Quizás su truco consiste en parecer ser todo lo que buscabas en una chica, cuando no tenías ni puta idea de lo que buscabas. Irónico. No saber si estás mejo solo o acompañado, y que aparezca alguien que, sin quererlo, elija por ti. Alguien que te haga verlo tan nítido como un día soleado y, a la vez, tan borroso como un día nublado; porque parece que sí, pero sientes que no, que no puede ser tan fácil.
- Todavía duele desde la última vez que cerré los ojos - te lo advierto.
- Todavía sonríes desde la última vez que te besé -me respondes.
Y haciéndome el loco ante el miedo, kamikaze ante lo que pueda pasar y valiente antes soles y nieblas, por ella, vuelvo a cerrarlos confiando en alguien.
Ese es su truco. Consigue que cierres los ojos y confíes. Un pequeño gesto imposible con las personas de hoy en día; al menos para mí.
Al menos con cualquiera que no sea ella.
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