sábado, 12 de febrero de 2022

Silencio

 Todo el silencio que me regalaste, Y yo, muriendo. 

César De Centi

Silencio en este frio salón, frío sin viento que sea la excusa de tal escalofriante sinfonía que me parece oír en una radio apagada, en el salón de las noches perdidas de besos que ya son historia que el viento se llevo sin querer evitarlo. Una melodía que se pega al cuerpo pero que ayuda a desconectar del mundo, de las prisas y de no tener tiempo de nada. Una sombra sentada en el sofá donde estoy yo pensando en lo que no fue una relación sin sentido, ahora, esa sombra está perdida en otro sofá donde alguna mano que no es la mía roza tu frente, pensando cuando te quedabas dormida, al son de mis besos en tu frente mientras mi mano danzaba sobre tu pelo de seda. Silencio a oír las hojas pasar de un lado al otro del libro que todavía está sobre la mesita, que sigue tal cual la dejaste con una folleto de propaganda de no sé qué lugar, marcando ese punto donde paraste de leer el libro para un par de días después desaparecer sin decir nada. Silencio entre las sábanas de esa habitación que era de matrimonio sin haber pasado por el altar de la discordia. Noches infinitas fueron testigos de juegos de enamorados que ahora intentan romper un silencio sepulcral, cayendo al suelo cuando lloro sin saber realmente un motivo cierto, pero que tiene que ver contigo. Esa melodía que me parece salir de la radio cada vez está más dentro de mí, me levanto y cogiendo esa sombra imaginaria del sofá de al lado, empiezo a bailar suavemente deseando que nunca termine. Dándole un suave beso en la frente mientras esa melodía llega a su fin, dejo volar la sombra en dirección a su nuevo amor. Voy hacia la radio que está apagada pero que sin saber como la canción titulada Silencio, de César de Centi, ha hecho de mí un rehén en el tiempo y en el recuerdo de ti, mi sombra perdida.



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