lunes, 20 de noviembre de 2017

Cuando viajo sin ti

Voy a escribir un poema social
que hable de nosotros,
que ser pareja
no es pintarse en un cuadro
y colgarnos en la pared,
ser pareja
es aprender hablarle a la cara al miedo,
encontrar el valor para mirarse por dentro
para ser mas grande por fuera
y encararse a la vida
sin chaleco antibalas.

Si te quedas a mi lado
no quiero que seamos espectadores
en una vida de bajo coste,
quiero ser el protagonista
de todas tus revoluciones,
escupirle a la cara a los ministros,
insultar al presidente,
lazar piedras contra la corona,
fugarnos del país
después de poner una bomba
en la junta anual de tu empresa
y que hablen de nosotros en los periódicos
y en las puertas de embarque de los aeropuertos.

Mi chica revolucionaria
ya se que desfaso demasiado
cuando no duermo,
pero es que cada día
me gusta menos viajar sin ti
e imaginarte perdiendo el tiempo
en esa oficina de mierda
con vistas a la calle más fea de Madrid,
para llegar a fin de mes
haciendo malavares con mil euros.
Tu y yo no somos de contratos
ni de rutinas indefinidas,
somos más de comer helado de cajeta
a las tres de la mañana
y leer poemas en pelotas
después de corrernos juntos,
pero a veces me duele el mundo
y este puto sistema devorapersonas,
y odio a España
y a los banqueros
y a las compañias telefónicas
y a las áreas
y a los obispos
y a los pedófilos
y a los fachas progresistas del congreso.

Y nada,
que te echo de menos
y voy a despedir 
a mi psicóloga para huir contigo, 



                                                                                                              mi chica revolucionaria.

Diego Ojeda




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