domingo, 13 de febrero de 2022

Nada más que decir

 De nuevo, otra noche de insomnio. De cosquilleos en la tripa. Lo único que me relaja es ver dormir a Maya.

Acabo de terminar de ver la serie de "Todos mienten" (es muy lenta, pero muy recomendable) y me he quedado pensando en muchas cosas, como en que los padre "obligan" a los hijos a realizar sus propios sueños proyectando en ellos sus frustraciones. Y así es como ha empezado la conversación con mi mejor amigo, que al verme en línea... Pues me ha saludado.

Antes de que os cuente... En temas de familia, siempre, siempre discrepamos.

- La familia es esencial, siempre van a estar ahí - me dice.

- Depende de que familia y qué miembro de la familia. Las madres suelen ser para darlas de comer a parte - le respondo.

- Ahí te doy la razón - se reía sabiendo que llevo razón y sabiendo por donde voy - Y más las madres de los hombres por si les roba su cría una pelandrusca cualquiera, ¿verdad?

Asentí. Además todas cortadas por el mismo patrón.

- ¿Y qué me dices de eso Wikipedia con patas? - pregunté. Él siempre tiene una teoría para todo 

- Que pases. Si tienes suerte de tener a un chico que no esté enmadrado, genial, pero como des con uno que venera a su madre... La has cagado.

- ¡Anda, como tú! - le salté ni corta ni perezosa.

- Mi madre... Es diferente. Hace todo y más. Casi muchísimo más por nuestras parejas que por nosotros, sus hijos. Y eso no puedo dejar de agradecérselo. Mi madre consigue que cualquier persona se siente bien con ella y quiera estar con ella. Es alucinante. Por eso yo vivo por y para mi madre. Porque ella lo hace igual por nosotros. Mira, Patri, mi madre compra detalles a mi novia antes que a mí. Y a todas sus nueras. Se va de compras y compra para todas, para las tres que tiene. Las llama, queda con ellas, se van por ahí juntas... Yo he estado mal con mi pareja y mi madre le ha llamado a ella. Y tú sabes como es mi novia, que aún no consigue salir del nido. Y a mi madre le adora.

- Lo sé, conozco a tu madre. Y sí, ella es especial. Y es lógico que la tengas en un pedestal, yo también la tengo. Hasta me gusta como habla, es tan diferente a nosotros, nos habla con amor, despacio, suave... me encanta - contesté.

- Luego cada persona es un mundo. Si la que es mala es mala, lo será contigo y con todos. No depende de ser madre de... ¿Entiendes lo que te digo? - asentí - Las personas tienen su personalidad... Y ahí, es donde está el problema. Generalmente, pues eso... Envidias, miedo de que le quites al cachorro, competencia con otra mujer, con la mujer de su hijo, ¡valga la redundancia! No sé, ya de por sí sois complicadas. Y doy gracias de la madre que tengo.

- La verdad es que sí... Que hay pocas. Siempre he creído que tu madre es una edición limitada de mujer y de suegra, pero de mujer en general - opiné. La conozco desde hace muchos años.

- Pasa de todo. Que te toques los pies a dos manos. Incluso finge si tienes que fingir, sé correcta y punto. Tú sabes serlo... Has tenido buena escuela en casa, ya me entiendes - asentí.

- Hablamos mañana - respondí bostezando al teléfono - No te preocupes por mí, yo estoy bien, súper bien. El tema de las madres lo domino - me río para mí misma. ¿A quién pretendo engañar?

- Las personas que dicen eso son las que de verdad no lo están... No las que intentan llamar la atención con ataques de ansiedad, lloros, llamadas de teléfono o chantaje emocional. Mi suegra es así... Calienta la cabeza a mi novia y el calentamiento me llega a mí - me dijo. Y apuesto que lo dijo invocando al santo de la paciencia, al santo Jo.

Me quedé en silencio. Comentarios así siempre me incomodaban. Yo estoy bien, estaré bien... Yo soy de las que se comen el mundo, y si queda algo, se lo merienda. Nada más que decir.

P.D. ¡Qué afortunada soy en amigos!



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