.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.